“Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.” Juan 17:17 (NVI)
El Espíritu de Dios usa la Palabra de Dios para hacernos como el Hijo de Dios. Para ser como Jesús, tenemos que llenar nuestras vidas con su Palabra. La Biblia dice, “a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:17 NVI).
La Palabra de Dios no es como cualquier otra palabra. Es una palabra viva. Jesús dijo, “El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida.” (Juan 6:63 NVI).
Cuando Dios habla, las cosas cambian. Todo a tu alrededor — toda la creación — existe porque “Dios lo dijo”. El habló en todo lo que existe.
La Palabra de Dios da vida, da fe, produce cambios, asusta al diablo, hace milagros, sana heridas, construye el carácter, transforma las circunstancias, da alegría, supera la adversidad, vence la tentación, infunde esperanza, libera poder, limpia las mentes, hace que las cosas existan, y ¡garantiza nuestro futuro por siempre! No podemos vivir sin la Palabra de Dios, nunca des esto por hecho. Debes considerarlo como algo esencial para tu vida, como lo es la comida.
Job dijo, “No me he apartado de los mandamientos de sus labios; en lo más profundo de mi serhe atesorado las palabras de su boca.” (Job 23:12 NVI). La Palabra de Dios es el alimento espiritual que tú debes tener para cumplir tu propósito.
(No de mi autoría)