miércoles, 15 de febrero de 2017

TU MAYOR ADORACION

“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” (Rom.12:1)

Tu cuerpo ofrecido en sacrificio vivo, santo y agradable constituye tu adoración espiritual. ¿Recuerdas que el Señor Jesús dijo en Juan 4:23 que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad y que el Padre busca que tales adoradores le adoren? Pues bien adorarle en espíritu y en verdad es ofrecerle nuestro cuerpo. 
Al pensar en esta demanda paulina nos hemos orientado únicamente por lo que hacemos a través de nuestro cuerpo pero hemos pasado por alto lo que hacemos por nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo no debe ser ofrecido para fornicación y esto es agradable a Dios es lo que nos decimos, pero no tenemos cuidado en lo que comemos o bebemos o incluso en lo que escuchamos y vemos. Consideramos que lo primero es un acto de adoración pero pensamos que lo último no tipifica como tal. ¿Por qué hacemos esto? Es que creemos que adorar es lo qué hacemos con nuestro cuerpo y no cómo tratamos a nuestro cuerpo.
Este error nos ha llevado a hacer bromas como “en verdad te has tomado literalmente eso de que tu cuerpo es templo del Espíritu Santo” para referirnos al hermano que no toma cuidado en sus alimentos y parece tener más brazos que un pulpo para tomar cuanto comida encuentre en el camino. ¡No… esto no debe ser así! Dios quiere que le consagremos nuestro cuerpo. Debemos comer adecuadamente, lo que vemos y oímos debe ser sano, darle a nuestro cuerpo el debido ejercicio y descanso. Adorarle es empezar por el cuidado de nuestro cuerpo.
¿Quieres ser un adorador que adore en espíritu y verdad? Ofrece tu cuerpo en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios cuidando tu cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario