Salmos 119:17-24
“Ábreme los ojos para que contemple las maravillas de tu ley” (Salmos 119:18).
Necesitamos permanecer con la mirada atenta a la ley de Dios para – usando las palabras del salmista - ver las maravillosas verdades que ésta encierra. Tener esta disposición sin embargo no es nuestra sino debe venirnos de Dios por lo que al igual que el salmista debemos pedirle que nos abra los ojos.
Quienes hemos tenido la oportunidad de viajar por el centro del Perú hemos quedado prendados por la belleza de sus paisajes. Teníamos nuestra mirada puesta en las diversas imágenes que nos muestra la naturaleza cuando de pronto algo salió de ella que nos hizo no apartar nuestra vista de ella e interiormente decir: “¡Qué hermosura de paisaje que es esto!” Quienes van con movilidad particular incluso se detienen para tomar algunas fotos y así perennizar su tiempo en ese lugar.
Dios quiere darnos esa experiencia con su Palabra. En ella hay belleza, hay maravillas que tú y yo podemos descubrir si aguzamos nuestra mirada para contemplar atentamente lo que ésta encierra. ¡Cómo no sentirse absorto tras leer sus enseñanzas sobre el matrimonio, o sobre el perdón! Existe tanto al interior de la Biblia que no hay motivo alguno, como afirman algunos, de sentirse aburrido con su lectura.
Pide entonces al Señor que te abra los ojos, que te de ojos atentos y no distraídos. Pon luego tu mirada fija en ella y espera que ante tus ojos se despliegue toda su belleza. Por fin, perenniza ese momento escribiendo lo que él te ha revelado como paisaje especial para tu vida.
¿Qué impide que hoy tomes tiempo para contemplar las maravillas de la ley de Dios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario