miércoles, 28 de junio de 2017

EL MEJOR USO DEL TIEMPO

“Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que le buscan. Bueno es esperar calladamente a que el Señor venga a salvarnos” (Lam.3:25-26).

Quizás las palabras del profeta sean lo único que necesitas en este momento. No tienes por qué dar rienda suelta a tus pensamientos buscando respuestas a preguntas que no has podido contestar hasta ahora. Hay ya demasiada angustia acumulada producto de todo este vano ejercicio. Solamente necesitas escuchar al profeta: toma un tiempo a solas con Dios y espera.
La confianza es una tarea que se manifiesta en el esperar calladamente a que el Señor venga a salvarnos. No parece ser una exigencia difícil de hacer, sin embargo resultará en una prueba para tu fe en el Señor porque está en nosotros el querer tener el control de las cosas. Pero, ¿en verdad quieres seguir haciendo esto y prolongar tu angustia cuando el Señor te dice: “espera calladamente que vengo para salvarte”?
Demos un nuevo giro a nuestras vidas. Decidamos que nuestro mejor tiempo será estar callados en la presencia de Dios.

martes, 27 de junio de 2017

CUANDO DIOS CALLA

“(Dios) Hizo que mi piel y mi carne envejecieran; quebró mis huesos. Me sitió y me rodeó de angustia y aflicción. Me enterró en un lugar oscuro, como a los que habían muerto hace tiempo… Y a pesar de que lloró y grito, cerró sus oídos a mis oraciones” (Lam.3:4-6, 8 NTV).

El profeta Jeremías expresó su dolor a través del libro de Lamentaciones. Escuché hace poco que este libro nos fue permitido por Dios para que supiéramos cómo expresar nuestro dolor a Dios, pero también para relajarnos ante el hecho de que él no se siente intimidado ni airado por las emociones que experimentamos en las situaciones de crisis.
Cuando pensamos en un profeta, inmediatamente asociamos a un hombre con una profunda intimidad con Dios. Él no solamente estaría al tanto de lo que el Señor está diciendo sino también experimentando las cosas de un modo distinto. Sin embargo he aquí un hombre que se parece más a nosotros como que de hecho lo era. Su condición nos permite ampliar nuestra mentalidad y reconocer que aun viviendo en intimidad con Dios, cabe la posibilidad de pasar por situaciones que nos conmoverán y en la que Dios callará. Es precisamente nuestra costumbre de escucharlo de manera habitual la que termina generando angustia y aflicción cuando él deja de hablarnos.
¿Qué hacemos cuando Dios calla? Jeremías nos dice, “expresa lo que sientes, no refrenes tus emociones, llora, grita”. ¿Por qué debes hacer esto? Porque si guardas tus emociones, terminarás haciéndote daño, tú estómago te pasará la factura. ¿Se enojará contra ti y endurecerá tu situación? No, él no hará esto. ¿Significa que esto resolverá inmediatamente tu condición? No necesariamente, pero algo que sí ocurrirá es que cuando haces esto, habrás dado el primer paso hacia tu sanidad.

lunes, 26 de junio de 2017

APROBADOS POR DIOS

“Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos” (Hb.11:1-2)

Dios solamente aprueba a quienes tienen fe en él. Lo único que necesitas es creerle, no hace falta nada más. ¿Seguro? Sí, no requieres en absoluto de ninguna otra cosa sino únicamente creer.
Pero te preguntarás: ¿qué es lo que tengo que creer? El contexto de este libro dice que tenemos creer que Dios existe y que es galardonador para con aquellos que le buscan. Ahora bien, hay quienes hemos creído esto pero pareciera como si necesitáramos de algo más para ser aceptados por Dios. Es un asunto extraño, pero nos cargamos pensando que tenemos que hacer algo más para convencerlo de que somos buenos tipos. De hecho, no lo lograremos, porque lo único que quiere el Señor es que tengamos fe. 
Esto dificultad revela un asunto que a más de uno nos trae un gran dolor de cabeza. Hemos escuchado decir a la gente: “He recibido a Cristo como mi Señor y Salvador” cuando esta experiencia se trata de algo más, es también que Dios te ha aceptado por tu fe, por lo que desde ese instante te ha recibido como su hijo. Ya no somos más extraños pues el mismo da testimonio de que es nuestro amado Padre Celestial.
La fe es suficiente. Fortalécela hoy conociendo más de tu Padre Celestial. En la medida que lo sigues buscando, hallarás que él sigue siendo el Dios galardonador.

viernes, 23 de junio de 2017

VENZO MIS TEMORES AGRANDANDO A DIOS

“¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.” (Gál.1:10 NVI)

Preguntas para meditar y fortalecer tu vida (toma en cuenta Gál.1:6-10):
1. El apóstol Pablo dice que detrás de toda decisión hay dos motivaciones, ¿cuáles son estas? 
2. Leyendo el contexto: ¿A quiénes buscaban agradar los gálatas? 
3. ¿Qué crees que es lo que motiva este tipo de conductas?
4. ¿Cuál fue la motivación que le dio Pablo a sus decisiones? ¿Qué ventaja recibió para lograr esto el hecho de considerarse un siervo de Cristo?
5. A partir de tu meditación… ¿qué es lo que Dios te está pidiendo hacer?
“La forma de sobreponerte al temor al rechazo es vivir tu vida para la audiencia de uno. Lo que piensa Dios de ti, y su amor incondicional por ti, es más importante que la opinión de cualquier otro sobre ti.” (RW)

jueves, 22 de junio de 2017

COMBATIENDO EL TEMOR

“Aleja de mí la ofensa que temo, pues tus decretos son buenos. Yo he deseado tus preceptos; ¡dame vida, pues tú eres justo! Muéstrame, Señor, tu amor y salvación, tal como lo has prometido. Así podré responder al que me ofenda, pues confío en tu palabra.” (Sal.119:39-42)
Preguntas para meditar y fortalecer tu vida:
1. ¿Qué es lo que causa temor al salmista? (vv.39, 41)
2. ¿A dónde acude el salmista y por qué en deseo de afrontar su temor? (vv.39-40, 41)
3. ¿Qué dos cosas de Dios harán que él esté preparado para enfrentar esta eventualidad? (v.41)
4. ¿Con qué actitud el salmista espera la respuesta de Dios? (vv.39, 41).
5. ¿Qué te dice Dios acerca de esta situación específica? ¿Cómo lo enfrentarás a partir de hoy?

miércoles, 21 de junio de 2017

OCUPADOS EN EL BUEN PENSAR

“Piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan su mente ocupada en eso” (Fil.4:8 PDT)

Pensar bien es una necesidad vital. Es tan importante que deberíamos darle la atención que le corresponde. Esto es lo que el apóstol Pablo quiere transmitirnos cuando nos demanda que “mantengamos nuestra mente ocupada en eso (el buen pensar)”. 
Si al pensar diriges tu atención hacia una situación específica y la conclusión que sacas es inadecuada, esto te traerá grandes problemas a lo largo de tu día. Producto de aquella manera de pensar producirá en ti un comportamiento que incluirá decisiones que podrían ser perjudiciales en tu vida y para la de otros. Posiblemente hayas ya experimentado en carne propia algo como esto. Algunas de estas decisiones podrían ser hasta irreparables.
Cuando llegamos a situaciones como esta es que nos cuestionamos por la forma en que pensamos. ¿Cómo es que llegué a pensar en algo como esto? es lo que nos preguntamos. Es para evitarnos situaciones tristes y dolorosas que el apóstol nos lleva a ocuparnos al buen pensar. ¿Cómo empezamos a hacer esto? Necesitamos pasar nuestros pensamientos por esta larga serie de características que el apóstol nos señala en el versículo que hoy llama nuestra atención. Cierto es que son varias y podrían parecernos tediosas, sin embargo si se trata de pensar bien ¡Por qué no someter nuestros pensamientos al mejor filtro posible! El gozo y la paz que trae una decisión que viene de una adecuada forma de pensar bien lo valen.
Hoy es un gran día para ocuparnos en el buen pensar. Haz de cada día este propósito en tu vida: Hoy me ocuparé en tener buenos pensamientos.

martes, 20 de junio de 2017

EL ESPÍRITU SANTO CAMBIA NUESTRA FORMA DE PENSAR

“Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu” (Ro.8:5 NVI)

Vivimos en un mundo en que la naturaleza pecaminosa es alentada. Nuestra naturaleza pecaminosa tiene deseos que van contra Dios y esta halla oportunidad de alimentarse por doquiera que vaya. La música, los medios de comunicación, los avisos publicitarios, la charla diaria en los espacios en los que uno se desenvuelven, son algunos de los pocos ejemplos que alientan a nuestra naturaleza pecaminosa.
¿Cómo cambiar nuestra forma de pensar en un mundo así? ¿Es posible cambiar, y si lo es, quién lo hace posible?
Pablo afirma que los que viven conforme al Espíritu ya no fijan más su mente en los deseos del mundo sino en los del Espíritu. Es necesario sujetarnos al Espíritu para que ocurra un cambio en nuestros intereses y así nuestra mente pase de ocuparse de los deseos de la carne a los del Espíritu. Cuando decidimos obedecer al Espíritu, nuestro enfoque cambiará. Nos ocuparemos en aquello que aliente el pensar a la manera de Cristo. Sacaremos de nuestras vidas aquello que alienta a nuestra carne para reemplazarlos por otros que nos elevan a la vida que Dios tiene preparada para nosotros. Como lo dice el mismo apóstol, “Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.” (Ro.12:2b).
Podemos eliminar pensamientos que nuestra naturaleza pecaminosa ha puesto en nosotros. Todos ellos nos son destructivos. Hoy tenemos la oportunidad de cambiarlos, poco a poco, con paciencia y confianza en el poder del Espíritu que mora en nosotros para hacerlo realidad. No lo posterguemos más.

viernes, 16 de junio de 2017

NUEVAS DECISIONES

“El que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron, se convirtieron en algo nuevo” (2 Cor.5:17 DHH)

Hoy aprendí que puedo cambiar mi forma de tomar decisiones. Mis viejas maneras no han contribuido para hacer de mi la persona que Dios quiere, tampoco la persona que yo quiero ser. En realidad aspiro ser mucho mejor de lo que soy ahora. Quiero que las palabras del apóstol Pablo en Romanos 8:29, que afirman que Dios desde antes de la fundación del mundo había decidido que fuera como su Hijo, se cumplan en mí. No me sorprendería que también tú estés de mi lado en este deseo.
Entonces ¿por qué no empezar ahora? En el devocional que sigo se nos da cinco decisiones que podemos hacer que cambiarán radicalmente nuestro futuro:
  • Elige ser más saludable. Está en nosotros buscar más descanso, comer mejor, bajar el estrés, dormir más. Un mejor cuerpo reduce el impacto de lo que no podemos controlar.
  • Elige profundizar tus relaciones. No debemos temer relacionarnos con la gente, aun con las más difíciles. Aprendamos habilidades comunicativas y sobre todo actuemos con amor.
  • Elige confiar en Dios sin importar que suceda. Que las palabras del salmista “Alabaré al Señor en todo tiempo; a cada momento pronunciaré sus alabanzas” (34:1), sea la expresión de tu confianza diaria en él.
  • Elige sobre qué pensar. Nos es necesario borrar toda creencia y recuerdos que nos ha marcado en el pasado y que siguen alimentando nuestras emociones y formas de pensar. Alimenta tu cerebro con la verdad: la bendita Palabra de Dios.
  • Elige a Jesús como tu Salvador. Permite que Jesús sea tu salvador todos los días. Con él a tu lado tendrás poder en las decisiones que hagas.

¿Podemos hacer esto? Sí. Nos plantea grandes desafíos y será una gran aventura, sin embargo, sí podemos.

jueves, 15 de junio de 2017

DECIDE BIEN

“Dios los conocía antes de que el mundo fuera creado. Él decidió que fueran como su Hijo y quería que el Hijo fuera el mayor de muchos hermanos” (Ro-8:29 PTD)

Pablo nos descubre la decisión de Dios para con nosotros antes de que el mundo fuera creado. Esta decisión tiene que ver con dos hechos específicos: (1) hacernos como Jesús, su Hijo; y (2) que Jesús fuera nuestro hermano mayor.
Para hacer realidad la primera decisión (que es el motivo de este devocional), Dios actúa sobre todos los factores que ocurren alrededor de nosotros haciendo que aun los más dolorosos consigan ayudarnos para que se cumpla su propósito. Es increíble, pero no existe nada que no pueda ser usado por él para que tú y yo lleguemos a ser como su Hijo. 
¿Qué debo hacer frente a estos factores que ocurrirán en mi vida? Debo decidir bien. ¿Qué significa esto? Que tengo que elegir hacia donde orientaré mis decisiones cuando me encuentre inmerso en una situación que no puedo controlar. Debo hacer una lectura correcta de mi situación y asumirla como parte del recorrido a hacer para que Dios cumpla su decisión en mí. No es tan fácil de hacerlo como de decirlo, pero el decidir bien en estas circunstancias determinará añadir más dolor a nuestra vida o hacer que el dolor se convierta en mi beneficio y me ayude. Es un hecho, las circunstancias no las puedo controlar, mis decisiones sí. Ah… necesitamos entender que al momento de tomar la decisión correcta, será Dios quien convertirá dicha crisis en una oportunidad de crecimiento y madurez que nos acerque a ser más como su Hijo Jesús.
Te invito a tomar algunas buenas decisiones cada día. Decide que tus circunstancias no guiarán más tu vida sino tus decisiones.

miércoles, 14 de junio de 2017

APRENDAMOS A PENSAR BIEN

“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta. ” (Romanos 12:2)

Necesitamos aprender a pensar de nuevo. Es una cuestión que tiene un carácter de urgencia para todo ser humano pero es una cuestión que los hijos de Dios no podemos postergar. El apóstol Pablo nos da el motivo para ello cuando afirma que al obedecer la voluntad de nuestros pensamientos es que nos convertimos en hijos de ira delante de Dios (Efesios 2:3). Nuestra forma de pensar es la que nos ha metido en serios aprietos con Dios y lamentablemente con nosotros mismos y también con nuestro prójimo.
Muchos cristianos deseamos vivir de acuerdo al nuevo potencial que nuestra nueva condición nos da en Cristo, pero pretendemos hacerlo con la “lógica” que nos ha dado el mundo y esto es totalmente imposible. Es como pretender contratar un nuevo operador de telefonía móvil y seguir con el chip del anterior servidor… no funcionaría aun cuando el paquete que adquirimos sea mucho mejor que el antiguo. Lamentablemente muchos que inician la vida cristiana con grandes ilusiones terminan perdiéndola porque no entienden este principio.
Hay aprender a pensar de nuevo y hay que hacerlo a la manera de Dios. Mis, hermanos tenemos todo un mundo por descubrir y vivir que debemos ocuparnos intencionalmente en esto. En verdad o intencionalmente dejamos que Dios nos transforme o simplemente continuamos imitando lo que ya nosotros hemos reconocido que no sirven para la buena vida. 
¿Cómo hacemos esto? No es difícil. Estudia la Biblia, busca una concordancia y ocúpate de estudiar los temas que en este momento sean de mayor necesidad en tu vida. Quizás necesites cambiar tus pensamientos sobre el temor, tal vez sobre tus relaciones interpersonales, o sobre la soledad y angustia. Cuando propongas esto en tu corazón, hallarás que Dios auxiliará tu tarea haciendo que el Espíritu Santo te traiga entendimiento. Desafíate, que hoy sea el primer día en el aprender a pensar bien.

martes, 13 de junio de 2017

DEDICADOS A AMAR

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Ama a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más importante que estos” (Mr.12:30-31)

Hemos perdido el rumbo de nuestras vidas concentrando nuestra atención en aquello que no es. Pensamos que la vida se trata de logros, adquisiciones, popularidad o prestigio. La cuestión es que la vida no se trata de nada de esto si no de lo bien que amas. 
Creo que vivimos en una etapa especial de la Historia de la humanidad. Como creación de Dios hemos escalado a un nivel envidiable, pero siendo honestos nuestro mundo no se ha convertido en el mejor lugar para vivir, y es que precisamente a esta situación hemos caído porque nos hemos concentrado en aquello que no es lo más importante: el dedicarnos a amar.
Al Señor Jesús se le preguntó por cómo podía resumir todas las ordenanzas dadas por Dios en el Antiguo Testamento y su respuesta no solamente era una respuesta religiosa, tampoco era una de las tantas respuestas que uno debería escuchar, sino fue la RESPUESTA, la única que integra toda la vida del ser humano. El hombre debe dedicarse a amar a Dios, a amar a su prójimo y a amarse a sí mismo. Todo lo que tiene valor solamente cuenta cuando viene como resultado del amor.
Nuestro mundo y nuestras relaciones dejarán de ser ficción si nos dedicamos a ello. Claro, exigirá un gran compromiso, pero sí hemos alcanzado cosas imposibles, ¿no podremos hacer esto con la ayuda de Dios?

viernes, 9 de junio de 2017

CUANDO DIOS ESCONDE SU ROSTRO

“El Señor ha escondido su rostro del pueblo de Jacob, pero yo esperaré en él, pues en él tengo puesta mi esperanza” (Isaías 8:17)

Dios esconde su rostro. Palabras que expresan una circunstancia en la que Dios permanece en silencio, en una demasiada quietud al punto en que mientras a nuestro alrededor nuestras circunstancias nos toman por el cuello y nos asfixian, Dios no aparece por ningún lado aunque nuestras palabras hayan sido una y otra vez: ”Señor, ¿dónde estás, acaso no sabes que te necesito?”. 
Suele dejarnos perturbados que una cosa como esta nos ocurra, pero debemos aceptarla como una realidad propia de la vida, aun posible para los grandes hombres de Dios. No, no se trata necesariamente de que esto nos pase porque andamos mal delante de Dios y necesitamos ser disciplinados. Confieso que me gustaría tener toda la explicación, pero la Biblia simplemente lo llama “Prueba”. Otros le han puesto diversos nombres para explicar la sensación que se percibe en estos tiempos: “la noche oscura del alma”, “el ministerio de la ausencia”, “el invierno del corazón”. Sí… Dios esconde su rostro.
¿Qué hacemos cuando esto nos sucede? Isaías, el profeta de Dios, quien describe la oscuridad por la cual pasaría el pueblo de Israel nos brinda la perfecta solución: “Yo esperaré en él, pues en él tengo puesta mi esperanza”. Sí, lo único que tenemos que hacer es fajarnos bien los cinturones con el cinto de la fe y afirmar nuestra confianza en que Quién es él y en las promesas que tiene para nosotros. Para nosotros creyentes del Nuevo Testamento, una de las más valiosas es aquella en la que nos dice: “Nunca te dejaré ni te desampararé” (Hb.13:5).
Que no nos tome por sorpresa estos tiempos. Si, Dios a veces esconderá su rostro, pero él espera que tú atravieses este tiempo de aparente soledad aguzando tu mirada a través de la fe. Sí, esperemos en él.

jueves, 8 de junio de 2017

HAY UN BUEN TRABAJO PARA NOSOTROS

“Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación” (2 Cor.5:18b)

La gente busca buenos trabajos. Lo que pueda significar un buen trabajo puede tener algunos elementos no comunes entre uno y otro, pero aun así está el hecho de que anhelamos un buen trabajo.
Yo quiero llamarte a aceptar el trabajo que Dios tiene para ti. Pablo lo llama el “ministerio de la reconciliación”. En palabras más sencillas sería algo como “el trabajo de reconciliar a los hombre con Dios”. ¿Quién podría dudar que este sea un buen trabajo? Tiene absolutamente todos los elementos para constituirse en ello, además tiene uno que no lo encontrarás en ningún otro: es de carácter sobrenatural. El Jefe es Dios y además resulta siendo tu compañero de trabajo.
No tienes que postular para este trabajo, claro hay un requisito importante y es que tú seas amigo de Dios, es decir que te hayas reconciliado con Dios por medio de Jesucristo. En términos más claros, es necesario que hayas pasado por la experiencia del arrepentimiento de tus pecados y la conversión a Dios por medio de la fe en Jesucristo. Si has hecho esto ya estás calificado para este buen trabajo.
¿Qué queda? Solamente aceptarlo y darle la bienvenida. Sí, tienes el mejor trabajo del mundo. Mi oración es que des tu mejor y mayor esfuerzo para constituirte en uno de los grandes trabajadores en el Ministerio de la Reconciliación. Que así sea.

martes, 6 de junio de 2017

SIEMBRA LA PAZ

“Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz” (Stgo.3:18)

No puedes beneficiarte de la justicia sino siembras paz. No puedes sembrar paz si no eres de aquellos que hacen la paz.
Santiago 3:13-18 es una porción en la que se discute acerca de la forma correcta de tratar los conflictos. Se menciona aquello que lo provoca: celos amargos, contención. Por otro lado aquello que lo evita, lo cual lo considera como resultado de actuar con la sabiduría de lo alto. Es en esto último que sostiene que si queremos recibir el fruto de justicia (aquí vivir en paz), tenemos que sembrar semillas de paz.
¿Cómo hacemos esto? Creo que una de las razones para dar rienda suelta a los conflictos es que pensamos que todo en la vida se trata de ganar. En el fondo de toda contención están nuestros egos que sienten que están compitiendo por ser escuchados y obedecidos. Algo en nosotros se pone en alerta y nos sentimos amenazados cuando el otro se resiste a acceder a nuestras demandas o nos impone las suyas. Para hacerle frente a esto, el único antídoto es la mansedumbre (v.13). Eso que en forma sencilla puede definirse como ceder tu deseo de ganarle al otro, o dicho de otro modo dejar de lado ese perverso espíritu de competencia.
Empieza hoy a sembrar. No importa el tipo de tierra que seas o la cantidad de mala yerba que se encuentre en ti. Siembra con paciencia y mucho sudor. Los resultados se irán viendo en el tiempo, seguramente que sí.

lunes, 5 de junio de 2017

PERSONAS QUE REQUIEREN GRACIA ADICIONAL

“Bendigan a quienes los persiguen. No los maldigan, sino pídanle a Dios en oración que los bendiga” (Ro.12:14).

Personas que requieren gracia adicional o RGA es un término que acuña el pastor Rick Warren para referirse a las personas difíciles que nos hacen enojar, nos frustran y nos prueban a través de sus procederes. ¿Quién no los tiene? La Biblia nos enseña a tratar con ellos y aunque no es nada fácil lidiar con este asunto, tenemos la posibilidad de salir victoriosos y amarlos y bendecirlos.
Pero, ¿qué si esa persona que requiere gracia adicional eres tú mismo? Estoy seguro que muchos coincidirán conmigo que muchos nos irritamos a nosotros mismos, nos frustramos, nos enojamos por nuestra conducta o por las emociones que sentimos que son como una especie de misiles a nuestra integridad emocional y espiritual. Si es así, ¿acaso no nos constituimos en personas que requieren gracia adicional?
Entonces ¿qué debemos de hacer si caemos en una condición como ésta? De las persona con RGA podemos usar el escape para no ser afectados por ellos, pero eso no podemos hacer de nosotros mismos, entonces ¿qué haremos? Podemos usar el mismo consejo de Pablo pero dirigido a nosotros, empecemos a bendecirnos, a hablar bien de nosotros, a desearnos cosas buenas que nos hagan libres de las palabras y pensamientos que hemos dicho acerca de nosotros mismos cuando hemos sido conscientes de nuestros arrebatos emocionales. Creo que en nuestra falta de paciencia con nosotros mismos hemos contribuido a no decir nada bueno de nosotros de tal manera que no nos amamos y vivimos sintiéndonos culpables por no ser las personas que nos gustaría ser. Así que somos candidatos para darnos gracia adicional y esto implicará ser más tolerantes con nosotros, amarnos más, bendecirnos más, perdonarnos y no ser duros con nosotros. Ah… y orar en nuestro favor. Sabes esto es parte del Gran Mandamiento que nos pide amarnos a nosotros mismos: “ama a tu prójimo como TE AMAS A TI MISMO” (Mt.22:39)
Es tiempo que experimentemos gracia adicional.

viernes, 2 de junio de 2017

CONSIDERA A TU HERMANO: DALE SU ESPACIO

“Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor.” Efesios 4:2b (NTV).

Es cierto que podemos evitar una situación penosa si consideramos el estado de nuestro hermano y le damos su espacio. Un conflicto mayor se produce cuando pasamos por alto detalles como esto.
La gente suele decir: “no respetó mi espacio, con su actitud pareciera que buscaba provocarme”. No hay que imaginar mucho que es lo que ocurrió después. 
Todos pasamos por momentos en los que estamos como agua para chocolate. Sabio es en tal situación esperar la consideración de los demás y esperar que se nos soporte en amor. ¿No te has sentido valorado cuando alguien hizo eso alguna vez contigo? Seguramente que sí. Bueno has tú lo mismo. 
No, no minimicemos algo así, es consideración al hermano, es cumplir con las palabras del apóstol que dice: “Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor.”

jueves, 1 de junio de 2017

SABIDURIA EN UN AMBIENTE CALIENTE

“Es de sabios tener paciencia, y es más honroso perdonar la ofensa” (Prov.19:11)

Considero un ambiente caliente a aquel escenario en donde se encienden los ánimos y los agentes involucrados empiezan a ofenderse sea con palabras o las manos. Las cosas estaban tranquilas hasta que uno de ellos empezó a exacerbarse y a incomodar al otro consiguiendo que con dicha actitud ambos terminaran lanzándose palabras ofensivas. 
Suele ser común que las cosas terminen de esta manera. Sin embargo esto evidenciara una actitud insensata de parte de los protagonistas de esta situación. El proverbista nos señala cual es el camino a tomar en un escenario como este: “Es de sabios tener paciencia, y es más honroso perdonar la ofensa”. Simplemente hay que llenarnos de mucha paciencia para soportar la andanada de palabras que el ofensor pondrá en su boca y dirigirá hacia nosotros. Esta paciencia se manifestará en callarnos, o en palabras como “siento mucho haberte incomodado”, o “no estás en condiciones para que tratemos este asunto”. Salir de tal ambiente será también necesario para apaciguar al insensato que ha olvidado que somos su prójimo y en mucho de los casos también su hermano en Cristo. Pero no olvides, que el “sol no se ponga sobre tu enojo”… perdona.
Podemos ser sabios en medio de la ofensa. La decisión es nuestra.