“Más Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada” (v.11).
Jeremías, un gran hombre de Dios a quien le fue entregado un difícil ministerio también en una difícil época. Por lo general los profetas no fueron bien recibidos y Jeremías no fue la excepción. Fue objeto de burla por su mensaje (v.7), aun sus propios amigos esperaban que tropezará (v10) y sufrió maltrato físico siendo colocado en el cepo (v.2). Como él mismo afirma, decidió callar para evitarse todas esas situaciones, pero la palabra que Dios le había dado era tan fuerte que no se podía mantener en tal situación… tenía que predicarla (v.9). En este contexto es que él nos regala estas preciosas palabras “Tengo en Dios a un poderoso gigante que está conmigo ninguno de mis enemigos podrá contra él”.
Muchos siglos después esta era también la certeza que había en el apóstol cuando dijo “¿Qué pues diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Ro.31).
Estas palabras constituyen una de las mayores verdades para todo hombre comprometido con el diario caminar con Dios. Él camina a nuestro lado y ante él todo sucumbe. No importa nuestra debilidad pues “nuestra debilidad no es obstáculo para el Señor sino más bien el pretexto y la ocasión que él busca para obrar con poder resolviendo nuestros conflictos pues aun su poder se perfecciona en nuestra debilidad” (2 Cor.12:9).
¿A qué te enfrentas el día de hoy? ¿Cuál es el enemigo que se cierne sobre tu vida? Recuerda que Dios está contigo cual PODEROSO GIGANTE.
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