“Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes” (v.13)
Existen algunos elementos importantes en este versículo que vamos a destacar a propósito del título de nuestro devocional:
• La certeza del salmista: “estoy seguro”. Obviamente estas palabras revelan fe, esperanza. Podemos notar en sus palabras la definición que el libro de los Hebreos nos da respecto a la fe cuando dice: “Es pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (He.11:1).
• Un conocimiento del carácter de Dios. Al hacer un recorrido por el Salmos 27 podemos comprobar que él no está ajeno a la naturaleza de Dios. Eso es lo que precisamente le da seguridad de que el Señor es un Dios de amor, compasión y de bondad. Leemos en el verso diez: “Aunque mi padre y madre me dejaran, con todo Jehová me recogerá”. Con esto en mente él puede esperar la bondad de Dios.
• El aquí y el ahora. Ciertamente la eternidad es nuestra meta, pero no habrá necesidad de pedir la bondad de Dios allí, somos conscientes que nos urge verla en este mundo caído, cuando sus consecuencias nos toman y hacen daño.
• Paciencia. “Hubiera desmayado, si no creyere” es lo que se afirma en la RV60. Es la paciencia que nos da aliento y constancia para esperar confiados en la obra de Dios. “No me daré por vencido, perseveraré hasta ver la bondad de Dios aquí” sería una buena paráfrasis para señalar las expectativas del salmista.
¿Cómo puedes tomar estos elementos para ver la bondad de Dios en el día de hoy?
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