miércoles, 14 de septiembre de 2016

CONFIADOS

“Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado” (v.25).

El proverbista trata con un asunto bastante común para nuestra especie, lo conocemos como temor. Tenemos temor y a veces nos invade de una forma que no queremos que suceda. Entonces nos angustia y quedamos completamente paralizados a su merced. El temor es una especie de paradoja en nuestras vidas, no lo deseamos, pero nos quedamos atascados en él.
Hay muchas razones que podemos considerar lógicas para temer y una es la que el proverbista aborda, le llama el temor a los hombres, ese que se produce entre otras cosas porque la presencia de estos nos pueden resultar amenazantes como lo sería el caso de una esposa virtuosa que vive temerosa de un marido dominante y controlador. ¿Quién podría negarle que fuera invadida por un temor paralizante? Pero, ¿habrá solución para casos como éste y otros que tanto existen? ¿Debemos aceptar el temor como una forma de vida?
El proverbista nos llama a la confianza en el Señor. Algo sobrenatural ocurre no solamente en nuestro interior cuando lo hacemos sino que también exteriormente empezamos a experimentar una verdadera libertad. ¿Fantasioso? ¿Ilógico? No, para nada, absolutamente cierto… quien confía en el Señor sale bien librado. Pero, ¿cómo es que pasa esto? Como diría alguien “tienes que vivirlo por ti mismo” así que ¿Por qué no empiezas a confiar en Dios en vez de poner tu mirada en el temor”… Hoy es un gran día para vivir confiados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario