miércoles, 12 de octubre de 2016

LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA

Juan 11:17-27
“Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto. Todo el que vive en mí y cree en mí jamás morirá. ¿Lo crees, Marta? —Sí, Señor —le dijo ella—. Siempre he creído que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que ha venido de Dios al mundo” (vv.25-27).

Al escribir este devocional quisiera en primer lugar GLORIFICAR a mi SEÑOR Y DIOS y luego honrar a un gran hombre que fue llamado a su casa celestial en horas de la madrugada de este día. 
Recibí la noticia hoy temprano mientras meditaba en la Palabra del Señor y oraba en mi corazón. Sonó el teléfono y en realidad cuando suena temprano algo en mí se pone en alerta, estas horas no suelen entregar buenas noticias. Entonces me comunicaron que mi hermano en la fe había fallecido… un campeón en la fe nos había dejado. Al recibir la noticia mi corazón se apesadumbro porque teníamos la esperanza de tenerlo aun entre nosotros, por esto orábamos. Quería expresarle eso al Señor, pero de pronto mis emociones giraron para glorificar a Dios y alabarlo porque había llevado a mi hermano a casa, allí donde él mismo se encargará de enjugar toda lágrima de él. 
Las palabras del Señor a Marta son sin duda las más esperanzadoras que existen en tierra. Nunca palabras algunas han dado paz y seguridad al hombre. En ella descansamos los que estamos para entrar el umbral de la muerte pero también los que quedamos pues traen el consuelo de Dios de que no todo está terminado… estaremos en la eternidad con nuestros amados que murieron en el Señor.
Mi Dios, gracias por este siervo tuyo. Tú has honrado tu nombre al permanecer con él en todo tiempo y al llevarlo el día de hoy a tu presencia. LA GLORIA SEA DADA A TI POR TODA LA ETERNIDAD.

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