viernes, 14 de octubre de 2016

DOLOR Y RECOMPENSAS FUTURAS

Hebreos 11:23-29
“(Moisés) Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los placeres momentáneos del pecado” (v.25).

Frente a una cultura del placer momentáneo, la iglesia no siempre ha reaccionado adecuadamente a sus influencias. También queremos soluciones instantáneas que nos causen placer, sobre todo si éstas significan para nosotros evitarnos el dolor presente.
Es inevitable en la experiencia pastoral encontrarse con casos en los que quienes vienen a nosotros quieres respuestas que traigan arreglos inmediatos a sus problemas. Quieren un consejo que sea como el que abre su Mar Rojo ante la crisis egipcia que están viviendo. Es entendible, el dolor es incómodo y nos es natural el repelerlos de nuestra vida. Así que cuando el consejo va en otra dirección, el de la espera, el del aceptar el sufrimiento como parte de su obediencia a Dios, entonces como que las palabras no suenan tan espirituales y no son bienvenidas.
Es interesante que nuestro texto de hoy afirme que Moisés “prefirió ser maltratado”. Claramente esto nos descubre que hubo una elección en la que decidió si prefería una gratificación presente o trabajar, aunque con dolor y sufrimientos, para alcanzar en el futuro algo más trascendente. Podemos notar que su acción fue la de desechar esa filosofía facilista que dice: “lo quiero todo y lo quiero ahora, y lo quiero gratis y que sea fácil”. Si quieres lo mejor, es necesario que comprendas que la vida no funciona así.
¿Qué dolor debes aceptar en el día de hoy para recibir beneficios en el futuro? Empecemos a disciplinarnos en áreas que traerán recompensas venideras si las asumimos el día. ¿Qué de algunas situaciones de carácter? De hecho éstas son las más difíciles y las más dolorosas. La vida eterna y abundante nos demanda dicha elección.

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