miércoles, 30 de noviembre de 2016

VIVIENDO SIN ESTRES

Mateo 11:25-30
“Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana” (vv.29-30)

Nuestro problema con el estrés tiene que ver con el vivir la vida equivocada. Nuestra forma de percibir la vida y de vivirla es la que termina cargándonos con cosas para las cuales definitivamente no estamos preparados. 
¿Por qué no estamos preparados? Sencillamente porque Dios no nos creó para vivir de esa manera. ¿Cómo es esto? Una vez más la respuesta resulta sencilla, el Señor dice: “carguen mi yugo”. ¿Te das cuenta que no se trata de tu yugo sino la de él?”. No te enyugas con Jesús para que lleve tus cargas, sino que dejas tus cargas para llevar las de él. ¿Por qué? Porque las cargas tuyas son innecesarias e inútiles para la vida que Dios te ha llamado a vivir. Cuando hacemos así entonces resulta que el descanso viene a nuestra alma porque ya estamos centrados en aquello que sí tiene valor para el reino de Dios, y nosotros fuimos creados para esto.
Pero, ¿mi trabajo, mi negocio, mi salud? Él te dará descanso cuando llevas su carga y te enyugas a él. ¿Qué debes hacer? Haz como él: cédele los derechos de tu vida, eso se llama mansedumbre; y sigue su liderazgo, esto se llama humildad. ¡Aprendamos a vivir sin estrés!

martes, 29 de noviembre de 2016

PON FIN AL ESTRES

Mateo 11:25-30
“Vengan a mi todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar” (vv.28)

“Estrés” es el termino moderno que usamos para el agotamiento del alma o para el alma sin descanso. Aunque esencialmente el alma no halla descanso por causa del pecado, reconocemos que existen también otros factores que la hacen entrar en un desasosiego tal que nos hace recordar principalmente a los cristianos que debemos de volver al Señor para recuperar el descanso que una vez alcanzamos en él y que nos es un ofrecimiento que nos debe acompañar a lo largo de nuestra vida.
La clave para poner fin el estrés está en ir a él y permanecer junto a él. En otras palabras trata de una relación personal y no de una fórmula con pasos que seguir. Necesitamos enfatizar esto porque hay quienes comienzan a sustituir esta relación con religiosidad y entonces se alejan del descanso que sí le es propicio al que privilegia y crece en su relación personal con el Señor. El salmista lo llamaba a esto “deleitarse en Jehová” (Sal.37:4).
¿Qué tenemos que hacer cuando el estrés se nos acumula? Primero, reconocer que éste nos está dando una señal de alarma acerca del hecho de que nuestra relación con el Señor está pasando a un segundo plano, hemos levantado sustitutos; y luego, debemos darnos prisa para fortalecer nuestro caminar con él. Al hacerlo así, él pondrá fin al estrés. Tú decides.

lunes, 28 de noviembre de 2016

¿SI VAS A AMAR? ¡HAZLO AHORA!

Proverbios 3:27-32
“No dejes de hacer el bien a todo el que lo merece, cuando esté a tu alcance ayudarlos. Si puedes ayudar a tu prójimo hoy, no le digas: “Vuelve mañana y entonces te ayudaré» (vv.27-28).

Necesitamos dar una respuesta honesta a la siguiente pregunta: ¿Cuándo es el mejor tiempo para amar?
Tal vez digas: “No es una pregunta en la cual tengo interés alguno de responder… no me compromete”. ¿Estás seguro que no te compromete? Lo cierto es que estás tan comprometido en esto aunque grites a voz en cuello que no es un asunto en el que estés interesado.
Cuando el Señor Jesús resumió la Ley y los Profetas en Mateo 22:37-39 en realidad nos estaba diciendo en que la vida consiste en AMAR. Hemos sido creados para amar y será amados al punto que si no lo hacemos atraeremos grandes perjuicios a nuestra vida. Quizás te sea suficiente pensar en un conocido para ilustrar esta verdad, puede ser que ni siquiera sea necesario ir buscarlo fuera de casa ya que lo tienes en la imagen que proyectas cuando estás frente a un espejo.
Este proverbio nos llama la atención a hacer un bien a todo el que lo merece. ¿Qué bien? Hay que brindarle amor. ¿Cuándo? Ahora mismo. ¿A quién? A todos, porque no existe uno quien desde la perspectiva de Dios no lo merezca. “No, pero es que usted no sabe con qué persona estoy tratando”. Te aseguro que sí sé, pero esto no es lo más importante, lo más importante es que Dios lo sabe y él quiere que lo ames. 
Sabes, el amor es liberador. Libera al hermano, pero además Dios lo ha diseñado de tal manera que cuando lo otorgas también termina liberándote a ti mismo. Así que ¿por qué no empezar ahora mismo? ¿Si vas a amar? ¡Hazlo ahora!

viernes, 25 de noviembre de 2016

AVANZA EN CONFIANZA

2 Corintios 1:3-11
“Amados hermanos, pensamos que tienen que estar al tanto de las dificultades que hemos atravesado en la provincia de Asia. Fuimos oprimidos y agobiados más allá de nuestra capacidad de aguantar y hasta pensamos que no saldríamos con vida. De hecho, esperábamos morir; pero, como resultado, dejamos de confiar en nosotros mismos y aprendimos a confiar solo en Dios, quien resucita a los muertos” (vv.8-9).

“Dejar de confiar en nosotros mismos y aprender a confiar en Dios es algo que nos ayudará a salir siempre adelante”. Suele ser una lección que adquirimos cuando al igual como el apóstol nos sentimos oprimidos y agobiados más allá de nuestras fuerzas, sin embargo, no necesariamente debemos de hacer de éste el escenario para guiarnos de este principio de vida.
Después del desastre inicial de la primera pareja en el paraíso, todos hemos venido con un virus de origen que nos orienta hacia la independencia. Tomamos decisiones, usamos todas nuestras energías para luego sentirnos frustrados pues nuestros gigantes siguen allí. Ya en ese estado, por eso que Dios no nos ha quitado, de pronto nos acordamos que Él está para ayudarnos a salir adelante. Entonces acudimos pero más como un plan de emergencia que como cuando en tu vida se ha desarrollado una habitual confianza en Él.
¿Por qué no avanzar en la vida a la vez que nuestra confianza en Dios se va incrementando más cada día? ¿No traería a nuestra vida un mayor beneficio? Piensa en la paz y el gozo que esto nos reportaría. No tenemos que afrontar fatiga o presión todo el tiempo, esto no es natural, lo aprendimos al confiar en nosotros mismos. Ahora pues, siendo que esto no es saludable, tomemos la decisión de aprender a confiar en Dios. Mi invitación: avanza en confianza.

jueves, 24 de noviembre de 2016

MENOS ES MEJOR

“Todo me está permitido, pero no me dejaré que nada me domine” (1 Cor.6:12)

Este es un principio que hemos pasado por alto en nuestro servicio al Señor. Se expresa en no saber decir “no” y aceptar todo lo que nos pidan hacer. En nuestro amor a la obra del Señor sentimos que no podemos rechazar todo aquello que se nos ofrece. “El Señor me lo recompensará y me dará fuerzas “es la convicción que nos mueve a decir que “sí” a cada nueva propuesta.
Sin embargo no es sabio llenarnos de tareas, aunque como dice Pablo, “todo nos está permitido”. ¿Por qué no deberías hacer esto? Aquí tenemos que seguir el principio que el mismo apóstol nos entrega cuando habla de la iglesia como un cuerpo. Cada uno tenemos una función específica en el cuerpo y no podemos hacer otra sin afectarnos nosotros y al cuerpo mismo. ¿Podemos imaginar al riñón haciendo las funciones de la vesícula? Aunque pretendamos imaginarlo, esto es imposible.
Entonces, ¿qué tienes que hacer? Concéntrate en aquello que es tu llamado… tu FORMA. Esto puede significar empezar a renunciar a algunas ramas productivas para empezar a dar tus mejores frutos. Cuando haces esto te hallarás siguiendo el principio de la poda del cual habla el Señor en Juan 15. ¡Sin duda darás tus mejores frutos!
“Todo me está permitido, pero no me dejaré que nada me domine”. Me abre la puerta a mis mejores frutos… me dice que “Menos es mejor”. Decidamos tomar este consejo.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

INTUITIVOS

Proverbios 22:1-5
“El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón avanza a ciegas y sufre las consecuencias” (v.3)

El diccionario afirma que intuir es “Conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata sin la intervención de la razón”. Algunos lo llaman el sexto sentido que es como una especie de visión que te permite anticiparte a situaciones que pueden traer desastre a tu vida. Para el prudente resulta en un gran auxilio y de hecho él lo tomará como un recurso en el desarrollo de su vida.
Somos llamados a través de este versículo a tomar precauciones respecto a las decisiones que tomamos. Carecemos de perfección y aunque nuestros planes tengan ese aroma debemos aceptar la invitación de tener algo como un plan B que nos permita lograr las metas que Dios nos ha dado. 
Al leer las Escrituras nos damos cuenta que aun nuestro Dios tiene un plan B, y de hecho tiene hasta un plan Z para los que somos duros de corazón. ¿Recuerdas que ocurrió cuando los hebreos decidieron no entrar a la Tierra Prometida? Pues, Él usó el plan B. Obviamente él no necesitaba de intuición, pero para nosotros será de gran utilidad tenerlo si es que vamos avanzar y no quedar petrificados. Nos evitaría sufrir las consecuencias.
Necesitas intuición espiritual que da el Espíritu Santo, esto nos viene a través de la sabiduría y el discernimiento espiritual. Él nos lo ofrece ahora mismo si con humildad se lo pedimos. SE INTUITIVO.

martes, 22 de noviembre de 2016

NUESTROS LIMITES

Salmos 119:89-96
“He visto que todo en la vida tiene sus límites” (v.96a PDT)

¿Conoces cuáles son tus límites? Y si los conoces ¿qué estás haciendo al respecto? El riesgo de no tomar en cuenta esto es que nos estemos “quemando”, término conocido entre nosotros para señalarnos que estamos entrando en una condición de estrés. 
No lo podemos todo. De hecho el mismo Señor Jesús nos ilustró esta verdad al nombrar a doce personas que le acompañaran a fin de luego enviarles a desarrollar la tarea que el Padre le envió. Si queremos ocuparnos de todo nos agotaremos físicamente, emocionalmente y mentalmente. Y claro, también espiritualmente. Necesitamos reconocer cuáles son nuestros límites.
Esto que es verdad en todas las áreas de la vida se nos hace mucho más necesario para aquellos que trabajamos en la obra del Señor. Nos involucramos con la gente y queremos realmente que sus vidas glorifiquen a Dios y en ese intento queremos convertirnos en el Espíritu Santo, solamente para darnos cuenta que no está en nosotros cambiarlos. No nos corresponde (tampoco podemos), razón por la que debemos reconocer nuestros límites para no acabar estresados. 
Sano sería entonces en esta situación ir delante de Dios y pedirle sabiduría para reconocer nuestros límites y no vivir una vida sobrecargada. Para aquellos que hemos olvidado el gozo de disfrutar la vida, es una tarea que necesitamos hacer con urgencia. Toma tu tiempo el día de hoy.

lunes, 21 de noviembre de 2016

DIOS NO TIENE PRISA

Eclesiastés 3:9-15
“Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin” (v.11)

Cierto es que nada impide a Dios hacer las cosas de prisa, nada ni nadie, excepto los hombres. Ojo, esto no sucede porque los hombres pongamos límites a Dios, sino porque él mismo lo considera necesario para nuestro beneficio, así también él terminará siendo glorificado.
Son los fines pedagógicos de Dios los que le hacen no ir de prisa. Él quiere enseñarnos el valor de la espera. A lo largo de mi vida he hallado que son tres las cosas que el Padre me ha querido enseñar a través de la espera: paciencia, fe y sabiduría. Con sinceridad me han resultado difíciles no sólo para entenderlas sino también para incorporarlas en mi vida. Cuando de pronto he sentido que ya han estado en mis manos se me han escabullido entre los dedos. He tenido que echar mano de la promesa de Filipenses 1:6 que dice: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” para mantenerme firme en este propósito. Por tanto sigo en este aprendizaje.
Si estás pensando que las cosas serán distintas para ti, te animo a mirar las vidas de Abraham, José, Moisés, David,… ¿te das cuenta que son muchos los que tuvieron que esperar el tiempo de Dios? Dios no tiene prisa… mientras tanto aprende aquello que quiere enseñarte. Mi consejo: “Usa tu tiempo para aprender: paciencia, fe y sabiduría”.

jueves, 17 de noviembre de 2016

BENDITA SATISFACCION

Filipenses 4:10-20
“No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre” (v.11)

En la vida experimentaremos diversas carencias, algunas más intensas que otras. Como Pablo afirmaremos “estoy en necesidad”. Sin embargo, el mayor problema no parece estar en la necesidad sino en lo que ella ocasiona en nuestro ánimo como producto de una respuesta que ocurre en nuestra alma: la insatisfacción.
Cuando pasamos por carencias sea de la índole que fuere, respondemos con insatisfacción o descontento y eso produce algo que trae devastación a nuestro ánimo. Nuestro espíritu puede ser envuelto en un gran conflicto si es que no detenemos prontamente este estado en nosotros.
¿Cuál es la respuesta para salir victoriosos frente a nuestras carencias? Es la bendita satisfacción. La llamo así porque no se trata de algo que puedes hacer solo, sino que ocurre a partir de tu aprendizaje en tu relación con Dios. Es lo que precisamente nos comparte Pablo cuando dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Sí, necesitamos aprender de forma sobrenatural cómo es que podemos ser felices en medio de aquello que no tenemos. No podemos darnos el lujo de ir en nuestro peregrinaje por la tierra siempre anhelando tener la situación perfecta (sin carencias) para recién tener un corazón satisfecho; esto es apostar a una vida desgraciada. 
La bendita satisfacción nos llama a trabajar más en nuestra relación con Cristo que en buscar llenar nuestras carencias. Al lograr éxito en esto, entonces llegaremos al mismo estado que Pablo y no habrá nada que nos devastará. ¿Quieres ser feliz? Ve por el camino de la bendita satisfacción.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

OTRA FORMA DE GANAR ALMAS

1 Timoteo 6:17-19
“Mándales que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, y generosos, dispuestos a compartir lo que tienen. De este modo atesorarán para sí un seguro caudal para el futuro y obtendrán la vida verdadera” (vv.18-19)

El Señor nos ordena que compartamos lo que tenemos para la extensión de su reino. Es una forma segura en la que atesoraremos para nuestro futuro y obtener así la verdadera vida, es lo que se nos afirma a través de las palabras de Pablo.
No nos es difícil entender este mandamiento, por lo menos no en teoría, aunque en la práctica exista mucha resistencia a su obediencia. Dios dice que debemos de usar nuestro dinero para que a otros se les predique el evangelio y se conviertan al Señor. Es un hecho que cuando damos para el desarrollo del ministerio de la iglesia, para las misiones o a algún ministerio en particular; estamos ayudando a que las almas sean ganadas para Cristo y esta es la inversión más digna a la cual podemos contribuir con el dinero que Dios nos ha dado.
Nos debe entusiasmar la idea que alguien sea salvo a causa del dinero que hemos dado. Creo que no se nos ha ocurrido pensar en esto y de allí nuestra indiferencia al respecto. Lo digo nuevamente, es una buena inversión en ese sentido, pero también lo es en el otro pues resulta en nuestro beneficio y la razón para ello es que estas almas son nuestro tesoro en el cielo. Sí, todos aquellos que son salvos por causa de nuestra generosidad son considerados tesoros a favor nuestro beneficio cuando por fin dejemos esta tierra. 
Que grato es imaginar que alguien en los cielos nos reciba con las siguientes palabras: “Gracias mi hermano porque aun no conociéndome ofrendaste para que yo esté aquí”. Ahora que sabes que hay otra forma de ganar un alma…¿qué es lo que harás?

martes, 15 de noviembre de 2016

USA TUS TALENTOS Y HABILIDADES

1 Corintios 6:12-20
“Fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios “(v.20)

“Honra con tu cuerpo a Dios”. Si bien este texto alude principalmente a las relaciones sexuales pues este es el contexto en el cual aparece, nuestro cuerpo esencialmente no es una máquina sexual, no se dedica únicamente a ello. Esto nos permite implicar el tema que resaltamos en nuestra reflexión de hoy.
El Señor nos ha dotado con talentos y habilidades las cuales debes usarlas para honrarlo. Hay muchas personas cristianas que sinceramente anhelas servir Dios y se dicen: “yo no soy como Pedro o como María” y se quedan paralizadas porque ven en éstos habilidades destacadas para el servicio cristiano. ¡Esto es un error! Si eres de este tipo de creyentes, tú necesitas reconocer que también se te ha dado talentos y habilidades que son únicas y extraordinarias. No tienes que tener las habilidades de un prodigio, solamente necesitas ser un común y corriente que quiere honrar a Dios con lo que tiene.
Sabes, siempre hallarás que Dios está buscando a alguien que posee lo que solamente tú tienes. Aguza tus oídos y lo oirás llamándote. ¿Estás listo a responderle? Haz rápidamente un inventario de todo lo que tienes y espera con atención tu nombre. Seguramente lo escucharás pronto. Usa tus talentos y habilidades… honra a Dios con tu cuerpo.

lunes, 14 de noviembre de 2016

USA BIEN EL TIEMPO

Colosenses 4:1-5
“Utilizando su tiempo de la mejor manera posible” (v.5b)

“Satanás no tiene que llegar a hacerte pecar. Si no puede hacer que seas malo, sólo te mantendrá ocupado”. Sin duda son palabras que nos invitan a reflexionar en cuanto al uso que le estamos dando a nuestro tiempo. Al tomarlas en cuenta nos vemos obligados a preguntarnos por la manera en que estamos usando el tiempo que Dios nos ha dado, y si somos lo suficiente honestos, también vamos a vernos en la necesidad de hacer grandes ajustes respecto a cómo lo utilizaremos de ahora en adelante.
En relación al uso del tiempo, cuántos podemos afirmar como Pablo lo siguiente: “Mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la carrera que me asignó el Señor Jesús” (Hch.20:24). Una vida enfocada en la carrera asignada por el Señor es la respuesta para el buen uso de tu tiempo. No importa cuánto valor le puedas dar a aquello que ocupe tu tiempo ahora, pero si no estás enfocado en tu carrera, todo lo que haces no tiene trascendencia para la eternidad; además nos es necesario recordar que esta vida es solamente una preparación para ella.
Al hacer algo con tu tiempo bueno es entonces preguntarte: ¿Lo que estoy haciendo ahora con mi tiempo, importará de aquí en cinco o seis años? ¿Cuánto importará esto en la eternidad? ¡Haz la diferencia! Usa bien tu tiempo, reenfócalo. No hay mejor uso que el invertirlo para cumplir con los propósitos que Dios le ha asignado a nuestras vidas. Empieza entonces poniendo en orden esto y luego entrégate de lleno a dicha tarea. ¡Será el tiempo mejor invertido!

viernes, 11 de noviembre de 2016

SE FELIZ CON TU PROPIA CARRERA

Hebreos 12:1-10
“Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante” (v.1 NTV).

“Corre con perseverancia la carrera que Dios te ha puesto por delante”… “Corre tu propia carrera”.
Al entrar a la vida cristiana Dios determina una carrera que debemos de correr. Si bien ésta tiene muchas cosas en común para todos, también tiene situaciones particulares que calza perfectamente en nosotros debido al diseño que Dios nos da. Para ilustrarlo, algunos estamos diseñados para carreras de velocidad, otros para maratón, carrera con obstáculos o a campo traviesa. Así que de acuerdo a esto, el Señor organizará la carrera que tenemos que correr.
El problema es que no nos contentamos con lo que el Señor nos da. Miramos alrededor nuestro y le decimos a Dios: “No es justo, yo quiero correr la carrera de otro”. Entonces, nos detenemos, rezongamos y los más osados empezamos a correr la carrera del otro. Las consecuencias: nos va mal. Pero, lejos de volver a lo nuestro seguimos intentándolo con la de los demás. ¿Sabes cuál es la paradoja en todo esto? Qué somos el mejor corredor que Dios tiene para esta carrera. Sí, porque somos los mejores dotados para correrla. 
¿Cómo resolvemos este asunto? Esto tiene que ver con confianza. Necesitamos confiar en Dios, aceptar que él sabe mejor que nosotros para que hemos sido dotados y no sólo eso sino que además ha diseñado el camino de tal manera que se ajusta a nuestra forma. Con esto en mente podemos descansar seguros de que nuestra carrera no tiene pierde… ¡Vamos a ganar!. El consejo a seguir es: SE FELIZ CON TU PROPIA CARRERA.

jueves, 10 de noviembre de 2016

VIVE CONTENTO

Eclesiastés 6:1-12
“Disfruta lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene sentido” (v.9 NTV)

Al meditar en este versículo no puedo sino seguir afirmando que necesitamos cambiar el chip de aquello que para nosotros significa la vida cristiana. Hemos colocado tanto secularismo en nuestra mente que ha afectado todas las áreas de nuestra vida, y en este caso específico, su consecuencia ha sido negarnos el gozo.
Necesitamos aprender a vivir contento con lo que tenemos, solamente así lo disfrutaremos. Permíteme narrarte algo personal: Cuando era niño recuerdo que me sentía contento con las pistolas de papel que me hacia mi hermano. Lo disfrutaba mucho cuando jugábamos a ser vaqueros del Oeste. Pero, de pronto alguien aparecía con una pistola de esas que se compraban en la tienda y de pronto la mirada ya no se centraba en el juego sino en poseer aquella pistola, “si tan sólo tuviera esa pistola yo podría disfrutar mejor del juego” era lo que pensaba en mi interior. De alguna manera esto nos fue pasando a todos a lo largo de nuestras vidas. Dejamos de disfrutar las cosas que teníamos porque pensábamos que sí tuvieras otras podríamos ser más felices. Así caímos en el descontento y se arraigó en nosotros la incomodidad y la queja. 
¿Ha cambiado esto al venir al Señor? No, porque el contentamiento no es natural, tenemos que aprenderlo, y es allí en donde estamos fallando. Necesitamos aprender a estar contentos con lo que tenemos, a ser agradecidos con lo que el Señor nos está proveyendo el día de hoy para ser personas felices. ¿Significa que no debemos tener metas, deseos o ambiciones? No, debes tenerlas, solamente que no cometas el error de pensar que para estar contento debes poseer lo que ahora no tienes. Por lo tanto sigamos la advertencia del Señor: “Disfruta lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene sentido”.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

UN MODO NUEVO DE SER FELIZ

Romanos 12:10-19
“Gocémonos con los que se gozan y lloremos con los que lloran” (v.15)

¿Quieres motivos para ser feliz? Alégrate de lo que Dios está haciendo en la vida de los demás. Gózate de los éxitos de tu prójimo.
Es nuestra costumbre que el gozo sea producido por algo que nos ocurre a nosotros. Si me aumentaron el salario, si me aprobaron un nuevo proyecto, si saqué una buena nota en el examen, entonces tengo motivos más que suficientes para ser feliz. Pero si me ocurre todo lo contrario, entonces me siento afligido; y al empezar a mirar que a otros les va bien puedo llegar a sentirme amargado con el éxito de los demás. 
Definitivamente es una tragedia llegar a la alegría únicamente cuando las cosas van bien para nosotros. Las cosas no siempre nos irán bien, esto no ocurre con nadie en este mundo, así que si hacemos esto seremos los más miserables en la vida. ¿Qué debemos de hacer? Busquemos una manera que jamás impedirá nuestra alegría: “gocémonos con los que se gozan”. Es la forma en que Dios tiene para mantenernos felices.
¿Cómo podemos hacer esto de forma práctica? Si eres de los que toma tiempo en redes sociales en vez de un “me gusta” de manera mecánica, toma tiempo para informarte de lo que le está pasando a tu amigo, para luego escribirle algo que le haga sentir que estás alegre por lo que le está ocurriendo. Un consejo: no hagas esto sin primero no haber dado gracias a Dios por el éxito del amigo. Y si no usas redes, se creativo para alegrarte con él… ¡Tú puedes hacerlo!

martes, 8 de noviembre de 2016

¡NO TE COMPARES!

Gálatas 6:1-10
“Cada uno debe evaluar sus propios actos y estar satisfecho de sus logros sin compararse con los demás” (v.4)

“¡No te compares!” La comparación no es buena para la salud espiritual, así que si lo haces, pierdes. 
Veamos tres razones por la que la comparación no es buena para tu salud espiritual:
PRIMERA RAZÓN: porque trae orgullo. Si te comparas con otros y resulta que haces mejor tu trabajo que los demás, de forma sutil el orgullo tomará lugar en tu corazón; el próximo paso será la autosuficiencia que no es sino hacerte independiente de Dios. 
SEGUNDA RAZÓN: porque trae envidia. Si te comparas con otros y resulta que ellos hacen mejor trabajo que tú los vas a envidiar. Como vimos ayer, la envidia es idolatría y por lo tanto es pecado. Te consumirá y serás infeliz.
TERCERA RAZÓN: porque tú eres único. Dios nos ha dado a cada uno “el llevar nuestra propia carga” es decir tenemos un propósito y es nuestra responsabilidad ocuparnos de ello. No tenemos que mirar al costado para definir nuestra tarea sino solamente ocuparnos de hacer bien lo que nos ha sido dado. 
La comparación arruina nuestra vida. En vez de este ejercicio inútil, hagamos lo que Pablo dice: “Cada uno debe evaluar sus propios actos y estar satisfecho de sus logros sin compararse con los demás”. Dios derramará su gracia si te ocupas de esto.

lunes, 7 de noviembre de 2016

¡CUÍDATE DE LA ENVIDIA!

Santiago 3:13-18
“Donde hay envidias y ambiciones egoístas, también habrá desorden y toda clase de maldad” (v.16).

Envidia, ese “sentimiento de tristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener para sí sola algo que otra posee”. También, “el deseo de hacer o tener lo que otra persona tiene”. ¿Qué de malo hay en desear hacer lo que otro hace, o de tener lo ellos tienen? ¡Ya la pregunta suena fuera de lugar!
La envidia genera una motivación inapropiada para realizar las cosas, como tal ella envenena nuestro corazón generando desorden y toda clase de maldad. Además ella en sí misma revela ambiciones egoístas ya que por lo general la persona envidiosa busca notoriedad, es decir atraer la atención de los demás hacia uno mismo. El envidioso mira a los demás y dice: “yo podría hacerlo mucho mejor que ellos”, o “él logró esto, pero yo hice esto otro”. Definitivamente su motivación es incorrecta y si no pone coto a esta situación, su ritmo de vida girará siempre sobre sí mismo.
¿Entiendes ahora porque debemos de cuidarnos de la envidia? No podemos mirar a Dios y él no será el motivo de nuestras acciones si la envidia llena nuestro corazón. Necesitamos echarla de nosotros porque no nos permitirá realizarnos como hijos de Dios. Si no la resistimos nos quedaremos sin una correcta relación con Dios, tampoco la podremos tener con los demás, pero lo penoso es que tampoco lo tendremos con nosotros mismos pues nos robará la paz.
LA DECISIÓN DE HOY: ¡Escapa de la envidia… cuídate de ella!

viernes, 4 de noviembre de 2016

HONRA A DIOS CUIDANDO TU CUERPO

1 Corintios 6:13-20
“¿No se dan cuenta que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo” (vv.19-20 NTV).

¿Qué cuerpo le estás dando al Espíritu Santo? La Biblia dice que Dios determinó darnos al Espíritu Santo y le dijo a él que viviera en nuestro cuerpo haciendo del mismo un lugar para su morada, es decir un templo. ¿Qué tipo de templo le estás dando?
Al leer esta demanda cometemos el error orientándola únicamente al plano sexual, entonces nos cuidamos solamente de no caer en ninguna clase de inmoralidad sexual. Sin embargo el alcance de este mandamiento va más allá de lo sexual, incluye nuestros hábitos alimenticios (v.13), e incluso podríamos añadir otras actividades (sueño, descanso, etc.) que por implicancia le son necesarias a nuestro cuerpo para ofrecer las mejores condiciones al Espíritu de Dios.
¿Te has dado cuenta que muchas veces te encuentras agradeciendo a Dios por un alimento que él no te daría? ¿Le has pedido a Dios que te dé más fortaleza cuando lo que él te está diciendo es “descansa”? No, honrar a Dios con nuestro cuerpo nos debe llevar a ser sabios y honestos para el desarrollo de hábitos consecuentes con esta demanda.
¿Por qué debemos cuidar nuestro cuerpo? Porque por medio de él podemos servir mejor al Señor y esto le trae honra a él. Cuando cometemos excesos lo enfermamos y entonces nosotros mismos nos invalidamos. Tener la disposición para ser usados no nos servirá de nada en tal condición. Empecemos a generar nuevas prácticas… honremos a Dios cuidando nuestro cuerpo.

jueves, 3 de noviembre de 2016

PERMANECER PURO

2 Timoteo 2:14-26
“Si te mantienes puro, serás un utensilio especial para uso honorable. Tu vida será limpia y estarás listo para que el Maestro te use en toda buena obra” (v.21 NTV)

Ser cristiano implica hacer que nuestras vidas sirvan al Señor. Esto constituye ahora no solamente nuestro propósito, sino que tras la conversión, existe un anhelo profundo por ser usado para su causa. 
Pablo nos hace ver como utensilios que están al servicio de su DUEÑO. Afirma que son de diversas calidades y para distintos usos, pero que para ser usados tienen que tener un carácter especial: deben estar limpios. No es de interés la calidad, tampoco el uso que provean, si no están limpios, entonces no son adecuados para ser tomados en cuenta. ¿Acaso usaríamos nosotros un vaso sucio para beber agua?
Permanecer puro entonces es una necesidad para nosotros si queremos ser usados por el Señor. ¿Cómo lo hacemos? Confesamos nuestros pecados cada día a Dios. Tal vez digas “¿Y qué de la vida de santidad?” Sí, debemos de vivirla, pero reconocemos juntamente con Juan (1 Jn.1:8 y 10) que aun nuestro mejor compromiso con una vida de santidad no evitará que pequemos por lo que el mismo apóstol nos indica la necesidad de confesar nuestros pecados a Dios si queremos permanecer puros (1 Jn.1:9; 2:1-2).
Necesitamos entonces un plan diario para resolver mantenernos puros. He aquí uno a modo de sugerencia: Toma un tiempo para sentarte con un cuaderno de notas, y di: “Dios, ¿qué hay de malo en mi vida? Muéstrame. Voy a escribirlo, voy a admitirlo y voy a confesarlo. Entonces cuando Dios te dé una lista, lo escribes. Luego escribes 1 Juan 1:9, y basándote en este versículo di, “Dios, admito esto ante ti. Esto está mal. No lo quiero en mi vida”. Pide a Dios que limpie tu vida. Por último acepta su perdón con un corazón agradecido.
Permanecer puros para ser usados, es nuestro diario desafió. Toma el tiempo necesario para confesar tus pecados… ¡Él te perdonará y limpiará!

miércoles, 2 de noviembre de 2016

INVIERTE EN TU CRECIMIENTO

2 Pedro 3:11-18
“Más bien crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.” (v.18).
Invierte en tu crecimiento… ¿De qué se trata todo esto?
Es incuestionable que estamos llamados a crecer. Pedro es uno de los apóstoles que nos lo recuerda: “Crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. Esto significa que nuestro carácter debe conformarse cada día más y más, a la semejanza de Jesús. 
Una manera de cómo lograr esto es que invirtamos en nuestro crecimiento. Al mencionar aquí la palabra inversión me refiero específicamente a dinero. Usted seguramente resistirá una idea como esta, pero sí, estoy hablando de dinero. De hecho no es una idea nueva para usted ya que tienes que invertir en la compra de una buena Biblia. Algunos no necesariamente hacen una elevada inversión económica en una Biblia, sin embargo al comprar una más cómoda ya confirman el hecho de que para crecer necesitamos invertir dinero. 
Siguiendo este principio, usted puede seguir haciendo esto al invertir en buenos libros, al asistir a conferencias y retiros que le ayuden a crecer espiritualmente, o al tomar algunos cursos que contribuyan con la formación de su carácter. Si haces algo como esto para el desarrollo de otras habilidades profesionales, ¿por qué no hacerlo si esto ayudará a tu crecimiento espiritual? 
No permitas que tu prejuicio te juegue en contra. Planea en invertir para tu crecimiento espiritual.

martes, 1 de noviembre de 2016

UN AMOR QUE INVIERTE

Romanos 12:10-15
“Ámense los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros” (v.10).

Son varios los textos que nos demandan a los cristianos a amar a nuestros hermanos. De hecho se hace énfasis a que nuestro amor sea “amor fraternal”, es decir, a un amor que se le prodiga al hermano de sangre. Y ¿cómo ama usted a su hermano de sangre?
Una de las formas en que lo hacemos velando por sus necesidades materiales. Si ellos están pasando por alguna crisis, vamos a estar listos para proveer alimentos o darle una ayuda económica. Seguramente que no nos cruzaremos de brazos para decirles únicamente “estoy orando por ti”. Nuestro amor en tal situación será un amor que invierte.
Pablo habló de este tipo de amor, incluso motivó a la iglesia a su práctica. Él vio en ello un gran beneficio tanto para los que dieron como para los que recibieron, pero por sobre todo el cómo esto honraba el nombre de Dios: “Esta ayuda que es un servicio sagrado no sólo suple las necesidades de los santos sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios. En efecto, al recibir esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios por la obediencia con que ustedes acompañan la confesión del evangelio de Cristo, y por su generosa solidaridad con ellos y con todos. Además, en las oraciones de ellos por ustedes, expresarán el afecto que les tienen por la sobreabundante gracia que ustedes han recibido de Dios. ¡Gracias a Dios por su don inefable!”
Hagamos que nuestro amor sea un amor que invierte.