lunes, 22 de agosto de 2016

UN POQUITO DE ORGULLO

“Entonces Jesús los dejó, volvió a subir a la barca, y se fue al otro lado del lago. Los discípulos se habían olvidado de llevar comida, y sólo tenían un pan en la barca. Jesús les advirtió: Les recomiendo que se cuiden de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes Antipas. Los discípulos comenzaron a hablar entre ellos y decían: Seguramente dijo eso por no trajimos pan” (vv.13-16)

La levadura era generalmente una metáfora del orgullo y arrogancia. Pones levadura a la masa y esta se esponja, pones demasiado y estalla. ¿Cuánto de levadura necesitas para un pan? Seguramente que no mucho, pero ese poquito será suficiente. ¿Cuánto de orgullo necesitas para perder el control y meterte en problemas? Tampoco necesitas mucho, un poquito es suficiente.
Cantares 2:15 señala que hay que cazar las zorras pequeñas porque ellas son las que echan a perder la viña. Tal vez tu orgullo sea tan pequeño que ni siquiera te has percatado de que lo tienes. “Yo orgulloso, que bah...” sería la réplica que darías a alguien que valientemente te confrontara al respecto. Sutil situación en la que nos pone el orgullo cuando ni siquiera nos damos cuenta de ello, lamentablemente aunque nos sea imperceptible, su daño si es perceptible, y a menudo demasiado perceptible.
El orgullo nos lleva a querer ganar en los conflictos, incluso a originarlos; hace que no reconozcamos nuestros errores, siempre es culpa de los demás y nuestra; nos lleva a pensar que nosotros merecemos la posición y honra que otros se están llevando porque creemos que somos mejores que ellos. Lo triste de todo esto es que el orgullo nos quita las bendiciones de Dios ya que el solamente tiene parte con el quebrantado y humilde de espíritu (Is.57:15). No necesitamos mucho orgullo para llegar a echar a perder nuestra vida.
Hagamos que la demanda del Señor por cuidarnos de la levadura de los fariseos y de Herodes Antipas no nos lleve a la insulsa conversación de los discípulos. Decidamos despojarnos del orgullo que mina nuestras vidas.

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