“Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación” (2 Cor.5:18b)
La gente busca buenos trabajos. Lo que pueda significar un buen trabajo puede tener algunos elementos no comunes entre uno y otro, pero aun así está el hecho de que anhelamos un buen trabajo.
Yo quiero llamarte a aceptar el trabajo que Dios tiene para ti. Pablo lo llama el “ministerio de la reconciliación”. En palabras más sencillas sería algo como “el trabajo de reconciliar a los hombre con Dios”. ¿Quién podría dudar que este sea un buen trabajo? Tiene absolutamente todos los elementos para constituirse en ello, además tiene uno que no lo encontrarás en ningún otro: es de carácter sobrenatural. El Jefe es Dios y además resulta siendo tu compañero de trabajo.
No tienes que postular para este trabajo, claro hay un requisito importante y es que tú seas amigo de Dios, es decir que te hayas reconciliado con Dios por medio de Jesucristo. En términos más claros, es necesario que hayas pasado por la experiencia del arrepentimiento de tus pecados y la conversión a Dios por medio de la fe en Jesucristo. Si has hecho esto ya estás calificado para este buen trabajo.
¿Qué queda? Solamente aceptarlo y darle la bienvenida. Sí, tienes el mejor trabajo del mundo. Mi oración es que des tu mejor y mayor esfuerzo para constituirte en uno de los grandes trabajadores en el Ministerio de la Reconciliación. Que así sea.
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