Mateo 11:25-30
“Vengan a mi todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar” (vv.28)
“Estrés” es el termino moderno que usamos para el agotamiento del alma o para el alma sin descanso. Aunque esencialmente el alma no halla descanso por causa del pecado, reconocemos que existen también otros factores que la hacen entrar en un desasosiego tal que nos hace recordar principalmente a los cristianos que debemos de volver al Señor para recuperar el descanso que una vez alcanzamos en él y que nos es un ofrecimiento que nos debe acompañar a lo largo de nuestra vida.
La clave para poner fin el estrés está en ir a él y permanecer junto a él. En otras palabras trata de una relación personal y no de una fórmula con pasos que seguir. Necesitamos enfatizar esto porque hay quienes comienzan a sustituir esta relación con religiosidad y entonces se alejan del descanso que sí le es propicio al que privilegia y crece en su relación personal con el Señor. El salmista lo llamaba a esto “deleitarse en Jehová” (Sal.37:4).
¿Qué tenemos que hacer cuando el estrés se nos acumula? Primero, reconocer que éste nos está dando una señal de alarma acerca del hecho de que nuestra relación con el Señor está pasando a un segundo plano, hemos levantado sustitutos; y luego, debemos darnos prisa para fortalecer nuestro caminar con él. Al hacerlo así, él pondrá fin al estrés. Tú decides.
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