“Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes” (1 Cor.16:13)
La vida del cristiano requiere mantenerse en un estado constante de alerta. Hay demasiadas cosas que atentan con su comunión con Dios que le urge estar listo para abordarlas con la entereza que se requiere. ¿Cómo hacemos esto? Las afrontamos con firmeza y valor.
Necesitamos aprender a reconocer lo falso de lo verdadero y una vez identificado debemos estar dispuestos a no claudicar en aquello que el Señor nos ha dado. Necesitarás ser valiente para ir contra la corriente y no dejarte conmover por lo que otros busquen hacer de ti. No somos como aquellos que corren detrás de las cosas porque otros lo están haciendo, sino nuestras acciones deben reflejar lo que tan sólo un adolescente de quince años fue capaz de decirle al rey más poderoso de la tierra: “Lo siento, rey. Tu comida no es suficientemente buena para mí. No puedo comerla”. Interesante paráfrasis para describir la acción de Daniel quien propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey (Dn.1:8).
En este mismo momento, ¿qué es la situación que hace que requieras firmeza y valor? Quizás estás pensando en las consecuencias si no transiges, tal vez te quedarás sólo en esto si sigues la dirección que Dios te ha dado. Recuerda, solamente la firmeza y valor han llevado al hombre a ser considerado como instrumento de Dios. Hoy te ha llegado el tiempo.
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