Cantares 2:1-6
“Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue amor” (v.4)
Cantares habla del amor del esposo a la esposa, o si se le quiere ver de otra perspectiva es el amor de la esposa al esposo. Algunos a causa del lenguaje usado en sus pasajes lo han metaforizado y han visto este libro como la expresión del amor de Dios hacia Israel. Es la interpretación que ha primado a lo largo de los siglos y recién algunos se atreven a verlo de una manera distinta, la del amor del amado a la amada.
Independientemente de cómo lo abordemos, la oración “su bandera sobre mí fue amor” es la que mayormente nos llama la atención en el versículo cuatro. ¿Qué quiere decir la amada a su amado con estas palabras? Son varios los significados que la bandera tenía para los antiguos pero quiero destacar algunos en los que posiblemente la amada estaba pensando en esta oración. La bandera hablaba de demostraciones de victoria y fuerza. Levantar la bandera en el terreno enemigo expresaba que el enemigo había sucumbido y en tal sentido señalaba la victoria y la fuerza de la nación vencedora. Relacionada con este significado estaba la idea de autoridad y poder. Quien levanta bandera lo hace en señal de autoridad y poder.
Entonces la declaración de la amada nos resulta ahora comprensible. El amado ha levantado su bandera, la ha conquistado, ha doblegado su voluntad y lo ha hecho con la autoridad y el poder que solamente el amor puede lograrlo. Ella reconoce que solamente el amor del amado tiene el legítimo derecho de vencerla. Interesante conexión, porque mientras el amado entiende que no puede obtener victoria sobre ella sino por el poder el amor, ella por su parte reconoce que frente al amor del amado no existe fuerza alguna en ella para ser conquistada. ¡Qué tremendo es esto!
Una pregunta que nos confronta es: ¿estamos levantando bandera de amor sobre nuestros cónyuges? La respuesta se hace necesaria ahora.
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