Santiago 1:19-27
"No se contenten solo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a Ia práctica. EI que escucha Ia palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguido de como es. Pero quien se fija atentamente en Ia Ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando Io que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla." (vv. 22-25 NVI).
Santiago nos descubre la razón por la que la lectura de las Escrituras es algo que se está abandonando entre la membresía de las iglesias. Las familias que componen nuestras congregaciones cada vez decrecen en su promedio semanal de estudio de la Palabra y al hacerlo ellas es lógico que también ocurra en nuestras congregaciones. ¿Por qué está pasando algo como esto? La respuesta que nos implican las palabras de Santiago es: no se está recibiendo bendición de su lectura.
Ahora bien, no estamos diciendo que la lectura no trae bendición, esto sería una completa herejía, a lo que nos referimos es que la sola lectura no trae bendición y eso es lo que el hermano de Jesús afirma. Note lo que él afirma acerca de la lectura que trae bendición: (1) es una lectura atenta; (2) se persevera en ella – estudio minucioso – (3) no olvidándose de lo leído – tal vez repasando o memorizando – y (4) aplicándola – obedeciéndola . ¿Puedes darte cuenta de que este es el tipo de lectura que bendice?
Hay gente que dice: “he leído cinco veces la Biblia desde el Génesis al Apocalipsis” y entonces uno piensa “tengo delante de mí a un santo varón de Dios o a una mujer virtuosa”, pero basta caminar algunos pasos con ellos para percatarnos que realmente nunca leyó las Escrituras. Debemos de enseñar a leer la Biblia a la manera de Santiago para hacer que nuestros hijos y miembros de la iglesia reciban bendición en su lectura. Si no hacemos esto nos corremos el peligro de que ese promedio siga cada vez bajando más y más y que solo ocurra en los espacios de nuestros templos. Trabajemos hacia una lectura que bendice.
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