viernes, 10 de junio de 2016

CRISTO VIVE EN MI

Gálatas 2:11-10
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (v.20)

Realmente nos es difícil concebir que estamos muertos pues es eso lo que el apóstol dice de todos aquellos que están en Cristo: “Están crucificados juntamente con Cristo”.
La dificultad estriba en que no sabemos qué es lo que significa esto y además en el hecho que hay mucho de nosotros en la vida que actualmente llevamos de modo tal que conscientemente sabemos que somos nosotros los que aun vivimos en la carne (usando el lenguaje de Pablo). 
Para que Cristo viva en nosotros necesitamos indudablemente de la fe. Debemos creer que el día que le entregamos nuestras vidas por medio del arrepentimiento y la conversión literalmente fuimos puestos en la cruz y morimos juntamente con él. Ya no más está vivo el tipo de individuo que éramos. Pero, así también necesitamos ahora de la fe en el Hijo de Dios para que él desarrolle en nosotros un nuevo estilo de vida de acorde a sus fines y propósitos de tal manera que en todo lo nuestro Dios, el Padre, manifieste su Gloria. 
¿Qué quiere decir esto en la vida práctica? Pensemos un poco en cómo el hombre sin Cristo mira a una mujer, ¿no era acaso para adulterar en su corazón? Sin embargo una vez que este hombre ha muerto en la cruz, Cristo ha puesto en él una nueva forma de verla de tal modo que su mirada ahora es pura y santa. Esto es lo que precisamente debe ocurrir en cada área de nuestra vida…. Entonces al igual que Pablo habremos logrado morir y por fin podremos decir: “Cristo vive en mí”

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