miércoles, 28 de septiembre de 2016

IR CAMBIANDO

“Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo” (v.24)

En la vida cristiana todo apunta a una renovación total. Una vez que has entregado tu vida a Cristo hay que tomar decisiones y la principal después de haber decidido depender de Cristo es ponerte la nueva naturaleza. Ser cristiano es vivir en justicia y santidad y esto no se consigue con la naturaleza pecaminosa con la que llegamos a Cristo. Necesitamos ser semejantes a Dios y eso solamente se consigue poniéndonos la nueva naturaleza.
Ahora bien, ponerse la nueva naturaleza es todo un proceso realizado por el Espíritu Santo a lo largo de nuestra vida, no es algo que obtendremos de la noche a la mañana. Pablo nos lo hace recordar en Filipenses 1:6 cuando nos habla de que ese proceso se ejecutará incluso hasta el día en que seamos presentados a Jesucristo, del mismo pensar es el autor de la Epístola a los Hebreos en 12:1-2. Esto es bueno recordarlo porque es necesario no afanarse porque Dios no actué quitando algunas cosas de nuestra vida con sólo chistar sus dedos. Es su imagen la que se va construyendo en nosotros por lo que no pretendamos que eso ocurrirá en una milésima de segundos. El trabajo de Dios será a largo plazo porque es nuestro corazón lo que está involucrado en todo esto, y siendo honestos muchas veces no estamos en la labor de colaborar con él.
Ir cambiando a la imagen de Dios es lo que en definitiva nos hace ser de Cristo. Si no has empezado aún es una grande contradicción en tu vida. Permite que ocurra a partir de la decisión y determinación que tomes para alcanzarlo a lo largo de tu vida. Una nueva vida te está esperando.

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