martes, 31 de enero de 2017

PARA ALCANZAR LO QUE ES MEJOR

“Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar” (Proverbios 3:5-6).

¿Obra Dios en la actualidad de una forma diferente que los grandes personajes bíblicos como Abraham, José o Moisés? ¿Las condiciones que exigió a ellos para mejorar la calidad de sus vidas fueron diferentes y menos rigurosas que las que nos pide a nosotros? 
No, de hecho si hoy decidiera el Señor reanudar los tiempos bíblicos y hacer de nosotros sus personajes, él nos exigiría las mismas cosas que les requirió a ellos y es que para Dios somos también actores con los sigue escribiendo una única historia… SU HISTORIA.
Salomón, el proverbista resume magistralmente en breves palabras qué es lo que Dios siempre ha pedido a los hombres para mejorar la calidad de sus vidas: confianza de corazón. Esto no es sino poner nuestra absoluta y total confianza en él (la redundancia nos permitirá entender de qué se trata confiar de corazón). Otra forma de decirlo es “ya no depender de ti para organizar tu vida sino dejar que él sea quien se encargue plenamente de su organización”. ¿Cómo hago esto? Le pido al Señor que me muestre el camino por el cual debo de andar en cada área de mi vida.
Al referirnos a los personajes bíblicos es muy cierto que ellos no lo lograron e incluso no comprendieron esto sino en algún momento de sus vidas y tras experiencias dolorosas. Nosotros tenemos esta ventaja en relación a ellos pues sus vidas nos son como un ejemplo a seguir. Así que con todo ello, ¿qué es lo que esperamos para alcanzar lo que es mejor?

lunes, 30 de enero de 2017

ESPERA EN DIOS CUANDO PASAS POR PRUEBAS

Salmos 37:1-9
“Guarda silencio ante el Señor y espera en él con paciencia” (v.7a).

Cuando pasas por pruebas sueles hacerte una serie de preguntas. Todas estas son el resultado de tu impaciencia. No entiendes cómo es que todo se está saliendo de control, incluso parece que al mismo Dios se le está escapando las cosas de las manos. La situación se agrava porque tus preguntas son dirigidas a Él y él calla, está en silencio. ¡Señor estás allí….!
Entonces tu ánimo se exalta y empiezas a perder los papeles. ¿Qué es lo que haces? Buscas asumir el control, tratas tú mismo de salir del foso, pero te das cuenta que no puedes y te llenas de ira contra ti mismo porque no eres capaz de hallar soluciones, pero también lo harás contra Dios porque no entiendes porque calla. Déjame decirte que esto es típico en una prueba. Estás pasando por una y lo natural es que Dios calle. ¿Significa esto que no está haciendo nada? No, él está haciendo algo, pero sí significa que no entiendes lo que está haciendo. No haga el esfuerzo, no lo entenderás, y el entenderlo tampoco solucionará tu dolor.
¿Qué debemos hacer para recuperarnos en estas circunstancias? Lo que el salmista nos señala: “Sé paciente y espera las obras del Señor”. Necesitas permanecer confiado en que él hará. El salmista afirma que en estos tiempos algo que más requerimos es “deleitarnos en él” (v.4) esto es buscar estar en su presencia. Por eso guarda silencio, quédate quieto, ora, observa, escucha, adora, agradécele. No se nos pide nada más sino que esperar con paciencia en él. Te animo a que te esfuerces en este propósito... no temas, ÉL HARÁ.

jueves, 26 de enero de 2017

UN PADRE COMPASIVO

"Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos" (Sal.103:13)

Para ser compasivo se requiere de ciertas aptitudes:
Primero: se necesita tener un gran amor por los otros. Dios lo tiene, es más él es AMOR (1 Jn.4: 16),
Segundo: se debe tener la capacidad de ser consciente de la condición de los demás. Dios conoce nuestro corazón y lo escudriña (Jer.17:10; Mt.6:8).
Tercero: se debe tener la provisión necesaria para la ayuda adecuada. Dios la tiene (Mt.6:33-34).
Cuarto: se debe tener un medio por el cual se hace posible la entrega de estos dones. Dios nos ha dado la oración (1 Pe.5:7; Stg.4:2)
Dios está interesado hoy mismo en ser tu sostén y apoyo. No interesa la condición que estés pasando en este momento, a él le IMPORTAS. Cree solamente y ve llevándole tu más profunda necesidad.

martes, 24 de enero de 2017

PRODUCIENDO AL MAXIMO

Juan 15:1-10
“Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí” (Jn.15:4)

En la vida existe un denominador común con que se mide el éxito: la producción. Eres una persona exitosa cuando produces. La Biblia tiene el mismo criterio, solamente que el éxito no consiste en aquello que nuestro mundo tiene como tal. De hecho eso es lo que establece una GRAN DIFERENCIA a nuestro favor.
Jesucristo antes de ir a afrontar la cruz nos dijo que esperaba la máxima producción de parte nuestra (vv.5, 8), enseñó cómo es posible lograr esto (v.4), y además, entre otras cosas, nos dijo cuáles serían los beneficios para nuestras vidas (v.7). Dios no quiere una vida distinta para nosotros.
Al pensar sobre este tema, la nota resaltante está en el verbo “permanecer”. Diez veces aparece durante este breve pasaje. Así que definitivamente la clave para producir al máximo está en “permanecer” y para que no nos resulte de difícil comprensión, el Señor afirma que debemos de permanecer en él, pero no los pone aún más sencillo… nos ilustra lo que esto significa con la imagen de la vid y los pámpanos. ¿Podemos pedir algo más para entender el concepto? Así que, sí… se trata de lo que estás pensando: debes estar pegado, conectado, relacionado con Jesucristo. Todo ocurrirá en la medida que cada día desarrollemos esa relación vital con el Señor y así como es inevitable que el pámpano de buenos frutos al estar unido a una buena vid, también se hará con nosotros, porque no hay vid de calidad sino solamente Jesucristo. Una gran producción te espera. Permanece en la vid.

lunes, 23 de enero de 2017

LA RESPUESTA DE DIOS ES LA MEJOR

1 Juan 5:13-17
“La seguridad que tenemos al estar unidos a Dios es esta: Dios escucha nuestras oraciones cuando le pedimos conforme a su voluntad. Puesto que sabemos que Dios nos oye, tengamos la certeza de que él nos dará cualquier cosa que le pidamos” (vv.14-15 PDT)

¿Qué prefieres: que tus oraciones sean contestadas tal como tú las pides o tal como Dios considera que deben ser respondidas? ¿Conforme a tu voluntad o conforme a la de él?
Una respuesta precipitada sería “¡qué lo haga como yo quiero, conforme a mi voluntad!”. ¿En verdad quieres que así lo haga? Considero que detrás de esta respuesta está el hecho de que creemos que somos totalmente maduros como para saber qué es lo que realmente necesitamos y que lo que estamos pidiendo será de absoluto beneficio para nosotros. Pero, ¿es cierta tal afirmación y si así fuera, podemos disputarle la sabiduría a Dios como para decirle: “debes hacerlo de esta manera porque yo sé más que tú lo que es bueno para mi vida”?
Imagina esta situación: Un niño de cinco años viene a su padre muy enojado y le dice: “papá te he pedido con perseverancia mil soles, sé que tú los tienes, confió en que tú me amas, pero ya han pasado dos semanas y no me los das…. tienes que concederme mi petición”. ¿Debería tal padre darle los mil soles al niño solamente porque hace una petición de fe? ¿Sería sabio un padre si pone mil soles en las manos de tal niño? ¡No… ni aquí ni en cualquier otro lugar! 
Esta suele ser nuestra postura delante de Dios. Como niños vamos pensados que lo que pedimos es lo mejor y levantamos nuestra voz cuando no se nos responde de esta forma. “O es así o nada” es nuestra consigna. Pero Dios nos dice… “te daré lo que es mejor y más conveniente para ti, pero debes dejar que se haga conforme a mi voluntad”. Este proceder no debe ser tomado como un gesto negativo de parte de Dios, por el contrario deberíamos alegrarnos de que así sea porque él puede hacer mucho más de lo que jamás podríamos pedir o imaginar (Ef.3:20). Sin embargo hay un gran asunto que debes resolver y es tu confianza en Dios. Necesitas confiar que él siempre (y guarda esto en tu corazón)… SIEMPRE QUIERE LO MEJOR PARA TI.
¿Buscas una buena respuesta a tus oraciones? Deja que todo suceda conforme a su voluntad.

viernes, 13 de enero de 2017

LIBRES DEL PODER DEL PECADO

Romanos 7:7-25
“¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor” (vv.24-25a)

Quien podría negar el hecho de que es el apóstol Pablo quien nos brinda una profunda y clara imagen del hombre recto en su lucha contra su naturaleza pecaminosa. Tras haber demostrado que su mente conoce lo que es bueno y que en su ser está el deseo de ejecutarlo, Pablo reconoce que tiene una naturaleza que lo domina al punto que vive una paradoja diaria en su vida: sabe lo que es bueno, pero hace lo que está mal. Esto lo lleva a arribar a la conclusión mencionada en nuestro texto de hoy.
¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? no es una pregunta cualquiera, es la PREGUNTA si se considera el hecho de que para ésta hay una sola respuesta: Jesucristo, nuestro Señor. Esto es una buena noticia para quienes lo han intentado todo, porque lamentablemente así somos los hombres, creemos que la solución estará lejos de Dios solamente para seguirnos lastimándonos a nosotros y a los demás, para luego por agotamiento poner nuestra mirada en Dios y reconocer la solución que él nos ha dado, Cristo.
Pero el alcance de la obra de Cristo no es solo librarte de tu pecado sino de las dificultades que este genera en nuestras vidas. La confusión, el desánimo, la ansiedad y tantas otras cosas parecidas que vienen con el pecado, también dejan de ejercer su dominio debido a la libertad que Dios nos da a través de su Hijo. Así que con toda esta buena noticia solamente hay una solución para que seas libre del poder del pecado y ese es CRISTO

jueves, 12 de enero de 2017

ADVIERTE LAS SEÑALES

1 Juan 1:5-10
“Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad” (v.8)

El pecado en nuestras vidas va dejando señales muy claras que solamente el auto engaño nos hace ignorarlas. Piensa en aquel que está casado y empieza a coquetear con la nueva de la oficina, o el joven contador que pasa por alto algunas facturas con el propósito de no pagar los impuestos correspondientes. Ambas acciones son señales que indican que debe detenerse antes que las consecuencias sean mayores. 
Cuando las señales aparecen entramos en un estado de auto engaño. El que se inicia en la pornografía se justificará a sí mismo y lo hará de la misma forma que el que engaña a la esposa. No importa en que nos involucremos si no reconocemos que estamos pecando cuando las señales aparecen y las ignoramos, llegará un día en que será demasiado tarde y la ayuda no podrá evitarnos el desastre. El primero en nuestro ejemplo terminará adicto a la pornografía, el otro acabará divorciándose. 
Para advertir las señales debemos aceptar el hecho de que somos pecadores, debemos saber reconocer las señales de advertencia, ser honestos cuando somos confrontados por ellas, y por último, reconocerlas como pecado a fin de que vayamos a Aquél que está dispuesto a perdonarnos y a ayudarnos a salir de su poder. Algo más, tu comunión con el Espíritu Santo es esencial pues es de él que recibes las señales de advertencia. Vivamos alertas.

miércoles, 11 de enero de 2017

¿Y SI TE ESTAN MINTIENDO?

Juan 8:31-38
“Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (v.32)

Si la verdad te hace libre, entonces la mentira te esclaviza. En ese escenario cuán importante es que conozcas la verdad y pone sobre nosotros la responsabilidad de buscarla honestamente.
¿Y si te están mintiendo? obedece simplemente a la sutileza con la que ésta se muestra como verdad delante de nuestros ojos y a lo adeptos que somos de aceptarla como tal. En este proceso a veces consigue engañarnos, aunque no por mucho tiempo, pero mucha de las veces nos resulta conveniente para la vida debido al hecho de que todos están metidos en el juego de aceptarla. ¿Por qué ir contra la corriente? ¿Para ganarse líos? Lo cierto es que esta manera de pensar no lo hace que sea verdad y sus propósitos de hacernos esclavos no dejan de realizarse.
El Señor expuso este hecho durante su tiempo en la tierra. ¿Quién como los judíos para reclamar que estaban en la verdad y que eran libres? Su confianza estaba en que eran hijos de Abraham y esa era una verdad absoluta y definitiva para defender su posición delante de Dios. ¡Qué mentira tan sutil! A ellos les dijo: “son esclavos” (v.34), y luego “vuestro padre es el diablo porque tanto él como ustedes son mentirosos” (vv.44-45). Palabras duras… ¿pero hay una mejor manera de tratar con la mentira?
Si eres un buscador honesto de la verdad, está se encuentra en Jesús. Escucha sus palabras: “… Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (vv.31-32). Al ir delante de él y permanecer en una relación cotidiana iras descubriendo no sólo la verdad sino que además notarás como el engaño del diablo que aceptaste como verdad queda al descubierto. Al terminar te dejo con esta interrogante: ¿Y si te están mintiendo?

martes, 10 de enero de 2017

¿RECONOCES SU VOZ?

Job 33:12-30
“Pues Dios habla una y otra vez, aunque la gente no lo reconozca.” (v.14).

Algunos amigos o familiares nos llaman por teléfono después de algún tiempo, tras notar en nuestras palabras cierta confusión nos lanzan la pregunta: ¿Reconoces quién soy o no? Y entonces nos sentimos como avergonzados y culpables porque nos resulta imposible saber con certeza de quién se trata. Se supone que debemos de reconocer a las personas por su voz. 
Eliú, uno de los amigos de Job, señala una gran verdad: Dios nos habla una y otra vez. Pero también nos descubre el hecho que la gente no reconoce su voz. El Señor está al otro lado del auricular dándonos su aliento, consejos y advertencias, pero nosotros a este lado hacemos como si existiera interferencia en las redes y desistimos de oírle y mucho menos de reconocer que es el Creador y nuestro Formador el que nos está hablando. 
¿Acaso no nos damos cuenta que reconocerle es para nuestra salvación? ¿Tan necios somos? Pongamos atención a lo que sigue diciendo Eliú: »Así es, Dios actúa de esa forma una y otra vez por las personas. Él las rescata de la tumba para que disfruten de la luz de la vida.” (vv.29-30). Si se trata de nuestra vida… entonces ¿nos haremos los desentendidos y no reconoceremos su voz?
Amado hermano y amigo, piénsalo bien. La diferencia entre la vida y la muerte está en reconocerle. Abre tus oídos, busca su Palabra, pon atención cuando escuches que alguien te habla de él… Reconoce su voz.

lunes, 9 de enero de 2017

PREPARADOS PARA ESCUCHAR A DIOS

“Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí” (Habacuc 3:2a)

¿Estamos preparados para escuchar a Dios? La respuesta dependerá de si crees o no que él responde a las oraciones. Pero ¡cómo no voy a creer en esto! es lo que tú dirás…”claro que creo que Dios responde a las oraciones” será tu reafirmación. Sin embargo, entenderás que no me refiero a esa convicción superficial que tenemos preparada para cuando se nos hace preguntas como estas.
Dime… ¿quién habla más en tu vida de oración? ¿Haces silencio para escuchar lo que Dios te está diciendo? ¿Es un ir y venir con Dios, tu tiempo de oración? Sé que son lecciones que se nos enseñan cuando se nos habla del ABC de la oración, pero cuánto de esto se ha convertido en práctica cotidiana en nuestra vida de oración. ¿No es cierto que estamos tan apretados con nuestras agendas y que todas ellas tienen una larga lista de peticiones que las lanzamos a ver si por allí Dios se da tiempo para coger algunas de ellas mientras están en el aire? ¿Acaso hemos tomado tiempo si quiera durante la noche para averiguar si Dios resolvió alguna de tus peticiones? Probablemente sí, siempre y cuando se trate de algo que te esté apretando el cuello hasta el punto de no puedes dejar de respirar. De las otras ni te darás cuenta pues te aseguro que ni siquiera te acordarás de lo que pediste en la mañana.
Habacuc es un libro pequeño de las Escrituras que nos enseña cuando la oración se convierte en un asunto de escuchar a Dios. Desde el comienzo del libro el profeta levanta su protesta a Dios para decirle: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?” (1:2). Sin duda Habacuc espera que Dios oiga la oración y se prepara para escuchar su respuesta y esto fue lo que precisamente ocurrió y el diálogo con el Señor prosiguió una y otra vez hasta llegar a nuestro texto en que él reacciona con un temor reverente a Dios para decir: “Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos. En medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia” (3:2b).
¿Cómo puedes prepararte para escucharle? Solamente toma en cuenta estas palabras que se hallan en este mismo libro: “Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra” (2:20).

viernes, 6 de enero de 2017

DIRECCION PARA TU VIDA

Salmos 37:22-26
“Por Jehová son ordenados los pasos de los hombres, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedara postrado, porque Jehová sostiene su mano” (vv.23-24)

¿Estás buscando que tu vida tenga un propósito? ¿Estás confundido porque has caminado ya un bastante trecho y sientes que tu vida no tiene dirección ni mucho menos sentido? Hoy puede terminar ese sinsabor si aceptas que Dios sea quien ordene tus pasos. Sí, él quiere hacerlo… Y ¿habrá otro que lo pueda hacer de una mejor manera?
Piensa en esto. Él es sabio, te ama, además es tu Creador y te conoce perfectamente, sabe de tus dones y talentos porque él es quien te lo dio; así que, sin lugar a dudas está totalmente capacitado para decirte de qué manera tu vida se acomoda en esta tierra. Además como bien lo describe el salmista, él te sostiene para que puedas alcanzar este propósito lo cual significa que aunque experimentes dificultades para alcanzar estos sueños (que las habrá), él no te dejará caído sino que te levantará para que puedas conseguirlo. 
¿Existirá una invitación mejor que la que Dios te ofrece? ¡Definitivamente no la hay! ¿Qué tenemos que hacer? Orar y pedirle que nos dé a conocer este propósito. Obviamente, primero necesitas renunciar a seguir viviendo de la forma que lo has venido haciendo hasta ahora. No se trata de que él apoye tus sueños, es más bien dejarlos de lado para tomar los que Dios tiene para ti. Para los que tomen esta decisión, Jesús les dice: “y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera.” (Jn.6:37).

jueves, 5 de enero de 2017

VIVIR EN SU PRESENCIA

1 Corintios 1:4-9
“Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor” (v.9).

Hemos sido llamados a vivir en comunión con Jesús. Esto es, tenemos una invitación para vivir en su presencia. No en ciertos momentos de nuestra vida, cuando las cosas se ponen “color de hormiga” y necesitamos marcar el 911 por ayuda, sino a lo largo de toda nuestra vida y circunstancias.
Existen varios hechos destacables en esta invitación. Quizás el más destacable tiene que ver con que se nos hace notar que al Señor le interesa tener comunión con nosotros. ¡Cómo! Sí… Dios, el Majestuoso, el Santo, el Todopoderoso, el que ha hecho su habitación en los cielos… Él quiere tener comunión con nosotros. ¿No se nos pone la carne de gallina por la emoción que esto nos genera?
Definitivamente esto hace la diferencia en nuestro andar en la tierra. ¡Qué tan largo es el peregrinaje y qué pesado suelen ser alguno de sus tramos! Pero cuán distinto es el camino cuando caminamos con Jesucristo. Dialogamos con él, escuchamos sus planes para el mundo, nos deleitamos cuando nos plática de su Padre y de las cosas que tiene reservada para nosotros en los cielos, nos reconforta cuando se torna difícil el sendero… ¡Es compañerismo puro en máxima dimensión!
Ahora bien, nosotros decidimos como tomaremos esta invitación. Sin duda a pesar que el llamado de Dios constituye una realidad, muchos parecemos ser indiferentes a esto y vivimos un cristianismo sin Jesús. Es una paradoja, pero no por ella una triste situación en la vida de no pocos. Hoy a través de este texto el Padre nos vuelve a recordar su llamado… ¿cuál será la decisión que tomaremos?

miércoles, 4 de enero de 2017

CONFORME A LA VOLUNTAD DE DIOS

Filipenses 1:3-11
“Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio, para que disciernan lo que es mejor, y sean puros e irreprochables para el día de Cristo, llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.” (vv. 9-11).
Una de las luchas en nuestra práctica diaria de la oración es cómo pedir conforme a la voluntad de Dios. Cuando nos enfrentamos al hecho de orar por nosotros o por otras personas deseamos ver la respuesta de Dios y sabemos que él solamente oye aquellas que encajan perfectamente dentro de su perfecta voluntad, así que, realmente estamos interesados en este asunto.
A lo largo de las Escrituras vemos algunos modelos de oración que tienen la calidad de ser de acuerdo a la voluntad de Dios y ésta es una de ellas. Podemos orar por las personas y por nosotros tomando en consideración cuatro motivos los cuales se centras específicamente en ayudarnos en nuestras relaciones interpersonales: (1) oremos para crecer en un amor con conocimiento y juicio; (2) oremos para tomar decisiones sabias; (3) para llevar una vida con integridad; y (4) para volvernos como Jesús. 
Este tipo de oración tiende a hacer un gran cambio allí en donde existen relaciones tensas. Nuestras relaciones cambiarán de manera dramática. No sólo renovarás tu amor hacia la persona irritable sino que además podrás esperar cambios en la vida del otro porque Dios oye y responde toda oración que es conforme a su voluntad, ¿no es acaso esto lo que nos dice el apóstol Juan en 1 Juan 5:14-15? Entonces, qué es lo que esperamos. Seguramente tenemos una lista importante de personas que están esperando nuestra oración. Nosotros haremos la diferencia.

martes, 3 de enero de 2017

DIOS ALEJA TODO TEMOR

Isaías 51:1-15
“Soy yo mismo el que los consuela. ¿Quién eres tú, que temes a los hombres, a simples mortales, que no son más que hierba?” (v.12).

El temor suele enraizarse en nuestras vidas de tal modo que no nos permitirá cumplir con los propósitos y sueños que Dios tiene para con nuestra vida. El Señor. Dios Todopoderoso lo sabe muy bien de allí que a lo largo de las Escrituras nos alienta una y otra vez a no dejarnos dominar por este enemigo. Éste como tal no existe en sí mismo dependiendo en su existencia de dos agentes, uno de ellos, externo a nosotros que puede estar en alguna circunstancia o individuo, y el otro, somos nosotros que al reaccionar frente a estos dejamos que produzcan en nuestro interior una sensación de angustia y pánico que termina controlándonos e inutilizándonos.
Precisamente es de esto que el Señor nos advierte en este versículo. Judá estaba cautiva en Babilonia, la ciudad había quedado totalmente desolada, ahora el Señor les estaba hablando de buenas noticias, nuevos propósitos para sus vidas “Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán” (v.11), era una grata noticia pero el temor no les dejaba asimilarlo. El problema era su enfoque, habían estado setenta años como esclavos que ahora les resultaba difícil dejar de mirar a esa situación atemorizante para concentrarla en Aquél que se ofrecía a traer consuelo sobre sus vidas.
El remedio contra el temor está en reconocer que el temor no se funda en una base sólida, siempre los agentes que lo producen no pueden compararse con Aquél que si nos puede ofrecer consuelo. El temor en realidad resulta de la osadía que tenemos en atribuirle a los hombres o a las circunstancias más poder que a Dios y eso a la vez que es una deshonra para Dios, nos invalida para recibir sus dones pero no porque él no nos lo quiera dar sino porque nosotros nos disponemos a no recibirlos. Permita entonces que Dios aleje sus temores, él no solamente puede sino que quiere hacerlo. Determina creerle y verás los cambios en tu vida.

lunes, 2 de enero de 2017

EN PRO DE LA PAZ

Romanos 12:14-21
“Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos” (v.18)

En el fondo todos idealizamos un mundo en el que la paz sea el elemento principal. Queremos que ésta se encuentre en todo lugar e individuo, como una suerte de ingrediente que haga que allí en donde existe una relación sea posible, aún en medio de las discrepancias debido a criterios y personalidades, que podamos terminar en un clima de armonía sin sentirnos dañados ni amenazados.
Sin duda reconocemos la ventaja de que la paz habite en todo ámbito, pero la vemos como una utopía, se nos resulta como algo que es irrealizable. Pero ¿cómo es que hemos llegado a dicha conclusión? Porque al iniciar un nuevo año lo primero de lo que nos enteramos es que en algún lugar del mundo ya la violencia se impuso y como resultado de ello 39 personas tuvieron una muerte inexplicable. Entonces nos convencemos que la paz es una irrealidad, algo de la cual podemos escribir solamente en libros de fantasías o en último de los casos esperarla en un mundo trascendente que para nosotros los cristianos está en los cielos. Terminamos cediendo a la violencia y nos preparamos para ésta, sea ocasionándola o para defendernos de ella.
Pablo el apóstol nos alienta a vivir en paz con todos, cierto es que no todos responderán a nuestros esfuerzos, sin embargo no debemos de paralizarnos por causa de estas personas. “Vive en paz con todos” esto incluye a todo tipo de personas, aún a los que nos que intencionalmente se han propuesto arruinarnos la vida. ¿Es una exageración? ¡NO…..! Pablo mismo nos dice luego: “Así que si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber… “(v.20) ¡Esto es buscar tener paz con ellos! 
Hagamos que este nuevo año nuestro mundo sea mejor. Si nos esforzamos por hacer que cada una de nuestras relaciones sean motivadas por la paz, podemos estar seguros que algo bueno ocurrirá. Serán pequeñas y maravillosas contribuciones que harán una gran diferencia en la vida de otros… y la nuestra.