viernes, 9 de septiembre de 2016

NO DEBES TEMER MORIR

“Por lo tanto, ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte – es decir, al diablo –, y librar a todos los que por temor a la muerte estaban sometidos a esclavitud durante toda la vida” (vv.14-15).

¿Debemos de temer a la muerte? No. Dios ha hecho en Cristo lo necesario para que como afirma el autor de esta epístola, ya no estemos sujetos bajo su esclavitud. ¿Qué quiere decir con esto de sujetos bajo esclavitud? Simplemente que la muerte es un como un tirano señor que atemoriza a todo hombre con una eternidad de condenación. Pablo habla en una de sus cartas que la muerte es un lugar de eterna perdición en donde el hombre ya no tiene oportunidad de estar en la presencia de Dios (2 Tes.1:6-9). Así que la muerte, a causa de esta realidad, es atemorizante para todo el género humano.
Pero nuestro texto menciona buenas noticias. ¡Esto ya no es más así, Cristo ha terminado con esta tiranía! ¿Qué significa esto para nosotros? Que la muerte ya no es un lugar de perdición sino la oportunidad para que la eternidad la vivamos en la presencia de Dios (Jn.14:1-3). Al leer este pasaje no podemos dejar de asombrarnos y agradecer a Dios por su maravilloso amor ya que los sufrimientos de su amado Hijo nos han puesto en una condición favorable delante de Dios.
No debes temer morir, sin embargo es necesario que te asegures que la obra de Cristo te beneficia a ti. ¿Cómo puede ocurrir esto? Asegúrate de haber recibido a Jesús como Señor y Salvador de tu vida. Como afirma Juan 1:10 necesitas creer y recibir a Jesús en tu vida para llegar a ser un verdadero hijo de Dios y así cuando la muerte toque a tu puerta la recibas con la confianza de que hay una morada en los cielos para ti (Jn.14:1-3).

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