viernes, 5 de agosto de 2016

EL SENTIDO DE LA VIDA

“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Más si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor” (vv.21-23).

Amamos la vida. Nos gustaría vivirla siempre y bien. Es cierto que es lo que reconocemos como “bien” lo que nos traerá problemas. De hecho la razón porque nuestro mundo está tan mal es debido a que tenemos diversas maneras de conceptuar el bien, lamentablemente desde la fundación de la tierra el hombre equivocó en esto y surgió el caótico escenario en el que vivimos.
Para quienes somos cristianos amar la vida es vivir para Cristo, éste es el sentido para nuestras vidas. Nuestra vida se sostiene por medio de una relación vital con él que se da en la cotidianeidad, relación en la que sujetados a su voluntad le servimos y adoramos. Entonces como Pablo afirma nuestra vida resulta en beneficio de la obra de Dios y así al considerar la muerte quedamos en estrecho porque esto se opone a la otra expresión de nuestro amor a la vida que es estar con Cristo en la eternidad.
La vida del hombre encuentra su plena realización en la persona de Cristo sea aquí en la tierra y mucho más cuando cruzamos el umbral de la muerte. Esto es sin duda liberador por cuanto nos permite desgastarnos aquí sin ningún temor, incluso al sacrificio como lo fue en el caso de Pablo y de otros muchos que entregaron literalmente sus vidas por la causa de Cristo. Extraño, incomprendido por los que están ajenos a esta vida pero verdadero. Así que así son las cosas, ¿amas tu vida? En Cristo está el sentido para ella.

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