viernes, 30 de diciembre de 2016

DURO DE IRRITAR

Proverbios 19:8-12
“El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa” (v.11)

“Duro de irritar” sería un título magnifico para una película. El argumento tendría que ver con las diversas situaciones que pasamos en la vida que exaltan a nuestro ánimo, y la forma de mantenernos indemnes al enfrentarlas. El personaje principal que atraviesa todas estas peripecias sin ser afectado daría origen a nuestro título, él sería el “Duro de Irritar”.
Quiero soñar que a alguien se le podría ocurrir una película como esta. Sería una película distinta, ciertamente encontraríamos cierto tipo de violencia, pero estas vendrían únicamente de aquellos que acostumbran a herir a las personas de formas diversas, sin embargo no veríamos respuestas del mismo calibre sino únicamente a un individuo sensato que no pierde los estribos y que busca de manera creativa pagar con un bien un mal, no dejando de esa manera que la ofensa le afecte. 
Con honestidad, nos gustaría tener el rol protagónico, pero que esto no fuera una película sino la vida real. Vivimos en un mundo tan violento (y no me refiero únicamente a la violencia física) que no tiene piedad para herir y dañar a los suyos. Tristemente ocurre también en la iglesia y no necesariamente somos el “duro de irritar” sino los “irritables”. Nos hemos comido la idea que la gloria del hombre está en la medida de la respuesta que des a la ofensa. ¡Qué gran mentira!
Cierto que al llegar al punto de querer ser el “duro de irritar” concluiremos que no podemos lograrlo en nuestras fuerzas. No somos capaces solos, y que bueno que así sea. Entonces reconoceremos la necesidad de dependencia de Dios para hacerlo posible. Solamente Él hace “duros de irritar”. Por tanto no hay motivo para que no seamos el personaje central de nuestra propia vida. Te animo a iniciar en este camino… lo necesitamos.

jueves, 29 de diciembre de 2016

MEMORIA SELECTIVA

Filipenses 1:3-11
“Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes” (v.3)

“Memoria selectiva”. Escuché estas palabras la primera vez dentro de un contexto negativo. Como cuando alguien la usa para acordarse solamente de lo que le conviene y no recordar absolutamente aquello que no le conviene, esto en una situación de discusión. “No me acuerdo de haberte dicho esto… pero sí me acuerdo de esto…”. Creo que nos ha pasado alguna vez algo parecido.
Pablo hace que estas palabras aparezcan en un contexto diferente, y que bueno que así sea. Al dirigirse a los filipenses lo hace con entera gratitud a Dios por el tiempo que pasó entre ellos. Al pensar un poco en su experiencia en dicha ciudad el apóstol solamente conservó lo positivo, no se enfocó en la humillación y golpiza que sufrió en dicha ciudad sino que puso su atención únicamente en los hermanos y en la relación que inició con ellos, la cual con el tiempo se vio fortalecida a pesar de la distancia y la condición en la que él se encontraba (estaba en la cárcel). Él optó por no recordar las cosas dolorosas, en cambio se centró en las cosas por las que podía estar agradecido.
Cierto es que la “memoria selectiva” puede ser usada en las dos direcciones y tenemos que elegir cuál de las dos nos va a rendir mayores beneficios. Podemos acordarnos del mal rato que nos hizo pasar determinada situación o tal persona y quedar profundamente heridos por ello, o decidimos enfocarnos en circunstancias mejores con la misma persona y ser agradecidos a Dios al acordarnos de ellos. Yo quiero lo segundo, porque honestamente en más del cincuenta por ciento de nuestras vidas nos hallaremos en situaciones que nos va a ocasionar heridas. Tendré memoria selectiva y la usaré para decir como el apóstol: “Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes”. ¿Qué es lo que harás tú?

miércoles, 28 de diciembre de 2016

REVALORIZADO POR CRISTO

Lucas.9:21-27
“Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre, se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles” (v.26)

Tal vez cuando el Señor dijo estas palabras estaba anticipando la situación incómoda que sus discípulos tendrían que pasar al ser consultados por ciertos temas que son de interés popular y en donde las respuestas que se tienen que dar van contra la opinión o creencia que tiene la mayoría y las que de alguna manera los ponen en la disyuntiva de mantener o no su integridad.
No podemos ignorar que a lo largo de la Historia los cristianos han sido puestos entre la espada y la pared por mantener convicciones contrarias al mundo. Hoy mismo somos confrontados por nuestra postura por temas como “identidad de género” o “la unión civil”, y que como resultado del mantener una posición bíblica nos hallamos siendo tildados de homofóbicos, retrógrados y de fanatismo. Para algunos la opción de quedarse callados y tomar una vía diplomática que no genere antipatías es una tentación, después de todo para qué hacernos odiosos. 
Es grato saber que lo más importante está en el valor que Cristo tenga que darnos en el día postrero. Ceder a este tipo de posturas es avergonzarse de él y su palabra por lo que no es una opción viable para el discípulo de Cristo ir por ese camino. Por eso no temas al menosprecio del mundo, hay quien nos revalora y ese es Jesús, eso es suficiente.

martes, 27 de diciembre de 2016

DIOS TE LIBRA DE TU PASADO

Isaías 43:14-28
“No recuerden ni piensen más en la cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo. Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en la tierra seca” (vv.18-19).
“Algo nuevo… y ejecutado por Dios”…. ¡Es maravilloso! Esta es una buena noticia sobre todo si se trata de nuestras vidas.

¿Cómo está tu vida en este instante? Tal vez no sea el mejor momento en tu vida, sin embargo déjame decirte que cuando esta profecía fue mencionada por el profeta, el pueblo de Dios lo pasaba muy mal bajo el yugo de la esclavitud de Babilonia a miles y miles de kilómetros de la ciudad añorada. Así que si estás mal, nunca lo estarás lo suficiente como lo estaban pasando ellos. Es bueno añadir a esta información el hecho que ellos mismos eran responsables de tal condición debido a que “pusieron sobre el Señor la carga de sus pecados y le fatigaron con sus maldades” (v.24). Seguramente también podremos identificarnos con Israel ya que si estamos mal en muchos de los casos somos nosotros los causantes de tan difícil situación.
La buena noticia de Dios para nosotros es que no estamos acabados, que aunque moramos aun en Babilonia el Señor nos va a sacar de allí. ¿Qué se nos pide? No pensar en las cosas del pasado. ¿Qué pueden ser estas cosas? Todo aquello que nos hace sentirnos miserables e indignos de recibir la gracia de Dios. Necesitamos dejar atrás la culpa que nos limita para acercarnos a Dios en una intimidad profunda para recibir nuevamente sus dones. Dejar la vergüenza que nos lleva a pensar que somos indignos de ser restaurados por Dios no solo a la comunión sino también a su servicio. A quienes nos sentimos estancados por esto él nos vuelva a recalcar: “Yo, yo soy el que borró tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordaré de tus pecados” (v.25). ¿Qué más hace falta para creer que eres libre de tu pasado? Ve y mira, Dios está abriendo un camino en tu desierto y hace brotar ríos en tu tierra seca.

viernes, 23 de diciembre de 2016

SUFRIMIENTO REDENTOR

2 Corintios 1:3-11
“Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros… Aun cuando estamos abrumados por dificultades, ¡es para el consuelo y la salvación de ustedes! Pues, cuando nosotros somos consolados, ciertamente los consolaremos a ustedes. Entonces podrán soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros” (vv.4a, 6).

Sufrimiento redentor es un nuevo concepto para mí, y lo será también para ti. ¿En qué consiste? Sufrimiento redentor es cuando pasas por problema o un dolor para el beneficio de otros. Este sufrimiento queda ilustrado en la muerte de nuestro Señor Jesús en la cruz, quien atravesó por dicha situación a fin de que por medio de su muerte recibamos el beneficio de la salvación.
Pablo, el apóstol, considera que todo hijo de Dios experimentará dolores y que al entrar en ellos debe considerarlos como un sufrimiento redentor ya que éste será para beneficio de otros. Ocurrirá que tu peregrinaje por el dolor traerá a ti una gracia de parte de Dios que no debe quedar contigo sino que la debes usarla para ayudar a quienes también pasarán o están pasando por el mismo camino. La idea es que uses el consuelo que recibes de Dios para llevar consuelo a otro que vivirá la misma dolorosa situación por la que tú estás viviendo, ¿quién sino tú está mejor preparando para hacer esto?
Así que en lugar de hundirte en la conmiseración porque otros te han herido, permite que el Señor las cure y luego cual gladiador levántate en victoria y lleva consuelo de parte de Dios a otros. ¡Has que tu sufrimiento sea redentor!

jueves, 22 de diciembre de 2016

UN BUEN COMPORTAMIENTO

2 Corintios 1:12-14
“Nos satisface saber que nos hemos comportado bien, y que hemos sido sinceros con todos, especialmente con ustedes. No lo hicimos guiados por nuestra propia sabiduría, sino con la ayuda de Dios, y gracias a su amor” (v.12)

El buen comportamiento es esencial en la vida de todo cristiano. Dios nos ha llamado para resplandecer como luminares en este mundo lleno de tinieblas y eso únicamente será posible si mantenemos un buen comportamiento.
Sin embargo tenemos un gran problema: no sabemos cómo comportarnos y si lo sabemos no somos capaces de poder encarnarlo. Existe aún una ignorancia acerca de lo que Dios nos exige en cuanto a la manera de vivir tanto fuera como dentro de la iglesia. Tal ignorancia hace que sigamos modelos que tienen cierto tinte moralista pero que no consiguen conformarse a lo que Dios espera de nosotros, algunos de ellos incluso vienen de nuestra tradición denominacional que lo hacen tener un cierto aroma de sagrado pero a eso es todo lo que llegan. Por otro lado cuando por fin abrimos a nuestros ojos a lo que las Escrituras nos modelan en cuanto a esta área, hallamos que sea nuestro temperamento, carácter o personalidad terminan jugándonos una mala pasada de tal manera que clamamos como Pablo, “Miserable de mí”.
Nuestro texto de hoy tiene precisamente el llenar ambas limitaciones que atentan contra nuestro buen comportamiento. Pablo está entusiasmado por el nivel que ha alcanzado en cuanto a esto y nos comparte cómo lo hizo: “No lo hicimos guiados por nuestra propia sabiduría, sino con la ayuda de Dios, y gracias a su amor”. Dos elementos claves son resaltados en estas breves palabras: (1) La sabiduría divina, no podemos esperar un comportamiento que agrade a Dios y que sea de impacto si éste no procede de las Escrituras. No humanismo, tampoco tradicionalismo, sí sabiduría divina que nos viene por medio de la Palabra de Dios; (2) La ayuda o gracia de Dios, todo es posible cuando dependemos únicamente de su gracia, cuando levantamos nuestra voz en clamor y decimos “Padre, no puedo, necesito tu ayuda… dame la fuerza para lograrlo”.
Dios quiere que vivamos con la satisfacción de un buen comportamiento. Hoy sabemos cómo hacerlo. ¿Estás dispuesto a trabajar por ello?

miércoles, 21 de diciembre de 2016

PON TUS MIEDOS BAJO CONTROL

2 Corintios 1:3-11
“Él nos rescató del gran peligro de la muerte y nos seguirá rescatando. Pusimos nuestra esperanza en Dios y él nos rescatará de nuevo” (v.10)

Existe un sinfín de situaciones atemorizantes en la vida. ¿Seguramente que ya te has dado cuenta de ello? Incluso estas pueden afectarnos de tal modo que originarán ciertos tipos de fobias en nosotros. Lamentablemente nuestra condición humana en lugar de ayudarnos muchas veces resulta favoreciéndola de tal modo que somos enemigos para nosotros mismos cuando nos encontramos frente a una situación de miedo.
¿Cómo podemos afrontar y poner bajo control nuestros miedos? Debemos de poner nuestra esperanza en Dios quien vendrá a nuestro rescate. Él tiene todo bajo control y como afirma el apóstol, “nos rescató, nos seguirá rescatando y él nos rescatará de nuevo”. Solamente él puede hacerse cargo de nuestras situaciones atemorizantes e inclusive hacer que las peores situaciones contribuyan para nuestro beneficio (Ro.8:28). Creer y confiar en esto será vital para poner riendas sobre esa cabalgadura indómita que resulta el temor para nosotros. Nunca será una vana tarea.
Resolvamos hacer una lista de cada uno de nuestros temores. Llevemos luego todos ellos delante del Señor en una actitud confiada, y por fin observemos lo que Dios hará. Decide poner tus miedos bajo control.

viernes, 16 de diciembre de 2016

COSAS DIFERENTES

Lucas 23:33-43
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (v.34a)
Comúnmente pensamos que perdón y reconciliación es lo mismo. Entonces tememos perdonar porque asumimos que tenemos que concederle a la otra persona los mismos beneficios que ella tenía antes de ofendernos. Es natural encontrar este recelo en esposas que han sido maltratadas pues obviamente sienten que sería exponerse a un marido violento si al perdonarlos tienen que permitirle que vuelva al seno del hogar, mucho más si él no ha expresado ningún tipo de arrepentimiento. Algo parecido ocurre cuando se tiene que perdonar a la amiga que ha traicionado la confianza siendo infidente pues se infiere que el darle esta gracia significaría tenerla nuevamente en el círculo íntimo. 
No, perdón y reconciliación son dos cosas diferentes en las Escrituras. Ciertamente el Señor perdonó a los responsables de su muerte sin embargo más adelante Pedro en su mensaje a los judíos les dijo que era necesario arrepentirse y convertirse para hallar perdón y reconciliación con Dios (Hch.2:37-39). Al ser conscientes de la gravedad del daño que habían ocasionado al Autor de la Vida, ellos se arrepintieron, hicieron restitución y por último iniciaron una relación de fidelidad al Señor que les hizo confiables en su presencia.
Quienes hemos ofendido debemos de entender este proceso. Es verdad que cada caso es distinto, sin embargo, no podemos soslayar la necesidad de cumplir con seriedad estos requisitos si deseamos reconciliación. No digas que no has sido perdonado si notas aun recelo en tus hijos o esposa, sí, ellos lo han hecho, lo que pasa es que ahora debes trabajar para que se restablezcan las relaciones y desaparezcan toda esa sombra de desconfianza que han generado tus acciones pasadas. Por otro lado si eres el que ha sido ofendido, no temas perdonar, esto hará que se abra el camino a una futura reconciliación a la cual sin duda todos hemos sido llamados. Que la gracia del Señor nos ayude en todo esto.

jueves, 15 de diciembre de 2016

"NO SABEN LO QUE HACEN"

Lucas 23:33-43
“Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Y los soldados sortearon su ropa, tirando los dados” (v.34)

“¿No saben lo que hacen?… Señor… ¿de veras no saben lo que hacen?”. Es la pregunta que me he hecho cada vez que me encuentro con este versículo. No puedo evitar hacerlo una vez más, pero esto para que juntos le encontremos el sumo valor a lo que el perdón significa.
Hay dos hechos aquí. El primero es que quienes eran actores de los acontecimientos relacionados con la muerte de Jesús eran totalmente conscientes de lo que estaban haciendo. Estaban matando a un inocente y lo hacían con tal saña que incluso al injusto juicio le estaban añadiendo un vituperio ya innecesario. ¿Inocentes de la crueldad con la que estaban sometiendo al Señor? ¡No… sabían lo que hacían!
Sin embargo, hay otra lectura del mismo hecho, la de Jesús, y es la que es necesaria comprender para poder otorgar el perdón a quienes sí son “conscientes de lo que están haciendo”. No pretenderé ver los hechos tal como Jesús lo vio para no hallar culpables a los que a simple vista lo eran, esto sería pretencioso, pero creo que estarás de acuerdo conmigo en reconocer que había misericordia en sus ojos para que de alguna manera muy a la de Dios “nublara” su mirada para no ver lo que tú y yo vemos cada vez que nos hallamos con este texto. Sí, debe haber sido algo como esto para que pusiera su mirada en los cielos y le dijera a su Padre: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Cuando nos hallamos con gente que nos ofende y hiere la primera cuestión que nos causa dolor y nos cuesta perdonar es porque no son inocente…saben lo que nos estaban haciendo, por lo menos en muchos de los casos. Entonces, éste es el hecho que definitivamente nos marca e impulsa a alimentar el dolor mientras que a su vez cerramos la puerta al perdón con siete llaves. ¿No será acaso que también debemos adoptar la mirada del Señor? ¿No sería bueno que la misericordia que viene de lo alto nuble nuestros ojos para que también nuestro corazón esté más dispuesto a conceder gracia que perdona? 
¿Fácil? ¡No! Pero el otro camino, el del corazón no perdonador, el del resentimiento y la amargura,… es mucho más difícil. Así que cuando tienes que perdonar a los que “sí saben lo que hacen” toma el ejemplo de tu Señor, después de todo ¿no eres cada día objeto de su perdón?

miércoles, 14 de diciembre de 2016

RECONCILIACIÓN O RESOLUCIÓN

1 Timoteo 2:1-10
“Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (v.5)

¿Cuál debería ser nuestro enfoque, buscar la reconciliación o la resolución? El primero apunta a restablecer relaciones que han sufrido cierto grado de ruptura, lo segundo a resolver cada asunto que motiva la ruptura de las relaciones.
¿Cómo resolvemos nuestros asuntos? La clave está en que nos pongamos de acuerdo con el otro, pero ¿es posible estar siempre de acuerdo en todo con el otro? Quienes estamos casados por más de dos décadas somos testigos de que es imposible que esto ocurra por múltiples factores, algunos de los cuales tienen que ver con el hecho de que hombres y mujeres somos muy distintos. Así como el escenario matrimonial, existen otros muchos que nos confirman la imposibilidad que vivamos en un mundo en el que todos estemos de acuerdo.
¿No propician estos desacuerdos que vivamos en una situación de ruptura constante? Claro que sí, entonces ¿no es esto un indicador que deberíamos ocuparnos de la resolución y no de la reconciliación? ¡No! Primero porque esto sería una tarea interminable y agotadora, pero lo más importante es porque podemos llevar una relación agradable con el otro sin estar de acuerdo en todo. Podemos aprender a estar en desacuerdo sin ser desagradables. ¿Cómo? Siendo sabios y buscando ser más como Jesús, de hecho cuando te concentras en la reconciliación te le pareces porque él básicamente fue alguien que buscó la reconciliación. 
Así que la próxima vez que tengas conflictos, procura la reconciliación, establece la paz, pon puentes y no cercos entre tú y el otro. Actúa con madurez, todavía puedes estar en desacuerdo y ser una persona agradable.

martes, 13 de diciembre de 2016

BUSCANDO CULPABLE

Colosenses 3:5-9
“Ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno” (v.8).

La lectura devocional de hoy me llevó a este texto y a un tema que nos resulta difícil de tomar entre nuestras manos y por consecuencia se constituye en el mayor destructor de las relaciones interpersonales: la culpa. 
Cuando en las relaciones interpersonales surgen los problemas, lo primero que hacemos es buscar a los culpables y nos enfocamos en una guerra fratricida para hallar a los responsables en vez de ocuparnos en solucionar el problema. ¿No te has dado cuenta de esto? Lo lamentable en todo esto es que lanzamos todo nuestro arsenal de misiles destructivos para que en toda esta situación los otros sean encontrados en falta y nosotros libres de polvo y paja. Les lanzamos andanadas de enojo, ira, malicia, calumnia y todo lenguaje obsceno (me atrevo a pensar que los santos también los tenemos pero lo maquillamos con un tinte de piedad) hasta que por fin matamos al hermano. Lo curioso de todo esto, es que nos sentimos satisfechos de hacer todo esto. ¡Qué!
¿Es esto el modelo bíblico? Definitivamente que no. ¿Sabes que ocurre cuando buscas culpables? Primero haces uso de ese arsenal que terminará explotándote en tu rostro (Dios hará que así suceda), pero eso no es lo más grave para ti, lo más perjudicial es que te conviertes en juez de tu hermano y ¿quién eres tú para hacer esto? ¿Eres mejor que Dios que conoce no solamente el corazón de tu hermano sino también lo que motiva al tuyo para culpar a otros? Así que en lugar de gastar energía emocional y espiritual buscando culpables, ¿por qué mejor no nos ocupamos del problema? Que grato es cuando dos esposos gastan sus energías en solucionar el problema en vez de culparse el uno al otro, cuando padres e hijos hacen lo mismo, o en la iglesia se sigue la misma dinámica. Oro para que en vez de buscar culpables, busquemos juntos solucionar nuestros problemas. Unámonos en este mismo propósito.

lunes, 12 de diciembre de 2016

LIBERÁNDONOS DEL TEMOR

2 Timoteo 1:3-9
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de domino propio” (v.7)

No todos enfrentamos las situaciones difíciles del mismo modo. Mientras algunos retroceden atemorizados y se mantienen paralizados como si una fuerte soga invisible les impidiera moverse, otros dan pasos al frente y logran salir victoriosos levantando la cabeza decapitada de su vencido enemigo. 
Al parecer la vida cristiana por su naturaleza nos ofrece mayores gigantes que vencer y por causa de dichas situaciones, convenientes son las palabras del apóstol Pablo a Timoteo quien también había sucumbido frente al temor. El joven Timoteo necesitaba saber que Dios le había dado todo lo que necesitaba para liberarse de las ataduras de los miedos que le impedían desarrollar la obra encomendada. 
Frente al miedo que nos acobarda, tres poderosas armas se levantan a nuestro favor: poder (valor – fuerza); amor, ese perfecto amor del cual el apóstol Juan dice que echa fuera el temor (1 Jn.4:18); y por último el dominio propio que nos mantiene no solo firmes sino dando pasos al frente; son los recursos dados por Dios para que por fin caigan las pesadas cadenas que nos mantienen tímidos y medrosos.
¿Qué situación te atemoriza en este momento? ¿Hace cuánto tiempo te mantiene a raya en un rincón? ¿Seguirás en dicha condición ahora que sabes que Dios te ha dado recursos para ser libre? Decide que hoy será el momento de liberarte de todos tus temores. Es tu momento.

viernes, 9 de diciembre de 2016

EL COSTO DEL ENOJO

Proverbios 14:26-31
“Los que tienen entendimiento no pierden los estribos; los que se enojan fácilmente demuestran gran necedad” (v.29)

¿Cuánto puede costar un enojo? ¿Puedes pensar en una situación específica en tu vida en que te airaste de forma descontrolada y te extralimitaste en tu comportamiento? ¿Cuál fue el costo que tuviste que pagar por dicha insensatez?
Conocido es que la ira es la mayor destructora de relaciones, y la hace con tal rapidez que ni siquiera nos damos cuenta que ya sucedió. Puede llevarte toda una vida hilando muy fino para construir una relación para que de pronto en un abrupto de necedad la echemos todo a perder. Cada día observamos el alto costo que el enojo trae: hijos que se distancian de sus padres o de sus madres, ruptura de noviazgos, divorcios, largas amistades rotas; son algunos de los altos costos que se tienen que pagar por un enojo descontrolado. 
¿Qué hacer? He aquí algunas preguntas que podrían ayudarnos antes de tomar represalias: ¿Realmente quiero responder? ¿Quiero causar algún argumento innecesario? ¿Realmente quiero actuar como un tonto y perder los estribos? Loable será orar cada día (sobre todo los que somos temperamentales) para que el Espíritu Santo nos de dominio propio a fin de que nuestros labios se cierren cuando nos aprietan ese botón que dice: “responde… descontrólate”. Has de esto tu nuevo comienzo, el enojo ya nos ha quitado demasiado.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

LA VERDAD NO SE CAMBIA

Colosenses 1:15-23
“Pero deben seguir creyendo esa verdad y mantenerse firmes en ella. No se alejen de la seguridad que recibieron cuando oyeron la Buena Noticia. Esa Buena Noticia ha sido predicada por todo el mundo, y yo, Pablo, fui designado servidor de Dios para proclamarla.” (v.23 NTV).

“Cada tiempo y lugar tiene su verdad”, “mi verdad y tu verdad”, “mi verdad por ahora…. Mañana, ¿quién lo sabe?”. Podríamos mencionar una larga lista de frases parecidas que tienen un denominador común: la verdad ha pasado de moda… ya no es bienvenida.
Como creyentes en Cristo no nos debería asustar esto, ¿qué podemos esperar de los hombres, a quienes el Diablo ha entenebrecido la mente? A lo largo de la Historia de la Humanidad la irracionalidad mundana ha sido etiquetada como racionalidad, es decir se ha tomado como verdad irrefutable. ¿Estamos en el ocaso de la Historia? No, repetimos ciclos porque los hombres nunca aprendemos. Lo lamentable de todo esto, es que la verdad también ha dejado de ser bienvenida al interior de nuestras iglesias. ¿Debería sorprendernos? Tampoco, pues ya en el seno del pueblo de Dios, sea Israel o en algunos sectores de la iglesia primitiva, también la verdad fue rechazada. Nos sorprende sí la forma descarada en que esta es proclamada y alentada.
En este escenario, es importante tomar las palabras del apóstol: “sigue creyendo en la verdad y mantente firme”. Si te das cuenta los cristianos somos personas de “convicción” y porque tenemos este carácter es que somos inamovibles e inconmovibles, tal como lo es también la verdad que creemos… la verdad del Evangelio. En medio de tantos discursos que avergüenzan a la Iglesia del Señor, hagamos que las palabras de Pablo hallen eco en nuestras vidas. No quiero invitarte a algo nuevo, es algo antiguo…. “sigue creyendo en la verdad y mantente firme”. Espero que tu respuesta sea… “Amén”.

martes, 6 de diciembre de 2016

TRATA BIEN A LOS DEMÁS

Santiago 3:13-18
“La sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera” (v.17).

¿Cómo tratas a los demás? No dirijo esta pregunta a tu forma de tratar a las personas que tienen un proceder agradable y correcto, sino a quienes tienen un comportamiento totalmente opuesto al antes señalado. Cuando tienes a personas que echan todo a perder, que pecan y fracasan, ¿cuál es el trato que tienes para con ellos?
Lo sabio y prudente sería alejarse de ellos y así poder evitar los malos ratos que nos hacen pasar. Otro consejo que va con las mismas características es confrontar de forma altisonante y tosca a esta gente para hacerle notar lo desagradable que no resulta su forma de proceder. Probablemente estas palabras serían las que escucharíamos de alguien a quien le haríamos la pregunta que inicia nuestro devocional de hoy. ¿Acaso ambos criterios no tienen su correspondiente lógica y sentido común? ¿No es lo más razonable hacer esto?
Sin embargo, Dios nos va a mostrar un camino distinto. Nos muestra el camino que él usa para con nosotros: “el del buen trato”. ¿Qué significa esto? Santiago lo describe detalladamente: La pureza, la paz, la bondad y mansedumbre, la compasión, buenos frutos (por sí acaso se olvida de mencionar otros de las características anteriores), la imparcialidad y la sinceridad; en resumen: “un buen trato”.
Pero…” ¡Yo no estoy de acuerdo con esto!” En realidad no creo que seamos honestos en este desacuerdo, porque lo que realmente estamos diciendo es: “¡No estoy de acuerdo con que Dios tenga un buen trato conmigo a pesar de que no me merezco ser tratado así!” Sí, así como el Sabio Dios nos trata cuando no lo merecemos, así también quiere que tratemos a quienes probablemente tampoco se lo merecen. Mi amado hermano, mi oración es que esto tenga apertura en tu corazón y desde hoy empecemos a caminar teniendo un buen trato con los demás.

viernes, 2 de diciembre de 2016

ENFOCADOS EN DIOS

Filipenses 4:1-7
“No se aflijan por nada, sino presénteselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que le hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús” (vv.6-7).

Cuando perdemos el enfoque nos vamos a sentir agobiados. Nos desenfocamos cuando levantamos nuestras prioridades y entre ellas no está Dios, y sí lo está, es solamente una entre tantas. 
Las consecuencias al caminar de esta forma se manifestarán prontamente y se expresarán a través del afán. Te sentirás tan agobiado que afectará profundamente tu estado de ánimo al punto de la angustia y la ansiedad. Tal condición es un grito a voces que te dice “has perdido tu enfoque… Dios lo ha dejado de ser hace mucho tiempo”.
Pablo nos dice de parte de Dios que necesitamos volver a enfocarnos. ¿Cómo hacemos esto? Vamos a Dios a través de la oración. El ir a Dios es más que entregar una lista de pedidos para que te los resuelva. No, no es eso lo que te dará paz, es su Presencia, es el descubrir Quién es Él lo que hará que experimentes una paz que va más allá de todo entendimiento. ¿Te das cuenta que se trata de volver a enfocarte en Dios?
De lo que se trata entonces, es de volver a enfocarte, reconocer que Dios es todo lo que necesitas. Que como afirmaba el salmista “no existe otro bien fuera de él” (Sal.16:2). Ahora, podemos evitarnos estas situaciones de afán si adoptáramos como una cuestión cotidiana el estar enfocado en él, es decir si rendimos nuestras vidas al control del Espíritu. No necesitaríamos llegar a condiciones calamitosas para volver a entender que el Señor es lo primero. Muchos estamos en este desafío, es mi oración que tú lo inicies a partir del día de hoy. Decídete.

jueves, 1 de diciembre de 2016

NO HAY DESCANSO SIN MANSEDUMBRE Y HUMILDAD

Mateo 11:25-30
“Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma” (v.29b)

Hay promesas que resultan agradables a nuestros oídos… hasta que nos mencionan las condiciones. Sin lugar a dudas esto de experimentar una vida de descanso, sin cargas ni estrés, es el don más preciado para quienes vivimos en esta generación. Siempre lo ha sido pero hoy ya no podemos callarlo, hoy lo pedimos con un sentido de urgencia, lo queremos para ayer.
Con todo, ¿estamos dispuestos a aceptar las condiciones que nos pide el Señor? Sí, porque hay condiciones y no son fáciles de ejecutarlas. ¿Qué se nos demanda? Aprender de él mansedumbre y humidad, con un alto grado de dificultad porque tienen que ser de corazón. Muy pocas veces el Señor destacó cualidad alguna de carácter en relación a él, pero al tratar de señalarnos cómo nuestra alma halla descanso, mencionó que él era manso y humilde. ¿Por qué lo haría? Creo que la razón está en que fueron precisamente éstas las que le permitieron hallar su descanso en el Padre y ellas son también las que nos harán descansar en él.
Necesitamos aprender mansedumbre y humildad. No es una tarea sencilla porque no solamente no somos proclives a ambas virtudes, sino que además nuestro mundo nos alienta a lo contrario. Lejos de alentar la mansedumbre se nos pide ser agresivos y violentos, en vez de ser humildes se nos dice que tenemos que ser arrogantes. Pero… ¿acaso no estamos en aprietos por causa de seguir el modelo mundano? 
Decide hoy tomar un camino distinto. Aprende mansedumbre y humildad de corazón. ¿Cómo? Intensifica tu comunión con Cristo, camina con él, mira sus actitudes y acciones, luego pide ayuda al Espíritu Santo que estas cosas también lo haga en ti. En la medida que esto ocurra notarás que algo distinto va ocurriendo en tu vida. Sí… hallarás descanso para tu alma.