viernes, 30 de septiembre de 2016

PENSAMIENTO Y CONTROL

“Cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida” (Prov.4:23)

Nos hemos quedado muchas veces admirados por lo que han logrado algunas personas pese a que han vivido circunstancias muy difíciles. “Han tenido fuerza mental” es lo que uno escucha como parte de sus testimonios. ¿Qué quieren decir con esto? Que se armaron de los pensamientos correctos y fueron estos los que en definitiva terminaron dándoles el éxito en sus vidas.
La Palabra de Dios corrobora tal hecho. Afirma que el Señor nos ha diseñado de tal manera que nuestros pensamientos sean los que tomen el control de nuestras vidas. Eso nos explica acerca del porque es que Él no está empeñado en cambiar nuestras circunstancias sino el de cambiar nuestra manera de pensar. Si fuera el caso de que su énfasis estuviera en nuestras circunstancias, hace rato nos hubiera llevado a los cielos porque es prácticamente imposible que seamos exentos a los problemas, dolores, sufrimientos y otras cosas parecidas. Ah… y que decir del pecado.
Así que pensando esto nos ha dado no sólo el mandato a la renovación de nuestra mente (Ro.12:2), sino que además nos ha brindado las Escrituras para que lleguemos a ser las personas que nosotros deseamos ser (2 Tim.3:16-17); obviamente, las que él también quiere que seamos. Empecemos haciendo una higiene mental, saquemos los pensamientos nocivos que han perjudicado nuestra vida; en seguida, sigue una dieta mental basada en la Palabra y deja que no solamente te afecte intelectualmente; no sirve si no cambia tu comportamiento. Recuerda… ellos deben controlar tu vida. Una advertencia final: persevera en esto… no te será nada fácil.

jueves, 29 de septiembre de 2016

ENFÓCATE


“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprender cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (v.2)



Necesitamos un nuevo enfoque para vivir la vida cristiana. El que hemos llevado por varios años (los que ha tenido antes de llegar a Cristo) no nos será de utilidad pues ese ha sido el enfoque que nos ha metido en la esclavitud del pecado. Continuar con ese enfoque es seguir permaneciendo en dicha condición de la cual al llegar a Cristo se implica que hemos decidido cambiarla.
Necesitamos una total transformación y para ello nuestro principal trabajo está en renovar nuestra mente. ¿Por qué? La razón es la siguiente: Aquello en lo que se ocupa nuestra mente es lo que terminará determinando nuestro comportamiento. Nuestra vida de pecado ha sido implantada en nosotros porque hemos tenido una mente entenebrecida que ha justificado nuestras acciones y las ha hecho razonables. Debemos entonces enfocar nuestra mente para que se ocupe de aquello que como afirma Pablo nos llevará a comprender que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta.
¿Cómo hacemos esto? No es un secreto. No hay modelo del mundo que nos pueda ayudar, así que mirar en esa dirección es un absurdo. Entonces, la única solución está en la Palabra de Dios. Al leerla, memorizarla, meditarla y obedecerla, hallamos las herramientas necesarias para un nuevo enfoque en nuestra vida. Haz del día de hoy un nuevo comienzo.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

IR CAMBIANDO

“Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo” (v.24)

En la vida cristiana todo apunta a una renovación total. Una vez que has entregado tu vida a Cristo hay que tomar decisiones y la principal después de haber decidido depender de Cristo es ponerte la nueva naturaleza. Ser cristiano es vivir en justicia y santidad y esto no se consigue con la naturaleza pecaminosa con la que llegamos a Cristo. Necesitamos ser semejantes a Dios y eso solamente se consigue poniéndonos la nueva naturaleza.
Ahora bien, ponerse la nueva naturaleza es todo un proceso realizado por el Espíritu Santo a lo largo de nuestra vida, no es algo que obtendremos de la noche a la mañana. Pablo nos lo hace recordar en Filipenses 1:6 cuando nos habla de que ese proceso se ejecutará incluso hasta el día en que seamos presentados a Jesucristo, del mismo pensar es el autor de la Epístola a los Hebreos en 12:1-2. Esto es bueno recordarlo porque es necesario no afanarse porque Dios no actué quitando algunas cosas de nuestra vida con sólo chistar sus dedos. Es su imagen la que se va construyendo en nosotros por lo que no pretendamos que eso ocurrirá en una milésima de segundos. El trabajo de Dios será a largo plazo porque es nuestro corazón lo que está involucrado en todo esto, y siendo honestos muchas veces no estamos en la labor de colaborar con él.
Ir cambiando a la imagen de Dios es lo que en definitiva nos hace ser de Cristo. Si no has empezado aún es una grande contradicción en tu vida. Permite que ocurra a partir de la decisión y determinación que tomes para alcanzarlo a lo largo de tu vida. Una nueva vida te está esperando.

martes, 27 de septiembre de 2016

JESUS DEBE TENER EL CONTROL

“Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz y seguirme” (v.24).

Si quieres ser un cristiano, es decir un seguidor de Cristo debes dejarle el control de tu vida. Jesús lo dice que es necesario abandonar “tu manera egoísta de vivir”, es decir la vida en la que es tu “yo” quien conduce tu vida. A esto la Reina Valera se refiere como “negarse a sí mismo”.
El contexto en que se dan estas palabras nos señala el cuidado que debemos tener en cuanto a este asunto ya que como veremos se trata de algo que suele ser también muy común entre nosotros. Pedro momentos atrás guiado por el Espíritu Santo ha declarador que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios (v.16), pero ahora, minutos después se encuentra siendo instrumento del Diablo pretendiendo tomar el control sobre los eventos de Cristo en relación a la cruz (v.22). ¿Puedes darte cuenta de la situación que también se nos plantea a nosotros?
Debemos darle el control a Jesús si queremos ser cristianos y esto es algo que tenemos que hacer de una manera definitiva sin pretender que luego vamos a estar diciéndole al Señor que él haga las cosas como queremos. Tal vez tú digas: “pero estoy acostumbrado a salirme con las mías”. Allí está precisamente dirigida la demanda del Señor. Si vas a ser de él, debes darle el control. Es cierto que en este trajinar habrá momento en los que cederemos a la tentación de seguir siendo el gerente de nuestras vidas, pero cada vez será menos, hasta que por fin por la conveniencia misma nos daremos cuenta de cuan favorable le es darle el control para que nuestras vidas puedan gozar de absoluto descanso. 
Si quieres seguir a Cristo y ser un cristiano… debes darle el control de tu vida.

lunes, 26 de septiembre de 2016

DICHOSO EL QUE DEPENDE DE DIOS

“Bienaventurado los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mt.5:5)

“Manso", literalmente significa “fuerza bajo control”. Se ilustra esta calidad de ser manso en el caballo salvaje que ha sido domesticado. Mantiene su fuerza, pero está bajo control al servicio de su amo. No ha perdido su fuerza, tampoco se ha debilitado, solamente hay una nueva orientación de ésta, la ha rendido o sometido a su amo. El que se caracterice como una persona mansa tiene que adoptar la misma conducta. Debe poner su fuerza al servicio de Dios, lo que en otros términos significa que debe depender de él.
Ahora esto no es fácil para nosotros los indómitos seres humanos. Queremos tener el control de todo. Que nada se nos escape de las manos nos da mayor seguridad así que eso de dejárselo a Dios no nos es nada natural. Nos vamos a resistir y en mucho de los casos no lo haremos. En realidad la independencia de Dios es la raíz del pecado y de todos los males que hay en la tierra.
Dejárselo a Dios para no controlar nosotros es el estado paradisiaco, de allí la asociación perfecta que hace el Señor. Recibir la tierra por heredad es algo más que un lugar, es en principio para quienes aún vivimos la temporalidad, es disfrutar aquí de las bendiciones paradisiacas que Dios tuvo para la primera pareja y que ellos dejaron de vivir a causa del orgullo (negarse a la mansedumbre) que los motivó a la independencia. Sí, hoy mismo nos volverán a ser entregadas si vivimos en condición de mansos delante de Dios.
¿Quieres ser feliz? La mansedumbre es uno de los caminos.

viernes, 23 de septiembre de 2016

GUIADOS POR LA VERDAD

“Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús… y renovaos en el espíritu de vuestra mente” (vv.20-21, 23).

¿Cuán importante es la verdad para que ocurran los cambios en nuestras vidas? ¿Cuánto. Incluso, es necesario cambiar nuestro concepto de verdad para ver los cambios correctos en nuestras vidas? A ambas preguntas necesitamos darle una buena respuesta.
Pablo señala a los cristianos de Éfeso que sí han sido enseñados por Cristo deben aceptar la verdad que él les ha dado a conocer a fin de que estas cambien su estilo de vivir. De hecho ellos habían aceptado como verdad las mentiras que su cultura les había enseñado. Sus patrones de vida estaban dirigidos por dichos pensamientos y comprobado estaba que esos patrones los habían conducido a una vida pecaminosa (vv.17-18).
Quienes somos de Cristo debemos de pasar por un proceso de renovación de nuestra mente. ¿Cómo ocurre esto? dejando que la verdad liberadora de Cristo penetre totalmente en nosotros y ellas dirijan nuestros patrones de conducta. La Palabra de Dios debe sobreabundar en nosotros y para ello bueno nos sería recordar la metodología de Dios dada a conocer a través de su ordenanza a Josué: repetir, meditar y obedecer (Jos.1:8).
¿Deseas vivir una vida nueva y distinta? ¿Estás cansado de ir de tumbo en tumbo? Deja que la verdad de Cristo guié tu vida.

jueves, 22 de septiembre de 2016

NO ESTAMOS EN CASA

“A nosotros no nos interesa lo que se puede ver, sino lo que no se puede ver, porque lo que se puede ver, sólo dura poco tiempo. En cambio, lo que no se puede ver, dura para siempre” (v.18).

Debemos acostumbrarnos a ver lo invisible, lo que no se puede ver. Sin embargo, que difícil puede resultarnos esto, cuando como afirma el apóstol somos de barro y pasamos por momentos de tribulación, de apuros, de persecución y aun de derribo (vv.9-10).
¿Debería ser lo anterior un obstáculo para hacer que nuestra mirada se concentre en lo temporal? Pablo sostiene que no, que aunque vivimos con esta realidad, existe otra de la cual participamos y que inclusive se la impone, debido a ello si bien nuestro cuerpo exterior se va desgastando, el interior (el espiritual) se va renovando día a día. Todo esto colabora para que dejando la temporalidad nos ocupemos de lo que no vemos.
Pero, ¿por qué es necesario ocuparnos de lo que no vemos? La razón está en el hecho de que nuestra casa está allí. Este reconocimiento hace que tengamos una nueva perspectiva sobre la vida presente; nuestras metas cambian, las prioridades cambian, incluso hasta nuestro enfoque sobre la muerte cambia porque lo asumimos con la ilusión de ir a casa. 
Reflexionar sobre el hecho de que estamos camino a casa, una casa eterna, lo cambia todo. Surge una nueva actitud sobre la vida presente, a su vez que una esperanza que nos alienta y alimenta en nuestro trajinar diario. Así que cada vez que nos sintamos atascados por lo temporal, recordemos que debemos poner nuestra mirada en lo que no se ve, allí donde está nuestra casa.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

DIOS ESTA LISTO

“El Señor recorre con su mirada la tierra; y está listo para ayudar a quienes le son fieles” (v.9a).

Estas palabras le cayeron demasiado tarde a Asa, rey de Judá. Él ya había tomado una decisión que había comprometido no sólo el futuro del país sino también el suyo. Le fueron tan insoportables que se encolerizó con el profeta que se los dijo mandándole a la cárcel, además, afirman las Escrituras, “Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo” (v.10). No, sin duda alguna, estas palabras le afectaron muy negativamente.
Pero, reflexionemos de manera positiva en lo que aquí el Señor nos enseña. Primero nos dice que él está recorriendo, a cada instante, con su mirada para ver todo lo que está ocurriendo en el mundo. Esto significa para nosotros, que él está atento a todo lo que nos pasa. Luego, también se nos enseña, que él está listo, es decir, está preparado ante alguna eventualidad que nos pueda suceder, para intervenir. Por último, ayuda a los que le son fieles, es decir se pone al servicio de quienes confían en él. ¡Suena increíble, inverosímil! Sin embargo, esto es totalmente cierto y es ese el reproche que le hizo a Asa por confiar en los hombres y no en Dios; y es también el reproche que nos hace porque resultamos actuando de la misma manera que este rey.
¡Cuánto cambiaría nuestras vidas si tomáramos en cuenta estas palabras! Necesitamos entender que Dios no es indiferente a nuestra situación y que está listo para ayudar. Dios mantiene sus palabras, pero… ¿estaremos dispuestos a confiar en él? Que tu respuesta sea un rotundo ¡SÍ!

martes, 20 de septiembre de 2016

TOMA TIEMPO

“Hijo mío, escucha atentamente mis palabras. No las pierdas de vista. Déjalas llegar hasta lo profundo de tu corazón, pues traen vida a quienes las encuentran y dan salud a todo el cuerpo (vv.20-22)

Necesitamos tomar tiempo para escuchar a Dios. Al leer las Escrituras notamos que lo que más valora el Señor es que pasemos tiempo con él y obviamente es porque quiere hablarnos, como afirma el profeta, Dios desea comunicarnos sus pensamientos y sus caminos (is.55:8-9).
Pareciera que nuestro criterio de tener una relación con Dios pasa como cuando nos levantamos de la cama y antes de salir nos cruzamos con los padres para decirles: “buenos días, ya estoy saliendo, nos vemos más tarde”. Entonces, hacemos una oración ya aprendida y leemos un texto al azahar o el que se encuentra en la lectura devocional y ese es todo el encuentro que tenemos con él. Lo lamentable es que luego nos encontramos tomando nuestras propias decisiones y cuando las consecuencias nos vienen encima al punto de que ya no podemos con ellas, terminamos enojados con Dios porque no hizo nada por evitarlas. 
Nuestro texto de hoy nos habla de escuchar atentamente a Dios, nos dice que no perdamos de vista sus palabras y que lleguen hasta lo profundo de nuestro corazón. Déjame decirte que esto no ocurre pronto, esto requiere un tiempo, el necesario para que el Espíritu Santo pueda iluminar a nuestros, a veces, endurecidos corazones. Solamente cuando podemos decir con honestidad; “gracias Señor por haberme dicho esto” podremos con tranquilidad retirarnos y estar seguros de que estas palabras traerán vida y salud a nuestros cuerpos. 
Escuchar a Dios toma tiempo… no nos engañemos. ¿Empezarás el día de hoy?

lunes, 19 de septiembre de 2016

ESCUCHA A DIOS

“Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios” (v.6).

¿Escuchas a Dios? ¿Te estás tomando tiempo para poder oírle y obtener su conocimiento? Suele que vivimos tan agitados como para tomar en serio as indicaciones que el salmista nos da a través de las siguientes palabras: “¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios!” (Sal.46:10). Nuestro mundo se ha vuelto cada vez más difícil de ser vivido a causa de estar pasando por alto este divino consejo.
Necesitamos organizar nuestras vidas a la luz de esos tiempos quietos delante de Dios porque es allí en donde encontraremos sabiduría, conocimiento y ciencia que viene de la boca del Altísimo. Estar en lo secreto de Dios como afirma el proverbista nos permitirá alcanzar el conocimiento de Dios (v.5) y con esto como nuestro tesoro y recurso ¡qué cosa nos irá mal en la vida! Nuestro mundo estará en paz y en orden.
Con todo lo que puede significar lo anterior, hay algo más profundo que existe en el escuchar a Dios y es el sentido de su presencia. ¡Cuán agradable es estar allí y verle mientras él te comparte sus anhelos y deseos! ¿Has sentido su presencia alguna vez? ¿Hoy? ¿Todos los días? 
No perdamos nuestro tiempo escuchando otras voces o buscando la presencia de otras personas. Nunca sentirás con algún otro lo que ocurre cuando escuchas a Dios. La decisión está en tus manos. Empieza hoy poniéndote delante de él y estando quieto en su presencia.

viernes, 16 de septiembre de 2016

TRABAJA EN TU FUTURO

“La sabiduría del prudente está en entender su camino, más la necedad de los necios es engaño” (v.8).

¿A dónde vas? Si no sabes esto, difícilmente llegarás a tu destino. Darás vuelta tras vuelta, gastarás tus energías y te desanimarás porque en ese recorrido veras el mismo viejo panorama. Si estás andando y el camino te resulta conocido, solamente estás dando vueltas.
¿A dónde vas? Es una pregunta que exige una respuesta y eso hace la diferencia entre la sabiduría y necedad en una persona. Obviamente no queremos ser considerados en la segunda categoría así que debemos de ponernos manos a la obra para entender cuáles son los sueños que Dios tiene para nuestra vida. Como se señaló en uno de los devocionales pasados, una pregunta básica que nos puede ayudar para conocer lo que Dios quiere para nosotros es preguntarnos ¿con qué está el Señor cargando mi vida? esto porque es Dios quien pone el querer y el hacer en nosotros (Fil.2:13). Una persona con corazón dispuesto, que se pone en oración delante de Dios, descubrirá qué es la carga que Dios ha puesto sobre sí.
¿A dónde vas? cuando resuelves esta pregunta, entonces ya tienes un trabajo futuro. Necesitarás una nueva determinación, nueva pasión, fuerzas renovadas; pero no temas, también el Señor pone en nosotros el hacer por su buena voluntad. Una pregunta final: ¿quieres un trabajo futuro? Entonces hazte la pregunta: ¿a dónde voy?, luego, espera la respuesta en Dios.

jueves, 15 de septiembre de 2016

UNA CUESTION DE FE

“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos” (v.9)

La gente deja sus sueños porque son vencidos por el cansancio. Planes y proyectos se han venido abajo porque el desánimo nos ha pasado por encima y entonces tomamos la decisión de renunciar. Al pasar por el campo del quehacer humano nos va a golpear el ver que grandes extensiones de terreno en donde se sembró con esperanza, hoy yacen con plantas inertes a causa de la muerte de quienes algún día con mucho entusiasmo los sembraron. ¿Cómo va tu campo? ¿Cuántos sueños se han quedado inertes? 
Cierto es que existen muchas condiciones para echar abajo nuestros sueños (y al decir esto, hablo de aquellos que Dios te dio), la renuncia siempre estará a la puerta, pero ¿es el único camino? Sabemos que obstinarnos en dar una respuesta negativa a esta pregunta es cuestionar algo que es esencial en nuestra vida, la fe. Es la presencia o ausencia de ella la que define si renunciamos o continuamos, entre una vida de victoria o de derrota. Cierto es que tampoco tenemos control sobre los factores que nos presionan y nos llevan a ceder, pero si tenemos absoluto control sobre elegir creerle a Dios o no, porque en definitiva la fe se trata de esto, de si le creemos o no en aquello que nos dijo que era el sueño que tenía para nosotros.
Un cuestión de fe, hace la diferencia entre cosechar o darse por vencido…¿qué elegimos?

miércoles, 14 de septiembre de 2016

CONFIADOS

“Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado” (v.25).

El proverbista trata con un asunto bastante común para nuestra especie, lo conocemos como temor. Tenemos temor y a veces nos invade de una forma que no queremos que suceda. Entonces nos angustia y quedamos completamente paralizados a su merced. El temor es una especie de paradoja en nuestras vidas, no lo deseamos, pero nos quedamos atascados en él.
Hay muchas razones que podemos considerar lógicas para temer y una es la que el proverbista aborda, le llama el temor a los hombres, ese que se produce entre otras cosas porque la presencia de estos nos pueden resultar amenazantes como lo sería el caso de una esposa virtuosa que vive temerosa de un marido dominante y controlador. ¿Quién podría negarle que fuera invadida por un temor paralizante? Pero, ¿habrá solución para casos como éste y otros que tanto existen? ¿Debemos aceptar el temor como una forma de vida?
El proverbista nos llama a la confianza en el Señor. Algo sobrenatural ocurre no solamente en nuestro interior cuando lo hacemos sino que también exteriormente empezamos a experimentar una verdadera libertad. ¿Fantasioso? ¿Ilógico? No, para nada, absolutamente cierto… quien confía en el Señor sale bien librado. Pero, ¿cómo es que pasa esto? Como diría alguien “tienes que vivirlo por ti mismo” así que ¿Por qué no empiezas a confiar en Dios en vez de poner tu mirada en el temor”… Hoy es un gran día para vivir confiados.

martes, 13 de septiembre de 2016

SUEÑO DEMASIADO GRANDE

“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén” (vv.20-21).

¿Pides conocer los sueños de Dios para tu vida? Piensa… ¿Qué tratarías de hacer para Dios si supieras que no fallarías? Tal vez por allí deberíamos empezar, porque recordemos Dios es el que pone en nosotros tanto el querer como el hacer (Fil.2:13).
Nos gustaría tener experiencias como Abraham, Jacob o Moisés, o incluso como la del mismo Pablo, pero no siempre ocurre de esa forma y Dios nos llama poniendo en nosotros un profundo deseo que se agiganta cada vez más de tal modo que se convierte en una carga y luego en una pasión. Cuando ocurre algo como esto, ha llegado el sueño de Dios para tu vida. Sin embargo, éste debe tener otro ingrediente infaltable, es algo grande debido a que el Señor que lo provee es poderoso para hacer cosas inimaginables que revelen su gloria en este mundo en donde todo se ve a la manera del hombre. Su poder actúa en nosotros, afirma el apóstol, más allá de lo que no entendemos y eso nos lleva al último ingrediente infaltable; se requiere que le creamos al Señor, que ciertamente él hará en nosotros aquello que nos ha manifestado en este proceso del querer y el hacer. Si hay fe, entonces nada nos detendrá.
¿Conoces el sueño de Dios para tu vida? ¿Cuán grande es éste? Si no has estado en este asunto, empezar a soñar hará la gran diferencia en tu vida y en el reino de Dios. Ora, busca, cree… Dios tiene un sueño a su medida para ti.

lunes, 12 de septiembre de 2016

TENER Y NO QUERER

“Yo soy Jehová tu Dios; que te hice subir de la tierra de Egipto; abre tu boca, y yo la llenaré” (v.10).

Tener y no querer, ¿cómo explicar una conducta como ésta? 
Existen numerosos ejemplos que ilustran tal comportamiento, pero el más grande sin duda tiene que ver con la relación del hombre para con Dios. El salmista abre nuestros ojos a una realidad en la que también nosotros estamos involucrados, tenemos pero no queremos. Situación no fácil porque implica para el hombre una cuestión peligrosa conocida como rebelión.
Israel, el pueblo de Dios había recibido la promesa de que él llenaría su boca si es que ellos la abrían, palabras que tenían que ver con cuidado y sustento ya que el Señor les había ofrecido derribar a sus enemigos (v.14) y darles además lo mejor del trigo y de la miel (v.16). Sin embargo la respuesta a esto no sólo fue de una total indiferencia sino también de una absoluta rebeldía, “Mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí. Los dejé por tanto a la dureza de su corazón” (vv.11-12). Tristemente la decisión de Israel les trajo lamentables consecuencias y todo acabó en una tragedia para ellos.
Hay muchas cosas envueltas en la naturaleza humana que nos llevan a no querer cuando Dios nos ofrece tener, cada uno de nosotros necesitamos enfrentarlas y con humildad ir a quien nos ha prometido que si abrimos nuestra boca él la llenará. Tomemos el camino que nos lleve a “tener y querer”.

viernes, 9 de septiembre de 2016

NO DEBES TEMER MORIR

“Por lo tanto, ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte – es decir, al diablo –, y librar a todos los que por temor a la muerte estaban sometidos a esclavitud durante toda la vida” (vv.14-15).

¿Debemos de temer a la muerte? No. Dios ha hecho en Cristo lo necesario para que como afirma el autor de esta epístola, ya no estemos sujetos bajo su esclavitud. ¿Qué quiere decir con esto de sujetos bajo esclavitud? Simplemente que la muerte es un como un tirano señor que atemoriza a todo hombre con una eternidad de condenación. Pablo habla en una de sus cartas que la muerte es un lugar de eterna perdición en donde el hombre ya no tiene oportunidad de estar en la presencia de Dios (2 Tes.1:6-9). Así que la muerte, a causa de esta realidad, es atemorizante para todo el género humano.
Pero nuestro texto menciona buenas noticias. ¡Esto ya no es más así, Cristo ha terminado con esta tiranía! ¿Qué significa esto para nosotros? Que la muerte ya no es un lugar de perdición sino la oportunidad para que la eternidad la vivamos en la presencia de Dios (Jn.14:1-3). Al leer este pasaje no podemos dejar de asombrarnos y agradecer a Dios por su maravilloso amor ya que los sufrimientos de su amado Hijo nos han puesto en una condición favorable delante de Dios.
No debes temer morir, sin embargo es necesario que te asegures que la obra de Cristo te beneficia a ti. ¿Cómo puede ocurrir esto? Asegúrate de haber recibido a Jesús como Señor y Salvador de tu vida. Como afirma Juan 1:10 necesitas creer y recibir a Jesús en tu vida para llegar a ser un verdadero hijo de Dios y así cuando la muerte toque a tu puerta la recibas con la confianza de que hay una morada en los cielos para ti (Jn.14:1-3).

jueves, 8 de septiembre de 2016

DETALLES IMPORTANTES

“Alienten a los de poca ánimo. Cuiden con ternura a los débiles. Sean pacientes con todos” (v.14b).

Meditaba con mi esposa esta mañana lo grande que debió ser el corazón de Pablo como para percatarse de los detalles más mínimos del ser humano. Hay sin duda en él una percepción tan singular de las necesidades humanas que solamente podemos atribuir a la obra del Espíritu Santo en su vida. 
Vivimos en una época de devaluación de la raza humana, en estos últimos siglos hemos notado con estupefacto todas nuestras miserias y eso nos ha insensibilizado para con nuestros congéneres. Hemos apartado la vista del hombre para volvernos a los animales. Somos una generación que ama más y se compadece más de un perro, un gato o cualquier animalito desvalido. Solamente tenemos dureza e indiferencia para quienes tienen nuestra semejanza, en el mejor de los casos hacemos lo mínimo por ellos no sin recelo en el corazón.
¿Debe la iglesia estar en el mismo costal? En ninguna manera. Por naturaleza nuestro ministerio tiene que ver con los hombres y eso nos debe llevar a verlos en sus detalles más importantes. El hombre es un ser desvalido, se desanima, se debilita, pierde fácilmente su ecuanimidad y toma decisiones que lo llevan a sumergirse en un estado de frustración y desesperanza. Por fin están quienes disfrazan su debilidad por medio del orgullo y viven la vida haciéndose insoportables a los demás. ¡Eso es lo que somos!
En un contexto como el descrito anteriormente, que no debió de ser tan diferente al de la iglesia de Tesalónica, somos llamados a ejercer el Ministerio de detalles importantes: estimular o animar al desanimado, otorgar cariño y afecto a quienes por diversas circunstancias han sido heridos y debilitados, y por último (lo que es más costoso) ser generosos en paciencia con quienes por razones diversas nos lo requerirán de las formas más insospechadas. Confieso que solamente un corazón lleno de la gracia de Dios hará posible todo esto. En medio de toda esta vasta insensibilidad la iglesia del Señor ha sido llamada a esta tarea. Así que apliquémonos al Ministerio de los detalles importantes.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

UNA VIDA CON SENTIDO

“Recuerda lo breve que es mi vida, ¡qué vacía e inútil es la existencia humana! Nadie puede vivir para siempre: todos morirán; nadie puede escapar del poder de la tumba” (vv.47-48).

Alguien estando en el cementerio mirando en dirección de las lápidas le decía a otra persona: “lo común en todas ellas es que señalan una fecha de nacimiento y una de muerte, pero además hay una raya en medio de ambas que es precisamente lo que hace la diferencia entre la vida de un hombre y de otro”. Lo común es que todos los hombres nacemos y morimos, la diferencia está en el rumbo que ha tomado nuestra vida en ese lapso.
Para el salmista la vida solamente tiene sentido si ésta se relaciona con las promesas de Dios. Tras mencionar el Pacto de Dios hecho con David y su descendencia, y señalar el carácter de Dios por el que es imposible que mienta, nuestro autor levanta su voz para que las palabras de Dios se hagan realidad en su tiempo y en su vida. ¿Es que acaso ha fallado Dios? No, pero a él le ha tocado vivir la etapa más difícil del Pacto de Dios ha David, aquella que señalaba que si los hijos de David abandonaban a Dios, éste los castigaría severamente (v.32). Ahora en tal condición él se toma de la otra parte de la promesa de Dios que afirmaba que no quitaría su misericordia y no olvidaría su pacto (v.33). 
Quizá resulte confuso relacionar lo anterior con el sentido de la vida, pero lo cierto es que solamente en Dios y sus promesas están nuestros fundamentos para una vida plena. No siempre la vida es cuesta abajo con hermosos paisajes, lo es también con quebradas y pendientes y allí en la soledad del desierto inclemente. Cuando estemos allí necesitamos aferrarnos al hecho que también en esos inhóspitos lugares nos alcanzará las promesas de Dios para darle sentido a nuestra vida. Incluso en esas ironías que nos entrega el Padre, nos daremos cuenta que es allí en donde entenderemos en qué consiste la vida. Por eso al considerar esto podemos terminar con la misma alabanza del salmista: “¡Bendito sea el Señor por siempre! Amén y Amén” (v.52)

martes, 6 de septiembre de 2016

DESHAGASE



“Entonces les dije: ‘Cada uno de ustedes deshágase de las imágenes repugnantes con las que están tan obsesionados. No se contaminen con los ídolos de Egipto, porque yo soy el Señor su Dios’.”(v.7)



Dios siempre ha deseado lo mejor para los suyos. Lo quiso para con los descendientes de Jacob cuando estos se encontraban en Egipto. “Los llevaré a una tierra que yo mismo he explorado. Es una tierra donde abundan la leche y la miel, ¡la más hermosa de todos!” fue lo que les dijo (v.6). Estarían por un tiempo en Egipto, pero ese no sería su destino, el Señor estaba preparando lo mejor para sus descendientes.

Pero, era necesario para ellos deshacerse de las imágenes repugnantes egipcias que eran objetos del deseo de sus corazones. Estas imágenes no eran inofensivas pues representaban a divinidades que propiciaban lealtades a un estilo de vida totalmente desagradable a Dios de ahí que la Nueva Versión Internacional describe a estos ídolos como “malolientes”. No deshacerse de tales imágenes implicaba comprometerse con un estilo de vida que terminaba alejando a Dios del hombre y a éste último de las promesas del primero. Dios y las imágenes no son compatibles y por eso el hombre debe decidir deshacerse de éstas.
Hemos olvidado que Dios tiene abundante y preciosas promesas para nosotros. Ese olvido se ha visto afirmado por una conducta desleal que consciente o inconscientemente hemos ido cultivado a lo largo de nuestras vidas con compromisos que hemos realizados con los ídolos malolientes que han definido nuestro comportamiento. Necesitamos hacer un alto a nuestro caminar y preguntarnos ¿es esto lo que Dios tiene para mi vida? ¿Se reduce mi vida solamente a esto? Estoy plenamente seguro que las Escrituras nos revelará una realidad completamente distinta. Entonces ¿qué debemos de hacer? Sólo nos queda una cosa: Deshacernos de las imágenes repugnantes que han obsesionado hasta aquí nuestros corazones. AHORA ES EL TIEMPO.

lunes, 5 de septiembre de 2016

VERAS LA BONDAD DE DIOS

“Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes” (v.13)

Existen algunos elementos importantes en este versículo que vamos a destacar a propósito del título de nuestro devocional:
• La certeza del salmista: “estoy seguro”. Obviamente estas palabras revelan fe, esperanza. Podemos notar en sus palabras la definición que el libro de los Hebreos nos da respecto a la fe cuando dice: “Es pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (He.11:1).
• Un conocimiento del carácter de Dios. Al hacer un recorrido por el Salmos 27 podemos comprobar que él no está ajeno a la naturaleza de Dios. Eso es lo que precisamente le da seguridad de que el Señor es un Dios de amor, compasión y de bondad. Leemos en el verso diez: “Aunque mi padre y madre me dejaran, con todo Jehová me recogerá”. Con esto en mente él puede esperar la bondad de Dios.
• El aquí y el ahora. Ciertamente la eternidad es nuestra meta, pero no habrá necesidad de pedir la bondad de Dios allí, somos conscientes que nos urge verla en este mundo caído, cuando sus consecuencias nos toman y hacen daño.
• Paciencia. “Hubiera desmayado, si no creyere” es lo que se afirma en la RV60. Es la paciencia que nos da aliento y constancia para esperar confiados en la obra de Dios. “No me daré por vencido, perseveraré hasta ver la bondad de Dios aquí” sería una buena paráfrasis para señalar las expectativas del salmista.
¿Cómo puedes tomar estos elementos para ver la bondad de Dios en el día de hoy?

viernes, 2 de septiembre de 2016

LLORANDO JUNTOS


“Si alguno está alegre, alégrense con él: si alguno está triste, acompáñenlo es su tristeza” (v.15 TLA).



Leía esta mañana algo que me impresionó acerca del diseño que Dios nos ha dado. Cuanto se comparte la alegría y el dolor – decía el devocional – ocurren dos cosas totalmente opuestas: la alegría compartida hace que recibamos el doble; mientras que al compartir el sufrimiento, éste se reduce hasta la mitad. Muy interesante.
Entonces esto llama poderosamente la atención a la iglesia la cual se constituye en la familia de la fe de todo aquel que ha confesado con sus labios que Jesús es su Señor. Y Pablo lo hace al demandar que en su seno se acompañe al que está pasando por un proceso de dolor o tristeza, “está llorando” afirma la RV60. ¡Cuánto bien nos hará tomar en cuenta estas palabras!
Lamentablemente de forma instintiva nos alejamos del sufrimiento no porque le seamos indiferentes sino porque nos sentimos conmovidos y no sabemos cómo tratar con ello. ¿Qué hago? ¿Qué le puedo decir? son las palabras que nos vienen enseguida y nos sentimos paralizados frente a esto. El resultado, dejamos que el hermano sea consumido por su dolor. Pero ¿y qué si solamente nos hacemos presentes y callamos como los amigos de Job? ¿Recuerdas el proceder de ellos? Si no, lee nuevamente 2:11-13 de ese libro. O ¿qué si solamente les decimos “comparto el dolor por el que estás pasando”?
Llorando juntos, es todo un desafió. Seamos los ojos por donde caen las lágrimas del Señor para consolar al afligido. Si lo hacemos todos, ¿no crees que su dolor se reducirá menos de la mitad? La iglesia necesita del ministerio del llanto.

jueves, 1 de septiembre de 2016

AMIGOS

“Al amigo que sufre se le consuela, aunque se haya olvidado del Todopoderoso” (v.14 RVC).

¿Amigos o conocidos? ¿En dónde está la diferencia? Job nos enseña cual es la diferencia, el amigo está a tu lado cuando estás sufriendo, es un consolador. Está fidelidad incluso es resaltada por el hecho de que aun cuando el sufriente se haya olvidado del Todopoderoso, él estará allí para consolar en la hora de dolor.
Job ha sufrido una gran pérdida, está pasando su duelo agravado esto por una enfermedad y toda la angustia que tiene por buscar respuestas a su dura situación, pero no está solo, los amigos tras enterarse de sus desgracias han llegado y han hecho duelo con él (2:11-13) . Job puede disfrutar del consuelo de la presencia de ellos.
El dolor es de aquellas situaciones que nos dicen quienes son nuestros amigos, pero también tiene aquello que nos dice que necesitamos amigos, esa red de soporte que orará por nosotros en el tiempo en que la angustia nos pasa por encima. Necesitamos tanto de los amigos como también el ser y hacer amigos. Construimos esto en doble vía. 
¿Amigos o conocidos? Estamos en esto… seamos amigos.