jueves, 24 de noviembre de 2016

MENOS ES MEJOR

“Todo me está permitido, pero no me dejaré que nada me domine” (1 Cor.6:12)

Este es un principio que hemos pasado por alto en nuestro servicio al Señor. Se expresa en no saber decir “no” y aceptar todo lo que nos pidan hacer. En nuestro amor a la obra del Señor sentimos que no podemos rechazar todo aquello que se nos ofrece. “El Señor me lo recompensará y me dará fuerzas “es la convicción que nos mueve a decir que “sí” a cada nueva propuesta.
Sin embargo no es sabio llenarnos de tareas, aunque como dice Pablo, “todo nos está permitido”. ¿Por qué no deberías hacer esto? Aquí tenemos que seguir el principio que el mismo apóstol nos entrega cuando habla de la iglesia como un cuerpo. Cada uno tenemos una función específica en el cuerpo y no podemos hacer otra sin afectarnos nosotros y al cuerpo mismo. ¿Podemos imaginar al riñón haciendo las funciones de la vesícula? Aunque pretendamos imaginarlo, esto es imposible.
Entonces, ¿qué tienes que hacer? Concéntrate en aquello que es tu llamado… tu FORMA. Esto puede significar empezar a renunciar a algunas ramas productivas para empezar a dar tus mejores frutos. Cuando haces esto te hallarás siguiendo el principio de la poda del cual habla el Señor en Juan 15. ¡Sin duda darás tus mejores frutos!
“Todo me está permitido, pero no me dejaré que nada me domine”. Me abre la puerta a mis mejores frutos… me dice que “Menos es mejor”. Decidamos tomar este consejo.

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