viernes, 2 de diciembre de 2016

ENFOCADOS EN DIOS

Filipenses 4:1-7
“No se aflijan por nada, sino presénteselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que le hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús” (vv.6-7).

Cuando perdemos el enfoque nos vamos a sentir agobiados. Nos desenfocamos cuando levantamos nuestras prioridades y entre ellas no está Dios, y sí lo está, es solamente una entre tantas. 
Las consecuencias al caminar de esta forma se manifestarán prontamente y se expresarán a través del afán. Te sentirás tan agobiado que afectará profundamente tu estado de ánimo al punto de la angustia y la ansiedad. Tal condición es un grito a voces que te dice “has perdido tu enfoque… Dios lo ha dejado de ser hace mucho tiempo”.
Pablo nos dice de parte de Dios que necesitamos volver a enfocarnos. ¿Cómo hacemos esto? Vamos a Dios a través de la oración. El ir a Dios es más que entregar una lista de pedidos para que te los resuelva. No, no es eso lo que te dará paz, es su Presencia, es el descubrir Quién es Él lo que hará que experimentes una paz que va más allá de todo entendimiento. ¿Te das cuenta que se trata de volver a enfocarte en Dios?
De lo que se trata entonces, es de volver a enfocarte, reconocer que Dios es todo lo que necesitas. Que como afirmaba el salmista “no existe otro bien fuera de él” (Sal.16:2). Ahora, podemos evitarnos estas situaciones de afán si adoptáramos como una cuestión cotidiana el estar enfocado en él, es decir si rendimos nuestras vidas al control del Espíritu. No necesitaríamos llegar a condiciones calamitosas para volver a entender que el Señor es lo primero. Muchos estamos en este desafío, es mi oración que tú lo inicies a partir del día de hoy. Decídete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario