“No nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos” (Gál.6:9)
Al meditar sobre este texto una conclusión sorprendente es que las bendiciones de Dios no nos llegan con un chasquido de los dedos del Altísimo. “Señor trae la bendición de ver este proyecto realizado el día de hoy” y entonces Dios hace tronar sus dedos y de pronto bendición dada.
¿Puedes notar que en este texto se nos dice que las bendiciones de Dios requieren de nuestra determinación? Sí, requiere que nos determinemos a perseverar (no cansarnos de hacer el bien) y darnos por vencido; entonces y sólo entonces, en el tiempo de Dios, ocurrirán sus bendiciones.
La determinación fue el camino a la bendición de los grandes hombres del Antiguo Testamento. Noé trabajó 120 años para terminar el proyecto de Dios y entonces recibió su bendición; Abraham tuvo que aprender fe durante 25 años y por fin vio al hijo de la promesa; y que decir de José que después de 13 años como esclavo recién pudo ver cumplido sus sueños. La determinación es el común denominador para recibir las numerosas bendiciones de Dios.
Reflexiona, ¿en qué áreas de tu vida has perdido la determinación? ¿Cuál es la misión de Dios para tu vida que hace necesaria que la enfrentes con determinación? Determina que hoy harás tuya la bendición de Dios.
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