Juan 13:12-20
“Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (v.15)
En mis días de Seminario leí un libro en el que se encontraban unas palabras que impactaron tanto mi vida que hasta hoy pasadas varias décadas aun las recuerdo: “Tus acciones hablan tan alto que no se escucha lo que tu dice”. Hoy nuevamente vienen a mi memoria a partir de la cita mencionada.
Desde una perspectiva cristiana D. Moody dijo que: “Después del poder de Dios la serena belleza de una vida santa es la influencia más positiva del mundo”. El poder del ejemplo es tan grande que nos hemos roto la cabeza al pasarla por alto buscando metodologías efectivas que nos ayuden a formar a nuestras generaciones en valores y en conductas. Y no es que se haya ignorado el poder del ejemplo sino que todo ha quedado únicamente como excelentes sermones aun para aquellos que lo han predicado.
Necesitamos volver al ejemplo. El Señor mismo reconoció el valor de ello para sus enseñanzas. Definitivamente para los cristianos no nos queda otro camino. Debemos tomar con seriedad las palabras de Albert Schweitszr cuando dice: “El ejemplo no es la cosa principal a la hora de influir a los demás; es la única”. No enseñamos filosofía, lo nuestro es una forma de vida, por tanto el ejemplo es el único camino que tenemos para que la gente conozca el poder transformador que hay en Jesucristo. Que tus acciones sean tan grandes que aunque hables mal todos te puedan escuchar.
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