Proverbios 13:12-25
“El que anda entre sabios será sabio, pero el que se junta con necios saldrá mal parado” (v.20).
Criollamente, alguien hizo que estas palabras se leyeran así: “dime con quién andas y te diré quién eres”. De hecho nos resulta más familiar que la versión bíblica dada a conocer por el proverbista.
Cierto es que el texto se puede aplicar en diversos contextos pero quiero llevarlo al de la familia en donde hay una condición muy especial, los hijos no eligen a sus padres. Sabemos que en medios distintos los individuos tienen la oportunidad de elegir con quienes se relacionan, esto no ocurre en la familia, los hijos no eligen a sus padres. En este sentido esto puede resultar en una ventaja, o lo contrario, dependiendo de qué tipo de padres se tiene.
Tomando las cosas desde el lado positivo, padres sabios proveerán a sus hijos un espacio para que ellos anden entre sabios trayendo como resultado un hijo sabio. Los padres no entendemos que esta es la forma en que llevamos a cabo la mayordomía que Dios nos ha entregado al darnos hijos. Pensamos que serán otros los que determinarán el futuro de ellos y entonces los abandonamos en sus manos perdiendo la gran oportunidad que se nos ha dado para hacer de ellos personas sabias. Ciertamente esto es una insensatez.
Debemos tomar esta ventaja, poner manos a la obra. Si anhelamos un mundo mejor solamente se necesitan personas sabias y ellas no nacen, las hacemos. ¡Sí, tenemos la capacidad para hacerlos! Busca que Dios te equipe con sabiduría: estudia su Palabra bajo la dirección del Espíritu Santo, obedécela de tal modo que seas modelo para ellos, y por fin enséñales. Pasos sencillos pero que requieren un profundo compromiso de parte de todo padre. Entonces andarás en sabiduría y… tendrás hijos sabios. Padres sabios, dan hijos sabios.