lunes, 29 de febrero de 2016

PROSPERIDAD

Proverbios 21:1-9

"Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a Ia prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a Ia pobreza." Proverbios 21:5 (NTV)

Al oír o leer la palabra prosperidad ¿qué es lo primero que se nos viene a la cabeza? Algunas respuestas: dinero, éxito, estatus social envidiable, entre otras cosas parecidas.
¿Lo vinculas con planes bien pensados y arduo trabajo? Seguramente que sí, pero con todo debemos de reconocer que los atajos nos son más tentadores por lo que muchos elegimos ese camino. Nuestro mundo está lleno de este tipo de personas; gracias a Dios que también existen de aquellos que han seguido el camino recto y con su ejemplo nos han expresado que es posible la prosperidad cuando se hacen con planes bien pensados y un arduo trabajo.
¿Cómo hacemos esto? Primero debemos cambiar nuestro concepto de prosperidad no asociándolo únicamente con dinero, pensemos en ello como el logro de una tarea encomendada por Dios; por ejemplo, la buena vida espiritual de tu familia. En segundo lugar, como afirma nuestro texto planifica, obviamente tienes que hacerlo a partir de los principios que Dios establece para aquello que (siguiendo nuestro ejemplo) constituye lo que es ser la buena vida espiritual familiar. Parte de tu plan debería incluir como comunicarás e integrarás a tu familia en su desarrollo. Por último, tendrás que trabajar duro y consistentemente para alcanzar cada meta que te has propuesto para así lograr el objetivo final que es tener una familia madura espiritualmente. Cuando por fin se ha alcanzado todo lo planificado podrás manifestar que tu familia es prospera en esta área específica. 
Elijamos ser prósperos en todas las áreas de nuestras vidas. Elijamos planificar y el arduo trabajo. Has un alto y ora al Señor para pedirle dirección respecto al área en donde debes de empezar. Hoy es el tiempo correcto.

viernes, 26 de febrero de 2016

GOZO EN SU PRESENCIA

Salmos 16:1-11

“Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo. Delicias a tu diestra para siempre” (v.11).

Me preguntaba porque al hombre no le gusta estar en la presencia de Dios. Si, como lo hace el joven, estar en la presencia de Dios se reduce únicamente a participar de un concierto o de los tiempos de alabanza, entonces estar en la presencia resulta una experiencia gratificante; pero si esto tiene que ver con el estar a solas para buscar su rostro en la oración y la lectura de la Palabra, entonces esta resulta una experiencia aburrida y sosa. 
¿Te has preguntado por qué a nuestros jóvenes no le gusta la oración y la vida devocional que llevan es tan escaza? Todo parece resultar del concepto equivocado del que los adultos hemos impregnado la devoción haciendo que el estar delante de Dios sea una cuestión cargada y gravosa. ¿Será que hemos sido los padres quienes hemos contribuido en esto? ¿Será que hemos demudado nuestro rostro con dolor, llanto y ruego que si bien son correctos, pueden resultar en algo desfavorable cuando convertimos el estar en la presencia de Dios como una carga? Necesitamos considerar si no hemos pecado al hacer algo como esto.
Sin embargo, el estar en su presencia es todo lo contrario. Así lo vamos a encontrar una y otra vez a lo largo de este libro llamado los Salmos que surge de la experiencia de aquellos que decidieron vivir delante de Dios. “Me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha” no tiene en absoluto nada que ver con esa percepción aburrida que suelen tener nuestras devociones. Quizás nosotros fuimos herederos de esa forma de ver los ejercicios de piedad y por eso no solo nuestras iglesias sino también nuestros aposentos siguen estando vacíos para la oración. Cambiemos de actitud y permitamos que estos tiempos sean lo que nuestro Padre quiere, un tiempo de plenitud de gozo. ¡Ánimo!

jueves, 25 de febrero de 2016

EL MAYOR PRIVILEGIO DEL HOMBRE

Mateo 6:25-34

“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas." (v.33)

Estar en la presencia de Dios es el mayor privilegio que el hombre tiene en la vida. ¿Lo entendemos así? 
Recordemos dos hechos concretos. El primero está relacionado con los comienzos de nuestra historia. Dios creó al hombre y lo puso en el Paraíso lugar en el que podía vivir en la presencia de Dios, “Cuando el día comenzó a refrescar, oyeron el hombre y la mujer que Dios andaba recorriendo el jardín…” (Gn.3:8). Tras el pecado y ser destituidos de la presencia de Dios, siglos después Jesús vendría con el propósito de volver a acercarnos a su Padre, “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Jn.17:3). Sí, fuimos creados para vivir en la presencia de Dios y ese es nuestro mayor privilegio.
El mandato de Jesús dado en el versículo que motiva nuestra reflexión tiene precisamente la intención de hacernos recordar este privilegio. Buscar el reino de Dios y su justicia es mucho más que ponerse en una condición de leer las Escrituras para seguir normas que nos resultan difíciles de cumplir (parece que ese es el sentir aun entre los hijos de Dios), en esencia es usar de nuestro privilegio para estar en su presencia, conocerle, amarle. Note que incluso el mismo Dios quiere que lo hagamos de manera despreocupada, es decir que este tiempo no sea roto por las tareas distractoras al punto de decirnos, “todo lo que tú necesitas para vivir te será añadido”; ¿no es acaso así como debemos entender sus palabras?
Fuimos creados para vivir en la presencia de Dios, ese es nuestro mayor privilegio. Así que estas preguntas deben ser resueltas por nosotros en este día: ¿Cómo ves actualmente la prioridad en tu día? ¿Cómo esas prioridades tienen que cambiar si haces un tiempo a solas con Dios tu prioridad número uno?

miércoles, 24 de febrero de 2016

TODOS LOS DÍAS

Deuteronomio 17:14-20

“Cuando el rey tome posesión de su reino, ordenará que le hagan una copia del libro de la ley, que está al cuidado de los sacerdotes levitas. Esta copia la tendrá siempre a su alcance y la leerá todos los días de su vida. Así aprenderá a temer al Señor su Dios, cumplirá fielmente todas las palabras de esta ley y sus preceptos” (vv.18-19).

Las palabras de Dios a Moisés tienen un destinatario específico, el rey. Éste, como afirma nuestro texto, debía de tener a la mano el libro de la ley a fin de leerlo cada día con el propósito de cumplir lo que había en él. Así aprendería lo que significaba el temor al Señor.
El versículo veinte nos señala también algunas razones por las que el rey debía de tener a la mano las Escrituras y leerlas cada día, “No se creerá superior a sus hermanos ni se apartará de la ley en el más mínimo detalle, y junto con su descendencia reinará por mucho tiempo sobre Israel.” Definitivamente la ley lo apartaría de la soberbia que atrae el poder pero además en guardar la Palabra estaría la estabilidad futura de su descendencia en el reinado.
Ninguno de nosotros somos reyes, pero al igual que él también tenemos que bregar cada día con toda una serie de decisiones que requieren una respuesta que exprese nuestro temor a Dios. Al igual que el rey, también el futuro y la estabilidad familiar se pone en riesgo si es que no sabemos cumplir con fidelidad cada una de sus ordenanzas. 
Tengamos pues a la mano las Escrituras. Hagamos un plan diario que nos permita leerla como mínimo 30 minutos diarios, pero por sobre todo afinemos nuestras mentes y espíritus para que esta sea una profunda experiencia con Dios y no un mero trámite cotidiano. Después de ello, desarrollemos también una simple forma práctica para concentrarnos en la obediencia porque el fin de todo este ejercicio es aprender el temor al Señor nuestro Dios.

martes, 23 de febrero de 2016

BIEN ALIMENTADO

Mateo 4:1-11

“El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (v.4).

¿Cuántas veces al día comes? ¿Cuál es la proporción en que comes las diversas categorías en las que se ubican los alimentos? Éstas y otras preguntas están orientadas a determinar si realmente tienes una buena alimentación. La razón para estar bien alimentado es porque de ello depende la buena salud. Una buena alimentación contribuirá a nuestro favor para salir pronto ante el ataque de algún virus nocivo a nuestro cuerpo. ¡Comer bien, cuenta!
Jesús nos recuerda la integralidad del hombre. Somos cuerpo y alma y la sanidad del hombre se dará cuando él se encuentre bien alimentado. Para ello obviamente deberíamos prodigarnos una buena alimentación en lo que respecta a todo nuestro ser pues así como nuestro cuerpo sufre de agentes que dañan su salud también ocurre lo mismo con nuestro espíritu. El Señor precisamente se encontraba en una situación de ataque espiritual por parte de Satanás y su victoria fue debido al hecho de que estaba bien alimentado de toda la Palabra que sale la boca de Dios. 
Si tan sólo usáramos una de las analogías que nos resultan más obvias nos sería interesante ver si estamos o no bien alimentados para los embates que se le hace a nuestro espíritu. Por ejemplo para alimentar bien nuestro cuerpo comemos tres veces al día, ¿sucede lo mismo con tu alimento espiritual, te sientas como mínimo durante tres veces al día para comer de la Palabra de Dios? Ah… seguramente entre comidas por allí te comes una manzana o una galleta, ¿haces lo mismo y te detienes para leer un versículo o meditar en ello? 
¿Cómo te calificas? ¿Estás bien alimentado? ¿Desnutrido? Qué el Señor te dirija a tomar el mejor compromiso el día de hoy.

martes, 16 de febrero de 2016

TODO CON AMOR

1 Corintios 16:13-18

“Todas vuestras cosas sean hechas con amor.” (v14)

“Es el secreto de la casa” es lo que suelen decir cuando después de degustar tu plato favorito en algún restaurante haces la pregunta ¿qué ingrediente es lo que hace que esto sea mucho más delicioso que lo que como en casa? Obviamente es un riesgo hacer una pregunta así delante de la esposa. “Es el secreto de la casa” le responderán a fin de que usted vuelva en otra oportunidad, hecho que sin duda acontecerá. Volverás y seguramente esta vez lo harás con la esposa.
Al meditar en las palabras del apóstol no pude evitar de pensar en lo mismo. “Hay un secreto de la casa” que le es propio a todas las acciones que desarrolla un hijo de Dios y que hace que quienes se relacionan con ellos vuelvan una vez más o que los consideren dignos de confianza para iniciar una profunda relación. Ese secreto es el amor, obviamente no es el amor tal como el mundo lo da, sino ¿en qué sería diferente? Todo lo que hacemos debe ser hecho con amor, nuestra manera de pensar, de alentar, de hacer juicios, de hablar; absolutamente todo debe ser hecho con el AMOR DE DIOS.
Cierto que así como el chef famoso demora para contar con su propio “secreto”, en la vida cristiana solamente algunos llegan a tener una vida así. Sabemos todos estamos llamados a que todo lo que hacemos sea hecho con amor, lamentablemente no todos parecen estar dispuestos a construir sus vidas de esta manera. Que las palabras de Pablo constituyan un renovado mandato para nosotros: HAS TODO CON AMOR.

lunes, 15 de febrero de 2016

SOBRE TODO QUE PROFETICES

1 Corintios 13:13-14:6

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.” (v.1)

Las palabras profetas o profecía suelen causarnos temor dentro del seno de la iglesia. Pablo lo considera la profecía como uno de los dones que Dios ha entregado a la iglesia por lo que sin duda al igual que todos los dones tiene su lugar en el desarrollo que ésta haga en el mundo. Para el apóstol así lo es, ¿lo será también para nosotros?
La razón por la que nos sentimos inquietos es porque pensamos que ésta tiene que ver con predecir el futuro y han surgido tantos charlatanes y adivinos a lo largo de la Historia Cristiana (los hay también ahora) que han hecho daño a la iglesia sumiéndola en el engaño y el error. Sin embargo, una correcta comprensión de a lo que se refería Pablo con el don de profecía nos descubre lo valioso que es para su ministerio (el de la iglesia), a su vez que también nos permite reconocer por qué el apóstol demanda que procuremos sobre todo profetizar.
La profecía ofrece palabras de edificación, exhortación y consolación esa es la esencia del don y cuando a ello se le une el ser administrado en amor resulta siendo un poderoso instrumento de Dios para su iglesia. Piense en su iglesia local, ¿cuántos no están a la espera de una palabra de edificación, o cuántos no necesitan ser amonestados y alentados, o por último cuántos no necesitan ser consolado por la Palabra Escrita? ¿No es cierto que por lo menos el cincuenta por ciento de la membresía de su iglesia necesita del ministerio de un profeta? Procuremos pues los dones espirituales, pero sobre todo el de profecía.

viernes, 12 de febrero de 2016

OBLIGADOS POR AMOR

2 Corintios 5:11-21

“El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron” (v.14)

Hemos visto como el amor de forma sutil nos obliga a conductas que no haríamos a no ser por su presencia. Recuerdo al amigo en el Seminario que le encantaba jugar fulbito cada viernes hasta que el amor hacia una joven lo llevó a dejar tal práctica de manera regular por cuanto para él era más importante pasar un tiempo con la amada. Por amor se sintió obligado a dejar su tiempo favorito.
Una similar idea hay en Pablo cuando habla del amor de Cristo. El amor de Cristo lo ha llevado a cambiar el rumbo de su vida de tal forma que ahora “obligadamente” asume la tarea de dedicarse al ministerio de la reconciliación. Es movido por el amor que llevó a Cristo a morir para traerle perdón y salvación y es también obligado por el amor a quienes ve sin ninguna oportunidad futura porque aún no conocen la noticia de amor. 
No dejo de confrontar la situación actual del creyente moderno. Nos sentimos incomodados porque se nos obliga a compartir nuestra fe, en realidad no queremos que se nos recuerde que esa es nuestra tarea. Toda obligación del liderazgo parece caer en saco roto. Vale entonces preguntarse: ¿nos sentimos obligados por nuestro amor a Cristo? La respuesta a esta pregunta nos resulta ineludible, no podemos escapar de ella. Tal vez antes de dar una respuesta final será necesario volver a tener una nueva comprensión del amor de Cristo. Mi oración es que esta sea una tarea que decidas empezar el día de hoy.

jueves, 11 de febrero de 2016

PETICIÓN DE DIOS

Deuteronomio 10:12-22

“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide el Señor tu Dios de ti, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma?” (v.12)

Israel había pecado, se habían resistido al pacto que Dios había hecho con ellos y tan pronto como Moisés se fue al monte para recibir las tablas de los mandamientos ellos volvieron nuevamente a la idolatría. Con dos tablas nuevas y ellas puestas en el arca del pacto, Moisés trae palabras de Dios a fin de renovar nuevamente el pacto con ellos.
Cuatro son las peticiones sobre las cuales el pacto se mantendría estable. Ninguna de ellas debía de ser menospreciada. He aquí lo que Israel debía de hacer respecto a Dios: (1) Temer al Señor su Dios, temer al Señor es tenerle reverencia, esta palabra significa un sentimiento o actitud de profundo respeto matizado con sobrecogimiento; (2) Andar en todos sus caminos, esto significa total obediencia, la cual se traduce en la disposición de cumplir con cada uno de sus mandamientos y estatutos; (3) Amarlo, en el capítulo 6:5 se describiría este amor en términos de amarle con todo el corazón, y con toda el alma, y con toda tus fuerzas; y (4) Servirle, el cual al igual que el amor debía involucrar todo el ser. Dejar de lado tan solo uno de ellos era negarse a ser prosperado (v.13).
¿Pide el Señor algo distinto de nosotros? En realidad no, aunque quizás el Nuevo Testamento no tenga una lista tan ordenada como la que se encuentra en nuestro versículo considerado, sin embargo las exigencias son las mismas: temor, obediencia, amor y servicio. Estar en Cristo es básicamente vivir de acuerdo a la petición de Dios. Pregunta: ¿Cómo estás viviendo de acuerdo al pedido de Dios?

miércoles, 10 de febrero de 2016

UNAMOS EL AMOR AL CONOCIMIENTO

1 Corintios 8:1-13

“En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica” (v.1).

Es una bendición tener conocimiento. Este nos permite conocer y andar en la verdad. La vida requiere toma de decisiones y si tienes conocimiento eso te da mucha ventaja a la hora de hacerlas.
Sin embargo el conocimiento tiene una particularidad que afecta a los hombres, los envanece. Los lleva a la condición en la que se sienten por encima de los demás y eso los lleva a volverse antipáticos y contrario a lo que ellos podrían afirmar, los conduce a la a una situación de inmadurez. 
Tal era la situación en Corinto respecto a un asunto muy puntual: comer carne sacrificada a los ídolos. Los que tenían conocimiento sabían que los ídolos no existen por lo que tomaron la decisión de comer la carne que era sacrificada a éstos la cual se vendía en el mercado. Pero Pablo criticaba esa decisión porque ofendía y afectaba la sensibilidad y con ello la vida espiritual de los nuevos creyentes. Obviamente a los que tenían conocimiento esto no les importaba, se habían envanecido al dejar que el amor no se uniera a su conocimiento.
Cuando se une el amor al conocimiento el resultado de nuestras acciones es la edificación de los demás. De hecho no existe una decisión basada en el conocimiento sino se toma en cuenta de que esta debe edificar a los otros. ¡Esto es ser una persona con conocimiento!
¿Tienes conocimiento? Une el amor a tus decisiones. Sin esto no te jactes de tenerlo y mucho menos de considerarte una persona madura.

martes, 9 de febrero de 2016

TODO EN MANOS DE DIOS.

Salmos 144:1-15

“Misericordia mía y mi castillo, fortaleza mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que sujeta a mi pueblo debajo de mí” (v.2).

La vida debe ser desarrollada a través de certezas. Ellas son las que en definitiva nos hacen más fácil el trajinar del diario andar. Para los cristianos es un asunto sin cuestión alguna que nuestras convicciones nos venga de Dios.
Así lo entiende el salmista. El cuidado y protección, la fuerza y libertad, son asuntos que están en la mano de Dios. El contexto es amenazante para nuestro autor, “sálvame de las aguas tumultuosas; líbrame del poder de la gente extraña. Cuando abren la boca, dicen mentiras; cuando levantan su diestra, juran en falso” (vv.7, 8). Es frente a esta realidad que la certeza se levanta para traer descanso y esperar confiado en el Dios que es misericordioso, castillo, fortaleza, libertador y escudo. Pero noté es “mi misericordia, mi castillo, mi fortaleza, mi libertador, mi escudo”. ¿Hay algo mejor que esto?
Recordemos, nuestras vidas se levantan sobre la base de convicciones. Tener la certeza de que todo está en las manos de Dios, el cual es es todo y más de lo que afirma el salmista, nos lleva a descansar confiados.

viernes, 5 de febrero de 2016

¿A QUIÉN AMAS?

Mateo 6:19-24

“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” (v.24)

No existen lealtades compartidas cuando se trata de Dios. No se puede actuar como algunos con mucha frescura lo hacen al entregar su corazón al adulterio. No, el asunto no es así con Dios.
Quizás quienes tienen lealtades compartidas no saben lo que es realmente el amor. El amor tiene un carácter exclusivo cuando de Dios se trata y no es una cuestión de capricho del Gran Ser sino que es un asunto que tiene una lógica interna siendo además de sentido común que así sea. Y es que por ejemplo, siempre llegaremos a un punto en que esas lealtades se verán confrontadas y entonces será evidente que aborrecemos al uno y amamos al otro. 
Cierto es que Dios tiene una gran competencia en el dinero. Las palabras del Señor nos advierten esto. El dinero te puede dar poder, seguridad e incluso amor, además tiene eso que resulta incómodo cuando lo tratas con Dios, el dinero te da independencia. ¡Es fascinante! Y por eso es que se constituye en señor, allí precisamente se expresa su carácter nocivo. Este es el desarrollo de su lógica interna.
¿Teme Dios al dinero? Definitivamente no. ¿Es malo el dinero? Tampoco. Cuando el hombre tiene una correcta relación con éste y se convierte en siervo al servicio de Dios y nuestro, todo está en su justo lugar y resultará en una bendición para nosotros; es más Dios será quien nos lo proveerá. Cuando por el contrario el dinero termina siendo nuestro señor, esto resultará en la perdida de nuestras vidas. 
¿A quién amas? Es una cuestión de lealtad que conlleva bendición o maldición. Tú decides.

jueves, 4 de febrero de 2016

CUIDADO CON LO QUE DICES

Proverbios 17:1-10

“El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo” (v.9)

No nos gusta que alguien nos ofenda. Sentimos que están pisoteando nuestros derechos y dañando nuestra dignidad y eso no se lo vamos a permitir a nadie, mucho menos si se trata de una persona cercana a nosotros a quien solamente le hemos hecho bienes.
No se lo vamos a permitir. Entonces ¿qué haremos para resarcir nuestra honra? Vamos a ir a otra persona para contarles el agravio que se nos ha hecho a fin de que nuestro oyente se compadezca de nosotros y nos diga que nuestro enojo y deseo de venganza son normales; porque ojo, no somos tan inocentes en nuestras intenciones al ir para contárselo a otros, lo hacemos para que el ofensor también quede mal con ellos y esto es ya una venganza camuflada…” ¡No lo sabías!”… Sí, ya estás vengándote. 
El Señor nos muestra otro camino. Él nos dice que busquemos la amistad y hacer esto significa perdonar al amigo. Quien hace algo como esto no necesita divulgar la ofensa. ¿Por qué lo haría si ya todo está perdonado? Claro debemos de ser honestos, perdonar no es fácil y mucho menos a un amigo o cercano a quien le hemos dado todo. Pero es precisamente tomar la decisión de perdonar lo que nos hace identificarnos con nuestro Señor. Perdonar es reflejar que el amor de Cristo que ha traído perdón sobre nuestra vida está ahora en el centro de nuestro ser. Esto hace que no solamente podamos actuar como él lo haría sino que consigue que seamos reconocidos como que somos de Cristo.
Al ser ofendido, ten cuidado con lo que dices.

martes, 2 de febrero de 2016

HAY UN BIEN EN TODO

Romanos 8:28-39

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (v.28)

Hay gente que se caracteriza por sacar un beneficio de cualquier situación por la que haya pasado. Han ido adquiriendo a lo largo de los años una forma de ver las cosas que nos impresionan y que nos resultan dignas de imitar. Ellos han encontrado que hay un bien en todo lo que les ocurre.
El apóstol Pablo señala que ver en un bien en todo es algo que le debería ser propio a todo aquel que ama a Dios. Esta percepción a diferencia de las personas que anteriormente hemos mencionado no surge del duro aprendizaje sino es una certeza que nos viene de parte de Dios, al considerar sus propósitos para los que él ha llamado. El que ama a Dios es un llamado de Dios y a éste Dios hace que todas las cosas que le ocurran sean para su bien.
Tal vez seas de las personas que aun resiste estas palabras porque no entiende cuál es el propósito de Dios. Pablo lo mencionaría más adelante cuando dice que hemos sido predestinados para ser conforme a la imagen de Cristo (v.29). Entonces el cuadro nos queda completo, cada cosa que nos ocurre ayudará a que nos conformemos más y más al carácter de su Hijo. 
Cuando entendemos estas cosas, un sentido de paz y seguridad llenará nuestras vidas. ¿A qué le podemos temer o qué nos conmoverá si Dios hace que todo nos ayude a bien?

lunes, 1 de febrero de 2016

LEVANTA BANDERA DE AMOR

Cantares 2:1-6

“Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue amor” (v.4)

Cantares habla del amor del esposo a la esposa, o si se le quiere ver de otra perspectiva es el amor de la esposa al esposo. Algunos a causa del lenguaje usado en sus pasajes lo han metaforizado y han visto este libro como la expresión del amor de Dios hacia Israel. Es la interpretación que ha primado a lo largo de los siglos y recién algunos se atreven a verlo de una manera distinta, la del amor del amado a la amada.
Independientemente de cómo lo abordemos, la oración “su bandera sobre mí fue amor” es la que mayormente nos llama la atención en el versículo cuatro. ¿Qué quiere decir la amada a su amado con estas palabras? Son varios los significados que la bandera tenía para los antiguos pero quiero destacar algunos en los que posiblemente la amada estaba pensando en esta oración. La bandera hablaba de demostraciones de victoria y fuerza. Levantar la bandera en el terreno enemigo expresaba que el enemigo había sucumbido y en tal sentido señalaba la victoria y la fuerza de la nación vencedora. Relacionada con este significado estaba la idea de autoridad y poder. Quien levanta bandera lo hace en señal de autoridad y poder.
Entonces la declaración de la amada nos resulta ahora comprensible. El amado ha levantado su bandera, la ha conquistado, ha doblegado su voluntad y lo ha hecho con la autoridad y el poder que solamente el amor puede lograrlo. Ella reconoce que solamente el amor del amado tiene el legítimo derecho de vencerla. Interesante conexión, porque mientras el amado entiende que no puede obtener victoria sobre ella sino por el poder el amor, ella por su parte reconoce que frente al amor del amado no existe fuerza alguna en ella para ser conquistada. ¡Qué tremendo es esto!
Una pregunta que nos confronta es: ¿estamos levantando bandera de amor sobre nuestros cónyuges? La respuesta se hace necesaria ahora.