“Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar” (Proverbios 3:5-6).
¿Obra Dios en la actualidad de una forma diferente que los grandes personajes bíblicos como Abraham, José o Moisés? ¿Las condiciones que exigió a ellos para mejorar la calidad de sus vidas fueron diferentes y menos rigurosas que las que nos pide a nosotros?
No, de hecho si hoy decidiera el Señor reanudar los tiempos bíblicos y hacer de nosotros sus personajes, él nos exigiría las mismas cosas que les requirió a ellos y es que para Dios somos también actores con los sigue escribiendo una única historia… SU HISTORIA.
Salomón, el proverbista resume magistralmente en breves palabras qué es lo que Dios siempre ha pedido a los hombres para mejorar la calidad de sus vidas: confianza de corazón. Esto no es sino poner nuestra absoluta y total confianza en él (la redundancia nos permitirá entender de qué se trata confiar de corazón). Otra forma de decirlo es “ya no depender de ti para organizar tu vida sino dejar que él sea quien se encargue plenamente de su organización”. ¿Cómo hago esto? Le pido al Señor que me muestre el camino por el cual debo de andar en cada área de mi vida.
Al referirnos a los personajes bíblicos es muy cierto que ellos no lo lograron e incluso no comprendieron esto sino en algún momento de sus vidas y tras experiencias dolorosas. Nosotros tenemos esta ventaja en relación a ellos pues sus vidas nos son como un ejemplo a seguir. Así que con todo ello, ¿qué es lo que esperamos para alcanzar lo que es mejor?