miércoles, 31 de agosto de 2016

JESUS ORA POR NOSOTROS

“¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros” (v.34).

El mejor escenario para todo cristiano es el de victoria, esto es lo que el apóstol Pablo nos recuerda a lo largo de este pasaje, de hecho leemos “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (v.37) como un indicativo de esta verdad.
Ahora bien, ¿cómo es posible esta victoria? Pablo nos responde: Cristo está a la derecha del Padre intercediendo por nosotros. Para decirlo en términos más fáciles, Jesús está orando cada día por nosotros para que seamos más que vencedores frente a toda circunstancia que tenemos que pasar cotidianamente. ¿No nos fortalece el saber que si estamos pasando por tiempo de tormenta, él está orando para que podamos salir airosos?
¿De qué manera nos afecta todo esto? En realidad debería cambiar nuestra perspectiva sobre el desarrollo de nuestras vidas. Muchas veces nos hundimos y desalentamos ante el hecho de la soledad y abandono frente a las situaciones desafortunadas, allí en donde nos solemos preguntar ¿Dios mío, dónde estás? Si podemos elevar nuestros ojos al cielo veremos a Jesús intercediendo para que nuestra fe no decaiga y salgamos airosos frente a esta eventualidad. ¿Lo crees?
No dudes, quién más capaz para hacer una buena oración intercesora. Él que conoce tu corazón, tus circunstancias y el corazón del Padre es el que está más capacitado para orar por ti, y él lo hace. Que esto pueda traer paz a nuestros días.

martes, 30 de agosto de 2016

EL GRAN YO SOY

“Los discípulos al verlo caminar sobre el agua, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar llenos de miedo por lo que veían. Pero él habló en seguida con ellos y les dijo: ¡Cálmense! Soy yo. ¡No tengan miedo!” (vv.49-50). 

Pareciera que la siguiente afirmación suena como una blasfemia, pero si la meditas tan sólo un poquito hallarás que es algo que nos ocurre a la gran mayoría. ¿Cuál es esta afirmación? “Nunca Jesús resulta siendo Dios sino cuando viene a nuestro encuentro en las tormentas de la vida”. Déjame explicarlo. 
Creo que en el fondo nos ocurre lo mismo que los discípulos tras el milagro de la alimentación de los cinco mil. ¿De qué forma impactó en sus vidas el hecho de haber dado de comer casi a quince mil personas – es posible que este haya sido el número real – con tan sólo cinco panes y dos peces? Marcos nos lo explica en las palabras siguientes: “Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones”. ¿Deberás no habían entendido… no habían visto su gloria, gloria como la del Hijo de Dios? No, y debido a ello Jesús tuvo que ponérselas difícil para que pudieran entender quién era él. Nota que en medio de la prueba y al llegar ante ellos se identifica como el gran YO SOY, nombre con el cual Dios se dio a conocer a Moisés (Éx.3:14). Tras eso y al llegar a la barca se calmó el viento; y ellos le adoraron diciendo: “Verdaderamente eres Hijo de Dios” (Mt.14:33)
No somos afectos a las tormentas, pero sucede que las cuestiones cotidianas parecen darnos una imagen de Cristo muy suave que solamente los momentos de crisis nos las devuelven en su plenitud. No pretendo señalar un absoluto en mis afirmaciones de hoy, pero creo que muchos entenderán cuando digo que Jesús es realmente conocido como el Gran YO SOY en medio de las tormentas. Oro porque esto no suceda, pero si así ocurriera, no nos preocupemos él se encargará de hacernos saber quién es.

lunes, 29 de agosto de 2016

NECESITAS TORMENTAS

“Pero al sentir (Pedro) el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: ¡Señor, sálvame!” (v.30).

Hay algunos episodios en las Escrituras que nos resultan clásicos. Creo que éste es uno a quien podemos darle esta categoría. ¿Por qué? Es que destaca el hecho más afortunado y desafortunado de la vida, una suerte de contradicción para nuestra condición humana. La vamos a llamar, las tormentas de la vida.
Este texto nos ilustra claramente su realidad y de hecho también su necesidad. Lo primero, es decir su realidad, en definitiva es algo no lo podemos evitar, nos ocurrirá y será el tiempo más sombrío que vamos a experimentar. Mientras que lo segundo, es decir su necesidad, es para darnos cuenta que en tal eventualidad el Señor siempre estará allí. Él tiene absoluto control de los tiempos en nuestra tormenta y llegará en el momento adecuado.
Obviamente alguien dirá: ¿Pero no sería mejor que no hubiera tormentas? En realidad nunca sabremos cuán fuerte es nuestra dependencia y confianza en Dios a menos que las tengamos como el hecho que la confronta. Por otro lado, para nuestro beneficio, Dios suele usarlas sea para refinar nuestra fe o sea para prepararnos para una nueva revelación o un nuevo servicio. Es necesario que recordemos siempre el final de este pasaje para alentarnos en medio de ello: “Y cuando ellos (Jesús y Pedro) subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios” (vv.32-33)

viernes, 26 de agosto de 2016

SÓLO UN POCO MÁS

Lucas 5:1-11
“Cuando acabó de hablar, le dijo a Simón: Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar. Maestro hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada – le contestó Simón –. Pero como tú me lo mandas, echaré las redes” (vv.4-5).

Pedro ha trabajado toda la noche y es hallado por el Señor en plena faena aun en las horas de la mañana. Las cosas no han salido bien durante la noche y el afán de conseguir aunque sea una pequeña pesca lo ha llevado a hacer horas extras aquél día. Juan y Santiago, amigos de la misma profesión ya se habían cansado y estaban limpiando las redes, pero él y su hermano buscaban algo que les permitiera salvar la noche.
Entonces aparece Jesús rogándole le permitiera subir a la barca con el propósito de que al alejarse un poco de la tierra tuviera una mayor comodidad para enseñar a la multitud. Él accede y junto a los demás pero en una zona preferencial se sienta a escucharlo. Su pesar por el fracaso de la faena nocturna cae en olvido a medida que escucha las reconfortantes palabras del Señor. Así Jesús llega a su término y él está listo para olvidar la mala noche y disponerse a ir a casa, para volver seguramente horas más tarde ya con fuerzas renovadas y nuevas esperanzas… después de todo ¿quién no ha tenido una mala pesca alguna vez?
Pero la historia cambia… mientras Pedro busca acercar la barca hacia la orilla, el Señor le pide que lleve las barcas hacia aguas más profundas. ¿Le quiere hacer recordar el Maestro su fracaso? Él está cansado, quiere irse a casa, no quiere más nada… había sido una pésima noche y aun incluso podía haber sido una mala mañana si es que Jesús no le hubiera pedido la barca para enseñar. “Yo no quiero seguir mar adentro… ya lo hicimos toda la noche” son sus palabras… pero al mirar a Jesús hay algo que lo alienta y entonces le dice: “Pero como tú me lo mandas, echaré las redes”
¿Te has percatado que sólo un poco más puede hacer la diferencia en tu vida? Sí, cuando ese poco tiene que ver con lo que el Señor te pide hacer. Sé que nos hemos sentido como Pedro en varias oportunidades. Hemos dado nuestro mejor esfuerzo, una y otra vez hemos echado las redes, incluso la Palabra del Señor nos ha animado, pero no es sino hasta el “lleva tu barca hacia aguas profundas” que recordamos que ya estamos cansados y frustrados de haber tirado nuestras redes una y otra vez. Entonces tendremos que tomar la decisión entre llevar la barca a la orilla o llevarla a aguas profundas. Los resultados serán totalmente distintos… pero somos nosotros los que tendremos que decidir. ¿Cuál será tu elección?

jueves, 25 de agosto de 2016

COMPASIVOS

“Cuando Jesús desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor” (v.34a).

Al meditar sobre este versículo estas son algunas de las reflexiones que surgen en mi mente:
1. La compasión es un a priori en la vida de todo cristiano. No podemos andar por el mundo sin albergar compasión en nuestros corazones.
2. La compasión nos acerca a los hombres, por eso es que tenemos necesidad de ésta. Existen razones para mantenernos alejados de los hombres, pero la compasión las echa por tierra.
3. La compasión es amor en acción. Se centra en la necesidad de los otros y en el desafió que ésta nos confronta: “Dadle vosotros de comer” (v.37)
4. No podemos ser compasivos por nosotros mismos. No tenemos los recursos espirituales, emocionales y mucho menos físicos para poder hacerle frente. Algunos incluso hemos sido heridos alguna vez por aquellos que fueron objetos de nuestra compasión.
5. La compasión es gracia abundante que proviene de Dios. En la medida que esa gracia nos ha tomado seremos canales generosos de actos de compasión.
6. La compasión será lo único que mucha gente tendrá para ver y conocer a Dios. De hecho esta es la razón principal por la que debemos hacer que las buenas obras de compasión sean vistas por los demás (Mt.5:16)
Por todo esto y más… veamos a la gente con la misma compasión de nuestro Señor pues “Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesús vivió.” (1 Jn.2:6)

miércoles, 24 de agosto de 2016

SUELTA EL CONTROL

“Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesitan” (Mt.6:33 NTV)

Queremos tener el control de todo. Va contra la lógica y es totalmente absurdo pero igual queremos tomar el control sobre los resultados de todo aquello que compete con nuestra vida. ¿Puedes controlar una enfermedad? ¿Un despido intempestivo del trabajo? No, no puedes controlarlo, te pasará por encima.
El Señor nos da el secreto para que todo esté bajo control, es dejárselo a él, porque eso es lo que significa “buscar el reino de Dios por encima de todo”. Al llegar al reino él te dice: “deja de hacer las cosas a tu manera, ahora la vamos hacer a la mía… confía… tendrás todo lo que necesitas”. Entonces tu depones tu obsesión por controlarlo todo y lo haces a su manera… el resultado será extraordinario. Esto fue precisamente lo que le ocurrió a Pedro cuando obedeció la orden del Señor quien le dijo: “Pedro…lleva la barca hacia aguas más profundas, y echa allí las redes para pescar” (Lc.5:4). ¿Recuerdas las palabras de Pedro? “Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada. Pero como tú lo mandas, echaré las redes” (Lc.5:5). Pedro soltó el control y Jesús hizo que sucedan las cosas.
Suelta el control, pon cada cosa en las manos de Dios: estudios, profesión, trabajo, finanzas, familia, salud, iglesia. Todas estas cosas no deben estar en tus manos, ¡no puedes ni siquiera con una de ellas! Sabes mientras luchamos con todo esto, el Señor nos mira con tristeza mientras nos susurra al oído: “no tiene que ser de esta forma, yo quiero tomar todo esto… hazlo a mi manera”. ¿Dejarás el control? ¿Permitirás que él lo tome? Tú haces la elección.

martes, 23 de agosto de 2016

CORTOPLACISTAS

“Los discípulos comenzaron a hablar entre ellos y decían: Seguramente dijo esto porque no trajimos pan, Jesús se dio cuenta de lo que hablaban y les dijo: ¿Por qué habla de pan? ¿Todavía no comprenden? ¿Tienen la mente cerrada?” (vv.16-17).

¿Es posible que Jesús estuviera llamándoles la atención a sus discípulos por el pan cuando días atrás había hecho el milagro de dar de comer a cuatro mil personas? De hecho Jesús les hace esta observación y no sólo ésta sino que además les hace recordar la vez en que dio de comer a cinco mil personas (vv.18-20), para luego terminar con un breve reproche: “¿Cómo aún no entendéis?”
Jesús estaba usando ese tiempo de travesía para darles una enseñanza dirigida a mejorar el carácter de ellos con el propósito de prepararlos para el reino. Le mencionaba lo peligroso que resulta el orgullo para todo aquel que quiere iniciar una carrera con Dios, pero ellos solamente tenían la cabeza para lo material, pensaban en lo que les faltaba para llenar el estómago. Tenían una mentalidad cortoplacista, búsqueda de la satisfacción temporal y eso no les permitía reconocer lo que Cristo quería enseñarles y hacer de ellos.
Leía ahora lo siguiente: “cuando pensamos en la comodidad en lugar del carácter, cuando pensamos en nuestra felicidad y no en nuestra santidad, cuando pensamos en disfrutar de la vida ahora en lugar de prepararnos para la eternidad, estamos atrapados en el pensamiento a corto plazo, y eso es lo que nos impide ver la vida con claridad”. ¿Acaso no está pasando esto en nuestra vida?
Necesitamos soltarnos de la mentalidad cortoplacista. No es la manera en como Dios trabaja en nuestras vidas. Nos vamos a frustrar y deprimir si lo hacemos así, vamos a decepcionarnos incluso de Dios si apostamos por esta mentalidad. Pídele a Dios que te llene de una mentalidad a largo plazo y llénate con la esperanza de que él está trabajando para hacer grandes cosas en tu vida. Qué así sea.

lunes, 22 de agosto de 2016

UN POQUITO DE ORGULLO

“Entonces Jesús los dejó, volvió a subir a la barca, y se fue al otro lado del lago. Los discípulos se habían olvidado de llevar comida, y sólo tenían un pan en la barca. Jesús les advirtió: Les recomiendo que se cuiden de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes Antipas. Los discípulos comenzaron a hablar entre ellos y decían: Seguramente dijo eso por no trajimos pan” (vv.13-16)

La levadura era generalmente una metáfora del orgullo y arrogancia. Pones levadura a la masa y esta se esponja, pones demasiado y estalla. ¿Cuánto de levadura necesitas para un pan? Seguramente que no mucho, pero ese poquito será suficiente. ¿Cuánto de orgullo necesitas para perder el control y meterte en problemas? Tampoco necesitas mucho, un poquito es suficiente.
Cantares 2:15 señala que hay que cazar las zorras pequeñas porque ellas son las que echan a perder la viña. Tal vez tu orgullo sea tan pequeño que ni siquiera te has percatado de que lo tienes. “Yo orgulloso, que bah...” sería la réplica que darías a alguien que valientemente te confrontara al respecto. Sutil situación en la que nos pone el orgullo cuando ni siquiera nos damos cuenta de ello, lamentablemente aunque nos sea imperceptible, su daño si es perceptible, y a menudo demasiado perceptible.
El orgullo nos lleva a querer ganar en los conflictos, incluso a originarlos; hace que no reconozcamos nuestros errores, siempre es culpa de los demás y nuestra; nos lleva a pensar que nosotros merecemos la posición y honra que otros se están llevando porque creemos que somos mejores que ellos. Lo triste de todo esto es que el orgullo nos quita las bendiciones de Dios ya que el solamente tiene parte con el quebrantado y humilde de espíritu (Is.57:15). No necesitamos mucho orgullo para llegar a echar a perder nuestra vida.
Hagamos que la demanda del Señor por cuidarnos de la levadura de los fariseos y de Herodes Antipas no nos lleve a la insulsa conversación de los discípulos. Decidamos despojarnos del orgullo que mina nuestras vidas.

viernes, 19 de agosto de 2016

ESPERA TU MILAGRO

1 Reyes 1:17:8-24
“Entonces el SEÑOR le dijo a Elías: 9 «Vete a Sarepta en Sidón y vive ahí. En aquel lugar vive una viuda a quien yo le he ordenado que te dé comida” (1 Reyes 17:8-10a).

Todo hoy parece realizarse en el plano natural a diferencia de la época conocida como Historia Bíblica. ¿Será que tras el desarrollo de toda esta etapa, Dios dejo de obrar milagros? El que abundará milagros y que estos hayan sido escritos para nuestro conocimiento muchos siglos después ¿no nos invita a reflexionar sobre el hecho de que los milagros son la forma “natural” en la que Dios actúa en el mundo que ha creado?
Quizás se levante una vocecita incrédula dentro de nosotros que nos diga: “Bah… esto no es así, eso solamente los crédulos lo aceptan” y aunque ciertamente son palabras de reproche, hay una gran verdad en esta afirmación: los que tienen fe son los creen y también los que ven sus milagros.
Los milagros se sostienen en un Dios que interviene en la Historia de los hombres, ¿cómo él no intervendrá si los hombres son suyos? Obviamente les ocurren a hombres como Elías o la misma mujer de Sarepta que dejaron que él se involucrará en sus vidas. Elías era un profeta de Dios que aprendió a conocer a Dios y depender de él; no siempre tuvo que obedecer en situaciones que parecían tener sentido como el tener que ir hasta Sidón, un territorio hostil para él, para ser alimentado durante época de sequía por una mujer viuda… ¿qué podría ofrecerle ella? Por otro lado, la mujer viuda con el puñado de harina y el poco de aceite ¿qué podía ofrecer si ella misma y su hijo se dejarían morir después de comer este escaso recurso? Con todo, ambos decidieron creer en Dios y el milagro ocurrió.
¿Hemos aprendido a vivir sin milagros? Creo que no, entonces ¿por qué no los esperamos? Vivamos de tal manera que nuestras vidas estén involucradas con Dios… entonces los podremos ver una y otra vez porque él es un Dios de milagros. Es su forma “natural” de actuar en favor de nosotros.

jueves, 18 de agosto de 2016

MOTIVOS PERMANENTES DE ORACION

“Mi oración no es por el mundo, sino por los que me has dado, porque te pertenecen” (v.9 NTV)

Aun en sus horas finales Jesús se preocupó por aquellos que le fueron dados por Dios. Es imposible no sentirse conmovido al leer las últimas palabras de este versículo, “porque te pertenecen”. Los que le pertenecen pueden contar que esta oración de Jesús ha llegado hasta el seno del Padre y está siendo contestada en todo lugar y tiempo. Necesitamos poner atención a esta oración. ¿Por qué cosas pide el Señor en favor de los suyos?
Sin agotarlo todos, podemos destacar algunos motivos de oración que son mencionados por el Señor en este capítulo:
• Que sean llenos del gozo del Señor (v.13)
• Por protección espiritual (vv.11, 15)
• Que sean enseñados en la Palabra por Dios para crecer en santidad (v.17)
• Para un servicio más efectivo (v.18).
• Que se comparta el evangelio (v.20)
• Por mantener la unidad de la iglesia (v.21)
Estos son los motivos de oración de Cristo y sin duda Dios está trabajando para que su iglesia las viva. Es necesario que también nosotros nos enfoquemos en ello orando y dependiendo de la gracia de Dios para que se cumplan allí en donde nos congregamos. No existe oración que se haga en la voluntad de Dios que no sea contestada.

lunes, 8 de agosto de 2016

BAJO LA GRACIA

“Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia” (v.14)
¿Persistir en el pecado? ¿Cómo es posible que esto ocurra? Esta es la discusión que al apóstol desarrolla en esta sección.
Las palabras de Pablo son reveladoras al respecto pues nos da a conocer algo que al parecer no hemos tomado con el cuidado necesario. Él dice que definitivamente hemos muerto en Cristo (v.8), esto es hemos muerto a todo lo que se refiere a nuestra vida pasada, incluido los enemigos que la acechaban; enseguida nos dice que hemos sido resucitados de entre los muertes (v.9) lo que significa que en este estado ya aquello que era parte de la vida muerta (pasada) no nos puede alcanzar, ya no tiene dominio sobre nosotros (v.9), vivimos ahora para Dios (v.10); por fin recalca el lado humano, hay que considerarnos (como conviene, por ser la realidad) muertos al pecado negándonos al pecado y sí sirviendo a la justicia (vv.11-12). Por último concluye de este modo el pecado ya no dominará sus vidas porque están bajo la gracia de Dios (v.14)
El pecado seguirá teniendo control sobre nosotros si no entendemos la gracia de Dios. Su gracia ha inutilizado el poder pecado en nuestras vidas pero nos ha dado a la vez el poder para vivir una vida nueva, de allí las palabras de Pablo que dice: “… Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad” (Fl.2:13). Esto no se trata de ignorar que aun vivimos en este mundo ni el poder del pecado, pero si tomar en cuenta que es una vía paralela en la que ya no vivimos a causa de la gracia de Dios. Vivamos pues y disfrutemos del vivir bajo la gracia de Dios.

viernes, 5 de agosto de 2016

EL SENTIDO DE LA VIDA

“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Más si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor” (vv.21-23).

Amamos la vida. Nos gustaría vivirla siempre y bien. Es cierto que es lo que reconocemos como “bien” lo que nos traerá problemas. De hecho la razón porque nuestro mundo está tan mal es debido a que tenemos diversas maneras de conceptuar el bien, lamentablemente desde la fundación de la tierra el hombre equivocó en esto y surgió el caótico escenario en el que vivimos.
Para quienes somos cristianos amar la vida es vivir para Cristo, éste es el sentido para nuestras vidas. Nuestra vida se sostiene por medio de una relación vital con él que se da en la cotidianeidad, relación en la que sujetados a su voluntad le servimos y adoramos. Entonces como Pablo afirma nuestra vida resulta en beneficio de la obra de Dios y así al considerar la muerte quedamos en estrecho porque esto se opone a la otra expresión de nuestro amor a la vida que es estar con Cristo en la eternidad.
La vida del hombre encuentra su plena realización en la persona de Cristo sea aquí en la tierra y mucho más cuando cruzamos el umbral de la muerte. Esto es sin duda liberador por cuanto nos permite desgastarnos aquí sin ningún temor, incluso al sacrificio como lo fue en el caso de Pablo y de otros muchos que entregaron literalmente sus vidas por la causa de Cristo. Extraño, incomprendido por los que están ajenos a esta vida pero verdadero. Así que así son las cosas, ¿amas tu vida? En Cristo está el sentido para ella.

jueves, 4 de agosto de 2016

PIEDRAS HABLANTES

“También ustedes son como PIEDRAS VIVAS, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo… Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que PROCLAMEN las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable” (vv.5, 9).

Las piedras suelen hablar. Para la Arqueología este un asunto de mucha importancia. Las piedras han dicho mucho acerca de las civilizaciones del pasado. Prácticamente toda la cultura de dicha gente se nos ha sido revelada por el estudio que se ha hecho de sus piedras. Ellas han sido un poderoso testimonio de civilizaciones que por muchos años permanecían solamente como una especie de mitos escritos en algún libro antiguo… LAS PIEDRAS HABLAN.
La Iglesia está constituida por PIEDRAS las cuales a diferencia de lo mencionado anteriormente no son inertes sino con vida. Somos PIEDRAS VIVAS las que se han levantado teniendo como base a la PIEDRA PRINCIPAL que es Jesucristo (v.4), el cual nos ha constituido un edificio vivo… SU IGLESIA y nos ha dado curiosamente la tarea de hablar (predicar). Cada piedra puesta en este edificio fundado en el pasado ha sido puesta para hablar acerca de las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable (v.9). 
¿Qué están hablando estas piedras hoy? ¿Están hablando? Mi oración es que al vernos se queden realmente maravillados con Cristo que les produzcan una sensación interior mucho más profunda como cuando alguien llega por primera vez a ver las piedras que constituyen las múltiples ruinas que tenemos en la ciudad del Cuzco. Hagamos que nuestras PIEDRAS HABLEN.

martes, 2 de agosto de 2016

PODEROSO GIGANTE CON NOSOTROS

“Más Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada” (v.11).

Jeremías, un gran hombre de Dios a quien le fue entregado un difícil ministerio también en una difícil época. Por lo general los profetas no fueron bien recibidos y Jeremías no fue la excepción. Fue objeto de burla por su mensaje (v.7), aun sus propios amigos esperaban que tropezará (v10) y sufrió maltrato físico siendo colocado en el cepo (v.2). Como él mismo afirma, decidió callar para evitarse todas esas situaciones, pero la palabra que Dios le había dado era tan fuerte que no se podía mantener en tal situación… tenía que predicarla (v.9). En este contexto es que él nos regala estas preciosas palabras “Tengo en Dios a un poderoso gigante que está conmigo ninguno de mis enemigos podrá contra él”.
Muchos siglos después esta era también la certeza que había en el apóstol cuando dijo “¿Qué pues diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Ro.31). 
Estas palabras constituyen una de las mayores verdades para todo hombre comprometido con el diario caminar con Dios. Él camina a nuestro lado y ante él todo sucumbe. No importa nuestra debilidad pues “nuestra debilidad no es obstáculo para el Señor sino más bien el pretexto y la ocasión que él busca para obrar con poder resolviendo nuestros conflictos pues aun su poder se perfecciona en nuestra debilidad” (2 Cor.12:9).
¿A qué te enfrentas el día de hoy? ¿Cuál es el enemigo que se cierne sobre tu vida? Recuerda que Dios está contigo cual PODEROSO GIGANTE.