2 Pedro 1:3-12
“Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina.” (vv. 3-4).
“Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas” ¡Puedes creerlo! Y Pedro nos dice que todas ellas se nos han dado (1) para que podamos vivir como Dios manda; y (2) para que tengamos parte en la naturaleza divina, esto es, para que participemos de la naturaleza divina.
Sin duda ser perdonados de nuestros pecados es la necesidad primaria que todo ser humano necesita. La culpa que es resultado de nuestras acciones es difícil ignorarlas y nos son demasiada carga, no hablamos necesariamente de aquellas que son el resultado de nuestras ofensas a Dios (aunque todas lo son) sino de las que nos vienen como resultado de haber herido a nuestros cercanos. Aunque nos puede ser posible ser perdonados pero difícilmente la culpa suele alejarse de nosotros; sin embargo esto no ocurre cuando vamos al Altísimo y es él quien otorga el perdón. Realmente algo nuevo nos ocurre al llevar delante de Dios nuestras ofensas y es que sólo él puede perdonar y borrar toda culpa con que el pecado nos carga.
Pero… no es todo lo que Dios nos ofrece, él nos da más y eso es lo que Pedro quiere resaltarnos. Se nos ha concedido todo para vivir una nueva vida. El perdón nos da la entrada a bendiciones como: justificación (Ro.5:1), reconciliación (Ro.5:11, 2 Cor.5:18-19), santificación (Ro.6:22; 1 Cor.1:30), comunión (1 Jn.1:3), glorificación (Ro.8:30), la mente de Cristo (1 Cor.2:16), entre otras que no son necesarias nombrarlas para darnos cuenta de lo cuan grandes noticias constituyen para el hombre las palabras del apóstol.
La cuestión final es: ¿Es todo esto una experiencia en nuestra vida diaria? ¿Realmente abundamos en estas dadivas o es que acaso solo el perdón tiene lugar en nosotros? Recordemos que se trata de perdón… y mucho más.
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