jueves, 4 de enero de 2018

Grandes logros en la oración.

“Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar” (Ef.3:20)

Reconozcamos, no hay demasiadas sorpresas en nuestras oraciones. La razón: No esperamos mucho de Dios. La oración se ha convertido en un mero formalismo, en una forma del desarrollo de nuestro quehacer religioso diario.
Pablo dice que grandes logros ocurren cuando oramos con la expectativa correcta. Dios absolutamente no sólo tiene el poder para que nuestras oraciones sean contestadas sino que además lo hará mucho más allá de lo que pedimos o podemos imaginarlo. Puedes imaginarte pidiéndole al Señor que provea la economía para hacer una Maestría y que de pronto no solo recibas una beca sino que ésta provenga de la Universidad más prestigiosa de tu país. Es acerca de esto que Pablo está hablando.
No tomemos con superficialidad nuestras oraciones. Dios hace la diferencia en nuestro mundo a través de las oraciones que hacemos. Él está dispuesto a hacer mucho más de lo que podemos pedir o incluso imaginar. Que este 2018 sea un año de logros a la manera de Dios.

miércoles, 3 de enero de 2018

Retrasos al orar

“Crean que ya han recibido todo lo que están pidiendo en oración, y lo obtendrán” (Mr.11:24)

Es posible que en este momento el 90% de creyentes se encuentre en la sala de espera de Dios. Están levantando su mirada para ver en la pantalla si su número aparece. El problema es que no hay número por lo que se está a la expectativa de alguna señal que pueda aparecer que les diga: “Aquí está tu respuesta”. 
Te haces muchas preguntas cuando estás allí. ¿Será que mi número no está? ¿Dios no ve la urgencia de lo que estoy pidiendo? ¿Este silencio, significa que no estoy orando correctamente, me está diciendo Dios que me falta la fe? Hemos desarrollado una gran imaginación para hacernos miles de preguntas cuando hay una demora de parte de Dios. Te aseguro que son pocos los que están entrenados para esperar y que tú no eres precisamente de aquellos.
El Señor simplemente nos responde: “Cree que lo has recibido, eso es suficiente”. Las preguntas son innecesarias, la desesperación también lo es. ¿La urgencia? Sí, ella también. Recordarás que poco les valieron a Marta y María para ver lo que el Señor hizo con su hermano Lázaro. Así que la próxima vez que ores y percibas un retraso, has que la fe diluya todas las preguntas e incertidumbres que se levanten… Sí lo has creído… ya lo has recibido.

martes, 2 de enero de 2018

Cuando no esperas respuesta

“No tengas miedo, Zacarías, pues ha sido escuchada tu oración” (Lc.1:13).

Hay oraciones que son hechas como un mero trámite. Como cristianos sentimos que es nuestra responsabilidad presentarnos cada día delante de Dios y marcar tarjeta. Así que una petición llena esa condición por lo que la hacemos. Luego, de cinco minutos olvidamos lo que hemos dicho.
Otras oraciones son dichas con fervor y entusiasmo. Realmente queremos una respuesta, pero después de unos días el fervor se nos acaba y dejamos de pedir. “Mejor buscamos otro medio para alcanzarlo, no podemos seguir esperando” es lo que nos decimos. Cuando esto se hace una costumbre terminamos como el caso anterior. La oración se convierte en mera tradición.
¿En cuál de los dos grupos te encuentras? Al ver a nuestro personaje, creo que él se encontraba en el segundo grupo. Oró y oró, pero en algún momento dejó de esperar una respuesta de parte de Dios. Creo que muchos nos sentimos identificados con él. Sin embargo, lo interesante de nuestro pasaje es que aun habiendo llegado a esta situación Dios tenía ya la respuesta a la oración de Zacarías, y más aún, aunque había dejado de orar por este motivo el Señor se la dio a conocer en el momento oportuno.
¿Será lo mismo para nosotros? Confiamos en que sí. Sabemos que él no hace acepción de personas. ¿Es una invitación a no seguir orando? No, en ninguna manera. Solamente es para decirte que cuando oras con fervor y entusiasmo, Dios siempre tiene la respuesta y te la hará conocer aun cuando en algún momento decaigan tus esfuerzos. Mi oración es que nunca hagamos esto último, pero si sucede, confianza tenemos en que nuestra oración ya ha sido respondida.