“Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios” (v.6).
¿Escuchas a Dios? ¿Te estás tomando tiempo para poder oírle y obtener su conocimiento? Suele que vivimos tan agitados como para tomar en serio as indicaciones que el salmista nos da a través de las siguientes palabras: “¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios!” (Sal.46:10). Nuestro mundo se ha vuelto cada vez más difícil de ser vivido a causa de estar pasando por alto este divino consejo.
Necesitamos organizar nuestras vidas a la luz de esos tiempos quietos delante de Dios porque es allí en donde encontraremos sabiduría, conocimiento y ciencia que viene de la boca del Altísimo. Estar en lo secreto de Dios como afirma el proverbista nos permitirá alcanzar el conocimiento de Dios (v.5) y con esto como nuestro tesoro y recurso ¡qué cosa nos irá mal en la vida! Nuestro mundo estará en paz y en orden.
Con todo lo que puede significar lo anterior, hay algo más profundo que existe en el escuchar a Dios y es el sentido de su presencia. ¡Cuán agradable es estar allí y verle mientras él te comparte sus anhelos y deseos! ¿Has sentido su presencia alguna vez? ¿Hoy? ¿Todos los días?
No perdamos nuestro tiempo escuchando otras voces o buscando la presencia de otras personas. Nunca sentirás con algún otro lo que ocurre cuando escuchas a Dios. La decisión está en tus manos. Empieza hoy poniéndote delante de él y estando quieto en su presencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario